A nivel nacional la UNODC identificó 7.085 hectáreas de coca en áreas de zonas forestales y bosques de interés general, de las cuales 6.980 fueron erradicadas de manera voluntaria. Entre esas, 1.913 estaban en zonas de Parques Nacionales Naturales-PNN y a diciembre 31 de 2020 se habían erradicado 1.887. Por ende ¿Cuántas familias en zonas de áreas protegidas están esperando que se adelante el proceso de sustitución?

Aunque más adelante abordaremos la compleja situación que significa para las y los campesinos vivir en zonas de Parques Nacionales Naturales y después de ser colonos, pasar a ser considerados los grandes depredadores de la naturaleza. El habitar allí le ha significado a las y los beneficiarios del PNIS, limitar su proceso de sustitución a solamente haber recibido los $12.000.000 de asistencia alimentaria, porque ni siquiera al proyecto de huerta, ni mucho menos al proyecto de ciclo corto y ciclo largo pueden esperar a acceder pronto.

«Cuando ya se viene desarrollando el tema del PNIS, vienen a poner trabas, como primera medida dicen, la persona que tenga doble afiliación en el Sisbén tiene problemas con el PNIS, las personas que estén en parques no se les puede dar tales insumos y así sucesivamente fueron poniendo trabas cuando en el acuerdo dice otra cosa, por ejemplo, en el acuerdo se habla que las personas que estén en parques se debe hacer una concertación para desarrollar el PNIS en esos territorios, ahí no dice en ningún momento que hay que sacarlo o que no se puede hacer”, recuerda Avellaneda, quien ve con preocupación que los cinco municipios convergen o en zonas de parques o en áreas protegidas.

Preocupación que comparten líderes del sector, por ejemplo, para Alexander Luna del municipio de Uribe, «Parques no ha concertado de forma adecuada con la comunidad, la norma ambiental es muy dura y en Colombia no hay plan (…) mientras que aquí PNN habla de proyectos amigables con el medio ambiente, la realidad es que no son los proyectos que la gente tiene ahora, porque los campesinos tienen ganado, aguacate, plátano y praderas», destaca este campesino quien considera que la norma hay que flexibilizarla, porque por ello las comunidades son las que terminan sufriendo con operativos como el de Artemisa, que busca preservar la naturaleza y termina criminalizando a los colonos que siempre han vivido en áreas protegidas.

Vivir en zonas de Parques Nacionales Naturales es conocer al Estado a través de la represión. Foto: Lina Álvarez.

«Vinieron los de parques, dijero les damos un manejo y a tales les damos otro manejo. Y no, la idea era que todos entráramos y todos erradicáramos y ya después nos ponen trabas, porque apareció Parques, Coormacarena, una cantidad de entidades a ponernos trabas a los campesinos”, recuerda Sandra, quien agrega que el Gobierno no fue claro desde el principio, los hizo acabar con sus cultivos de coca pero luego los dejó a su suerte.

Esto ha generado zozobra en las y los campesinos que habitan en parques, quienes por un lado se enfrentan a los operativos que adelantan para decomisar ganado o inclusive a los de la Operación Artemisa, pero por otro lado erradicaron y ven cada día más lejano el tener una sustitución. “Hasta el momento no hay nada, algunos hicieron planes de inversión, pero están sujetos a que los devuelvan, la gente está en incertidumbre”, reconoce uno de los técnicos de la zona, pues, aunque han tratado de adelantar los planes de inversión del proyecto de ciclo corto y ciclo largo que serían alrededor de $19.000.000 en realidad no están seguros hasta qué punto van a permitirles proyectos diferentes a restauración, mejoramiento y reforestación.

Éste medio de comunicación se intentó contactar con Parques Nacionales Naturales, pero hasta la fecha no ha recibido respuestas. Por su parte Triana explicó que, «otro de los inconvenientes que tenemos es que hay bastantes usuarios en zonas de Parques Nacionales Naturales y en Distrito de Manejo Especial. Ese también ha sido uno de los motivos de retrasos en los insumos de quienes habitan allá, porque nosotros tenemos que cumplir con toda la normativa ambiental y se requieren unos memorandos de acuerdo para que sepamos qué se puede hacer allá porque no se pueden adelantar proyectos productivos sino de restauración (…) pero ya el año y pasado y éste pudimos lograr el memorando de acuerdo y las guías de asistencia técnica diferenciada para avanzar en ecoturismo, apicultura», concluyó explicando que esperan éste año empezar a cumplirle a las y los beneficiarios.

 

Para leer la investigación completa:

La sustitución que no llega, jaque al campesinado del Meta

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