En los últimos días se ha informado a través del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil que la deforestación en la amazonia se ha reducido en un 57% aproximadamente, en comparación con las cifras presentadas hace un año. Los gobiernos de Brasil y Colombia han reiterado su compromiso por la protección del bosque tropical más extenso del mundo el cual alberga una biodiversidad y procesos naturales que son indispensables para el equilibrio y supervivencia global.
El pasado 07 de octubre desde el Departamento Nacional de Planeación se ha impulsado acercamientos entre instituciones públicas, privadas y las comunidades de la región Amazónica en Colombia, en función de avanzar en la lucha contra la deforestación y la justicia ambiental, mediante el programa Territorios Forestales Sostenibles, con el cual se busca además de mitigar la deforestación, contribuir a las metas de reducción de gases de efecto invernadero, dada las elevadas emisiones de carbono que se dan a raíz de la perdida de bosque, lo cual influye en gran medida sobre la crisis ambiental que se percibe a nivel mundial evidenciado en los climas extremos, agotamiento de recursos naturales, migraciones masivas, entre otros factores.
Daniel Cortés, director de Justicia, Seguridad y Defensa del DNP, expresó que “El objetivo de estos talleres es abrir un espacio de diálogo con actores que enfrentan problemáticas ambientales en su región, como líderes ambientales, con el fin de identificar las necesidades jurídicas en materia ambiental, las barreras de acceso a los servicios de justicia, y sus capacidades legales. Así mismo, para identificar cómo fortalecer la articulación interinstitucional de la Fuerza Pública y su contribución para la reducción de la deforestación y los delitos ambientales”. Cabe resaltar que desde presidencia se ha ordenado en reiteradas ocasiones a la fuerza pública proteger el Amazonas, lo cual debe estar acompañado de garantías para las comunidades que habitan allí, en el marco de generar condiciones dignas de vida y respeto de los derechos humanos.
Sin embargo, en este segundo semestre del año entre los meses de agosto y septiembre por factores naturales el clima se torna más seco. Con la llegada de la época de verano se agudizan las condiciones de la región sumado el fenómeno climático del Niño, que por estos últimos días ha provocado sequias y altas temperaturas que siguen aumentando de manera intensa. En Brasil se han presentado niveles de agua históricamente bajos que han afectado a comunidades, fauna silvestre y flora de su región, y se pronostica que la época de sequía se podría extender hasta los primeros meses del 2024.
Mientras la deforestación ha disminuido, los bajos niveles de agua y altas temperaturas en otras zonas de la región contrarresta esta alentadora noticia, ya que en días pasados se ha notificado de la muerte de más de 120 delfines de río y de la especie tucuxi, al frente de la gestión de la crisis se encuentra el Instituto de Desarrollo Sostenible Mamirauá de Brasil, los cuales han dado las cifras y adelantan procesos para mitigar esta condición a futuro. “En una semana hemos perdido alrededor de 120 animales, lo cual representa entre el 5% y 10% de la población total”, fue lo que dijo Miriam Marmontel, líder del equipo de investigadores de mamíferos acuáticos del Instituto.
Además, las comunidades también se han visto afectadas por esta crisis ambiental, los cauces de los ríos son las principales arterias de esta región que comunica y suministra a las diferentes comunidades las condiciones necesarias para su sustento, a través de estas vías fluviales se transportan las poblaciones y son el medio para el abastecimiento de víveres, además de practicar la pesca y el uso del recurso hídrico para sus sistemas agrícolas. Pero, dadas las condiciones actuales, la mortandad de peces se ha incrementado, el bajo volumen de agua sobre los cauces aísla a estas comunidades sin posibilidades de trasladarse y genera un desabastecimiento importante.
Se espera que la responsabilidad sobre este importante ecosistema se asuma a nivel mundial. Su biodiversidad aloja a miles de especies y muchas de ellas se encuentran en estado crítico, se debe seguir propendiendo en acciones para contrarrestar la crisis climática. La Amazonía además de su papel como sumidero de carbono, facilita la regulación de los patrones del clima tanto locales, como a nivel mundial, por tal motivo la lucha contra el cambio climático no es tarea única y exclusiva de los países y la población que tiene presencia en esta región, compete también a las potencias mundiales donde sus emisiones de carbono son extremadamente altas, generan gran cantidad residuos y emisiones a partir de sus dinámicas de consumismo y tienen la operación de manufactura como principal actividad económica, lo cual les ha garantizado rentabilidad económica a costa del uso de recursos naturales.