Museo comunitario cuenta la historia de una vereda de Villavicencio

Museo Comunitario

El Museo Comunitario “Siguiendo Huellas” se encuentra en las montañas de la Vereda Santa Teresa de Villavicencio y relata la historia de las primeras personas que “colonizaron e hicieron patria” en el Corregimiento Seis a las nuevas generaciones.

Para llegar a la Vereda Santa Teresa del Corregimiento seis de Villavicencio, se debe atravesar durante una hora y media aproximadamente, una trocha que bordea el río Guatiquía y se adentra en la cordillera. Hay algunos tramos cortos pavimentados, pero la mayoría está destapada.

Se pasa por las veredas San José Bajo y Lourdes. Antes de entrar completamente en la montaña, se ven a lo lejos los edificios de los barrios El Caudal, Panorama, Galán. El clima es diferente al de la ciudad: el ecosistema boscoso hace que sea más fresco.

En la centralidad de la vereda hay una cancha, una iglesia, la escuela, casas, una caseta para reuniones y desde el pasado domingo 17 de marzo, un Museo Comunitario que alberga la historia de este territorio rural de la capital del Meta.

Ese día una banda de carranga animó y acompañó la inauguración del Museo Comunitario “Siguiendo Huellas”. Desde la mañana las personas bailaban, desayunaban sancocho y preparaban el espacio para el acto protocolario de apertura a ese recinto de la memoria.

Se pusieron bombas verdes y blancas en la entrada del pequeño salón donde antes funcionaba la Inspección de Policía. Había feria gastronómica con comida típica de la región como panes de Sagú, miel con cuajada, envueltos de pollo y plátano, mantecados, guarapo de caña, juegos y actividades lúdicas para niños y niñas.

A lomo de mula se construyó la vereda

Luz Dary Mancera, presidenta de la Junta de Acción Comunal, dijo que este museo busca ser un “homenaje a los primeros colonizadores, nuestros abuelos, bisabuelos y para los líderes que se forjaron y han seguido el legado y las huellas de estas primeras personas que llegaron a este territorio”.

Contó que los primeros fundadores llegaron de tierras lejanas como Cundinamarca, Boyacá y el Meta “abriendo trocha por toda esta cordillera hacia abajo”. Este fue el caso de María de los Ángeles Roballo, que vive hace 45 años en Santa Teresa. “Llegué por medio de mulas, cargando mi trasteíto desde la vereda San Isidro del municipio El Calvario”.

En ese entonces ya contaba con ocho hijos y decidió trasladarse e instalarse en Santa Teresa para que pudieran asistir a la escuela. Lo que más le gusta de su vereda en la actualidad es “la paz, la tranquilidad, la naturaleza, lo bello que nos rodea”.

Con entonado acento, durante el acto de inauguración, María de los Ángeles, de pelo negro con algunas canas, blusa blanca con corazones y un pantalón rojo, recitó una coplas que están plasmadas en un mural a un costado del museo, donde se cuenta parte de la historia y que fueron escritas por Yolanda Parrado, otra habitante de la vereda. 

Otro de los primeros habitantes es Luis Álvarez, con un sombrero llanero y camisa metida por dentro del pantalón, relató que fue nacido y criado en la vereda Santa Elena de El Calvario, a la que también pertenecía el territorio de Santa Teresa.

“Cargábamos unos bloques en nuestras espaldas y a lomo de mula desde Puente Abadía o Santa María la Baja y sacábamos el material del río”, recuerda Luis sobre la construcción de la Escuela Central de la vereda. Entre los vecinos y vecinas de la época se encontraban Isidora, Marujita, Tobías Parrado, Erasmos Velázquez, Onorio Parrado, Samuel Parrado a quienes se les hace un homenaje en el museo y en las coplas de María de los Ángeles.

Posteriormente, cuando Santa Teresa se separó de Santa Elena y de El Calvario y en 1997 la Inspección de Policía pasa a ser el Corregimiento Seis Santa Teresa de Villavicencio. Actualmente este sector cuenta, según Luz Dary, con 45 familias aproximadamente para un total de 220 personas.

Jóvenes, niños y niñas siguiendo huellas de nuestros ancestros y ancestras

La propuesta de Museo Comunitario nació en marzo del año pasado. Se realizaron una serie de cuatro talleres en los que la comunidad participó y además fueron beneficiados y beneficiadas en el 1° Concurso de museos comunitarios y espacios de memoria de Villavicencio realizado por la Corporación Cultural de Villavicencio -Corcumvi-.

Lucila Gómez, directora de esta dependencia, explicó que estos museos “cuentan la historia de la ciudad a las nuevas generaciones, de cómo construimos la capital del departamento, cada uno de los barrios, comunas y corregimientos”.

Fueron en total nueve museos beneficiados entre los que se encuentra también el Las Américas, el cual desde El Cuarto Mosquetero visitamos y contamos su historia. A cada uno, según Lucila, se les otorgó un estímulo de 10 millones y espera que en una segunda fase este año se potencien para que sean espacios de conexión con ciudadanos, vecinos del sector”.

Una de las problemáticas evidentes en la vereda es el deterioro y desgaste del parque infantil. Los columpios están oxidados y se mueven cuando los están usando como si se fueran a caer en cualquier momento. Pero a pesar de esto, Luz Dary se muestra optimista. Espera que el Museo Comunitario “Siguiendo Huellas” le inculque sentido de pertenencia a las y los jóvenes “para que cada día nuestra vereda sea mejor y más bonita y le podamos mostrar a las nuevas generaciones cómo iniciamos”. 

Dentro del museo se encuentran objetos que relatan cómo era la vida antes, como una plancha de carbón, una máquina de escribir, una guitarra que evidencia la relación estrecha con la música y la cultura, una lámpara de gasolina, una cámara de rollo y fotografías. Hay cuatro placas conmemorativas, que corresponden a la Inspección de Policía, la Escuela, la Iglesia y el Cementerio. 

Luis Álvarez y María de los Ángeles concuerdan en que este museo es para “rememorar la historia de aquellas personas que hicimos patria en esa época, para que no se nos olvide que si se puede trabajar en comunidad y para dejar ejemplo a las juventudes de hoy en día”.

Al terminarse el protocolo oficial de inauguración del museo, se repartió el sancocho y cayó una tormenta fuerte que nos recordó a todas y todos los visitantes que estamos lejos de Villavicencio y de los llanos. Luz Dary menciona que es importante la construcción del techo de la cancha y el mantenimiento constante de la carretera, para que este espacio de memoria fomente el turismo. Que otras personas de Villavicencio y la región también conozcan la historia de esta esquina rural de la capital del Meta. 

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