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Harman, deje de conductivizar el Paro

Hasta hoy 16 de mayo, la administración municipal en cabeza de Felipe Harman viene ejecutando una estrategia vil y de doble discurso en el desarrollo del Paro Nacional que inició el 28 de abril. Previo a que la manifestación decidiera asentarse en el punto de resistencia de Llano Lindo, las múltiples marchas han vivido la despreciable conductivización desplegada por algunos “gestores de convivencia y paz” de la Alcaldía de Villavicencio, o por empleados de esta que se escabullen en medio de la ciudadanía, vestidos de civil, sin ninguna identificación, e intentan persuadir constantemente la prospectiva de la protesta, incluso con personas de la administración que posan con chalecos de otras organizaciones y pretenden acaparar espacios y micrófonos haciendo una defensa irrestricta del alcalde.

Como ya es costumbre de los espacios que convocan algunas organizaciones sindicales adeptas a Felipe, estos están llenos de adulación, lisonjería y otras apologías que corresponden a intereses personales y juegan a la mecánica de la política tradicional, situación ya normalizada por dirigentes de ideas añejas que no pueden ver más allá de los mensajes de Harman con su ligero discurso en torno al paro. La obnubilación es lo que impera, como en la multitudinaria marcha del 28 de abril que, al llegar al Parque Los Libertadores, dichas organizaciones y dirigentes –a partir de una adecuada metáfora ombliguista, se ubicaron en medio del parque–, y se dedicaron a lavarle la cara al alcalde por “su gran gestión y apoyo al paro”, por supuesto, no olvidando la directriz de posicionar sus fichas al congreso. Sin embargo, que esta columna también sea de agradecimiento a esas organizaciones civiles que no le siguieron el juego, y a partir de una lectura plausible marcaron su propia agenda alejada de ideas y discursos que no les representa. 

Pero las artimañas del pseudocaudillo han ido más allá, –pues para él, no tener el control de todo lo que pasa en la ciudad es inconcebible–, muestra de ello ha sido la marcada táctica de manipulación con los gremios de taxistas y camioneros, recurriendo además a posturas victimizantes de “no poder garantizar la seguridad de la manifestación” bajo el argumento de que lo están investigando. El despliegue institucional y la manía de instrumentalizar estos gremios ha sido efectiva, pues a partir de reuniones –en las que ostentando su posición de poder–, cínicamente les ha dado un giro.

La estrategia para fragmentar la movilización –a pesar del falso respaldo que ha dado en sus declaraciones– ha sido rastrera, pues como no le ha funcionado la individualización de manifestantes –proponiéndoles hacer corredores para desbloquear las vías, pese a que en Llano Lindo siempre se ha dado paso a vehículos de misión médica y de transporte de alimentos–, la administración de los eufemismos se inventó un espacio para “escuchar a los jóvenes que no se reconocen dentro del pliego organizado de la Unillanos”, una salida tan ruin como falaz; dialogar sector por sector y dividir el movimiento social con el ánimo de debilitar la manifestación.

Los sofismas –ya habituales de Felipe– han fluctuado desde la desfachatez y la indignante lectura de la situación haciendo llamados insípidos a quienes se manifiestan para que no se dejen llevar por “provocaciones”, concepto que dista bastante de lo que realmente ha sido la represión suscitada por el ESMAD, hasta el nuevo arcaísmo de “transitar hacia la normalidad”, pues para él lo que ha pasado con esta fuerza represiva han sido “roces”. 

Felipe, en su delirante y anacrónico truco del policía bueno y el policía malo, cuando llegó el ESMAD a Llano Lindo el 10 de mayo –arribo que coincidió con la aparición de la secretaria de gobierno, el alto consejero para la seguridad y el séquito de gestores de convivencia y paz– se pronunció acerca de la no autorización por parte de la Alcaldía, mensaje que fue expuesto oportunista y cínicamente en los micrófonos del punto de resistencia por uno de sus esbirros, no sin antes elogiar la democrática actitud del pseudocaudillo. Ante esta situación, Harman, sí fue capaz de pronunciarse –claro, el contraargumento al ser vía nacional es difícil de sostener, así la casualidad sea innegable–, pero ante los otros hechos de represión en el centro histórico de la ciudad el pronunciamiento no se ha dado, por eso le reitero la pregunta, Felipe: ¿Quién dio la orden?

*Opinión y responsabilidad del autor de la columna, más no de El Cuarto Mosquetero, medio de comunicación alternativo y popular que se propone servir a las comunidades y movimientos sociales en el Meta y Colombia.