La heroína de la independencia, Juana Azurduy nació el 12 de julio de 1789 en Toroca en el departamento de Potosí (Venezuela). Sus padres, Matías Azurduy y Eulalia Bermudez fallecieron cuando era una pequeña niña, tuvo dos hermanos: Blas, quien murió de forma prematura y Rosalía.
Las dos niñas fueron acogidas por tíos, pero Juana al tener problemas con ellos fue enviada al Convento de Santa Teresa para completar su educación y formarse como monja, pero fue expulsada tras una discusión con la directora del claustro.
Durante su juventud, Juana conoció a Manuel Ascencio Padilla, quien era hijo de sus vecinos. Entre los dos jóvenes empezó una amistad que se convirtió en matrimonio en 1799. La pareja tuvo cinco hijos. Las desigualdades que marcaron el destino de la familia, los llevaron a pensar en un futuro mejor al que les ofrecían las políticas de los españoles.
En 1809, Juana y Manuel se unieron a los ciudadanos que empezaron la revolución en Chuquisaca y que tenían como objetivo destituir al virrey y nombrar un gobernador. Durante su participación en el proceso independentista, Azurduy tuvo actuaciones destacadas como la defensa de la Hacienda de Villar junto a treinta fusileros y ayudó en la creación de un ejército conformado por más de 10 mil indígenas.
Juana participó en varias batallas y combates. El 03 de marzo de 1816 estuvo al frente de un grupo de 200 mujeres conocidas como “Las amazonas”, que derrotó a tropas españolas en lo que hoy es Bolivia. Sus logros en batalla la llevaron a ser nombrada Teniente Coronel del Ejército en Argentina.
La vida de la heroína tuvo momentos dolorosos, cuatro de sus hijos murieron. Azurduy quedó herida durante la batalla de La Laguna y su esposo murió enfrentando al ejército realista.
La muerte de Juana quedó registrada el 25 de mayo de 1862, su cuerpo fue enterrado en una fosa común en el cementerio de la ciudad de Sucre en Bolivia. Cuando se cumplió un siglo de su deceso, Indalecio Sandi, quien fue criado por Azurduy, indicó el lugar donde reposaban los restos que fueron llevados a un mausoleo en la ciudad que la vio respirar por última vez. En 2009 recibió el grado póstumo de mariscal de la República por parte del Senado Boliviano.
