Personas en proceso de reincorporación desde diferentes partes del país, reorientaron sus máquinas para confeccionar tapabocas, y así contribuir a evitar la propagación del coronavirus.
Son aproximadamente 200 excombatientes y representantes de comunidades los que se unieron a la iniciativa desde los talleres de confección de las cooperativas y asociaciones: Confecciones La Montaña en Anorí, Hilos de Paz, en Dabeiba y Asociación de Mujeres Ideales, en Ituango, ubicados en el departamento de Antioquia; Fariana Confecciones en Fonseca, La Guajira; Coombuvipac y Asmupropaz en La Montañita, Caquetá; Cooperativa Tejiendo Paz en Icononzo, Tolima; TierraGracoop en Manaure Balcón del Cesar, Cesar; Las Manuelitas, Tapabocas para la Paz, Dulce Paz, Serviampaz en Cali, Valle del Cauca; Asociación de Mujeres Emprendedoras por La Paz y Cooperativa Multiactiva Agropecuaria Paz y Desarrollo de Vista Hermosa, Meta; Taller de Confección Hilando La Paz en Caldono, Cauca; y la Cooperativa ECOMUN Campoguaviare en San José del Guaviare, Guaviare.
Para llevar a cabo esta labor, las y los excombatientes pidieron apoyo a la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, la cual aportó los recursos necesarios para la producción de este insumo que, ante la emergencia sanitaria, se convirtió en una prenda de uso básico.
Por su parte, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos – INVIMA, brindó a los excombatientes que fabrican los tapabocas, apoyo técnico en articulación con el Ministerio de Salud y Protección Social, mediante una capacitación virtual a finales de abril para asegurar los estándares regulatorios y técnicos de la producción.
Además de estas iniciativas, existen otros talleres textiles en otros antiguos espacios territoriales que también han cambiado su actividad laboral original para producir tapabocas como en el de Caño Indio, Tibú, en el departamento de Norte de Santander, donde cuatro mujeres en proceso de reincorporación ya han producido 1.500 de estos dispositivos en horas de la mañana, pues es el único momento en que cuentan con luz eléctrica. Los tapabocas serán repartidos a las comunidades de las veredas cercanas.
La ayuda de estas personas en proceso de reincorporación en los talleres de confección resulta invaluable y refleja un gesto de solidaridad y perdón en medio de una emergencia sanitaria, económica y social que ha agudizado las desigualdades sociales en el país.
