Porcelana Callejas, la historia de un transformista en Villavicencio

“Nunca voy a olvidar que cuando era pequeño, más o menos a los seis años, me mandaron para la psicóloga, entonces me dijo que dibujara lo que yo quería ser cuando grande, así que dibujé una muñeca, le puse una banda que decía miss Colombia y le dije que yo iba a ser reina” comenta Edwin C, mientras me hace reír con su manera relajada de hablar; agrega, que disfruta recordar cómo la psicóloga le replicó “y cómo vas a hacer eso, si no eres niña” y él, con total resolución le dijo que no sabía de qué manera lo lograría, pero que así sería, su sueño era ser reina.

Edwin tiene un poco más de 30 años, es estilista y ama con todo su corazón su profesión “además mis clientas me adoran” asegura orgulloso. “A mi me preguntan ¡ay! y ¿desde cuándo te diste cuenta que eras gay? y yo les respondo: mi espermatozoide era rosado. Ya con eso contesto todas los interrogatorios de los curiosos de manera divertida”. Sin embargo, otras veces las preguntas no le parecen graciosas, sobrepasan la intimidad y se tornan burlescas. “Por ejemplo, ¿usted orina sentado o parado? Y les respondo: pues parado, ¡tengo pene! Aunque nunca los dejo con la duda para que no sean ignorantes y se quiten ese desconocimiento que se transforma en homofobia” asegura.

A los once años su papá le regalo una enciclopedia y ahí descubrió que era homosexual “miré la sección de sexualidad y hablaba de los homosexuales y entonces me identifiqué” pero saberlo no evitó que en el colegio sufriera de bullying, “Me hacían feria y fiesta en los pasillos, yo era la recocha total”. Además recuerda que le decían “florecita” o “pártete galleta o todas las estupideces que le dicen a una marica” comenta exasperado.

Pero el caso de Bullying que vivió Edwin por sus preferencias sexuales, es sólo una muestra de lo que se vive actualmente en los colegios “Todos los días en los colegios nos enfrentamos con casos de maltrato a estudiantes con inclinaciones distintas, especialmente porque es en la época de adolescencia en la que empiezan a descubrirse y a sentirse diferentes, entonces el deber de los profesores no debe ser fomentar el rechazo y la homofobia, aunque existen casos; considero que cada persona debe explorar su sexualidad y aceptarse como es y si los niños sienten que están en un cuerpo equivocado, deben darle libertad a su sexualidad, y como tal la sociedad debe aceptarlo, todas las manifestaciones sexuales son hermosas y deben de expresarse como tal” nos contó en alguna ocasión la docente Yolanda Ramírez, cuando estábamos hablando de los derechos de la comunidad diversa.

Éste transformista vivió con su papá una temporada en Bucaramanga, pero tuvo problemas y regresó a Villavicencio a vivir con su mamá. “Yo nunca le dije a mi papá sobre mi sexualidad porque él es santandereano re machista a morir y me hubiera molido a palo”, así que cuando volvió a la capital del Meta ya tenía quince años y decidió que era hora de que todos conocieran sus tendencias sexuales, pues pensaba que él no tenía por qué cohibirse.

Con el tiempo los padres y hermanos de Edwin lo aceptaron. Él pudo sentirse tranquilo, “yo era muy delicado, era muy amanerado, creo que siempre lo presintieron” pero es que la verdad es que él tiene más hormonas femeninas que masculinas, por medicamentos que consumía su madre antes de su nacimiento, que incluso hicieron que los doctores anunciaran que él podría nacer con síndrome de Down.

Pero él no lo ve como un problema, no le salen bellos, sus manos son delicadas, sus facciones suaves y su piel “totalmente bella” eso hace que tenga muchos pretendientes. También recuerda que siempre prefirió jugar con osos y barbies que con carritos “ósea yo siempre fui un caso perdido”, la psicóloga debió darse cuenta en ese entonces piensa él, pero lo más importante es que sí logró ser miss universo, le ganó a 70 países; además “cuando niñito quería ser reina y fui reina 25 veces y me gané 7 premios en el llano” agrega.

La comunidad LGTBI realiza constantes actividades y festivales como la reina del joropo, Miss Bambuco, Miss Colombia y siempre los participantes suelen ser transformistas.

Edwin es transformista, es decir muchachos que de vez en cuando se transforman en mujer. Él solo desea verse y sentirse como una fémina en momentos especiales, por ejemplo para las marchas del orgullo gay, o relata que en años anteriores se disfrazó de la mujer maravilla mientras trabajaba en la peluquería.

“De mi vida te puedo contar, cuando era pequeñito me gustaban los niños, no las niñas, ser miss universo fue hermoso y ahí empecé mis shows de transformismo” Nos cuenta. Por esto Nace Porcelana Callejas, la mujer que canta en los shows, la otra parte de Edwin que utiliza vestidos de su propia creación, los hace a mano “porque creo que Dios me hizo con un don y todo lo que cojo lo embellezco”.

Generalmente siempre esta vestido como un chico “pero cuando me da la locura endoplasmática que es cuando esa mujer que tengo amarrada allá dentro quiere salir, me voy a rumbear así y a mi novio eso lo enloquece, le encanta” Asegura.

Sin embargo, siempre hay personas que intentan ofender a P. Callejas como le pasó una vez mientras iba llegando al trabajo y un policía le gritó vulgaridades. “Yo siempre he dicho que el hombre que molesta a un marica en la calle, es porque algo raro tiene, porque un hombre totalmente heterosexual ni le habla a uno, a veces hasta mal nos miran; piensan que somos una vergüenza por ser homosexuales” pero ella tiene muy alto su ego y esos detalles no la molestan; pero cuando la tocan o la insultan se transforma “ya no soy más la bruta, ciega, sorda, muda y les devuelvo el Madrazo”.

Es así como Edwin y Porcelana conviven juntos, entiende que vive en una sociedad machista y que hasta le cerrarían la puerta de trabajo en las empresas por ser transformista; pero, por medio de sus participaciones en concursos aprendió el arte de ser estilista y actualmente es maquillador profesional para así “amar a los hombres y embellecer a las mujeres”.

Por: Lina Álvarez y Daniela Estrada

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