El paradójico Plan de Desarrollo Municipal “Villavicencio cambia contigo”

Iniciaron las sesiones extraordinarias en el Concejo de Villavicencio, con el fin de debatir –entre otras cosas– el Plan de Desarrollo Municipal (PDM), hasta ahora, después de dos meses de la socialización del documento ante el Consejo Territorial de Planeación (CTP), la ciudadanía puede ver un PDM que no se escuda en una fase preliminar.

El falso enunciado y bandera de esta administración –la participación ciudadana y el gobierno de puertas abiertas– se evidencia en el abyecto acto de instrumentalizar a la ciudadanía para poder acceder a planteamientos definitivos –interponer una acción de tutela para obtener documentos que deberían ser públicos, no es un principio de inclusión– el control político no se establece en lo abstracto, pero el gobierno municipal se guarece en lo impreciso debido a su renuencia a la crítica, a los argumentos y a la reflexión.

Conflictúan las múltiples ambigüedades del PDM, un documento que requiere de una gran capacidad de discernimiento y sindéresis. La arbitrariedad en el uso de las fuentes evidencia el desconocimiento y la nula argumentación que quiere dar la administración en elementos estructurales como el ordenamiento territorial. Dentro de la caracterización general del municipio se cita constantemente el DANE y el Plan de Acción Villavicencio, elaborado por Findeter, para establecer cifras y evaluaciones acerca de la proyección poblacional y el gran problema de dispersión urbana, paradójicamente –y sin dar el mínimo debate en torno a las cifras de proyección poblacional– también se cita en el apartado de diagnóstico de ciudad, el Plan de Ordenamiento Territorial de Villavicencio (POT) y su ignorante cifra de 1’087.993 habitantes para el año 2027, con el fin de dimensionar el exabrupto en el uso y precario análisis de esta fuente es necesario entender que, la proyección poblacional para el año 2027 del POT en relación al DANE difiere en 470.916 habitantes. Esta base poblacional es el soporte de la mayoría de cálculos y planteamientos estratégicos de la ciudad.

Proyección poblacional sobredimensionada, el origen del volteo de tierras en el POT de Villavicencio

Otra de las grandes deficiencias, es el empalme entre el PDM y los elementos estructurales a ejecutar en este periodo según el plan de ejecución del POT –no porque se tenga que ceñir de forma mecánica los planes de desarrollo a los planes de ordenamiento territorial, sino porque desde la administración se ha manifestado que la revisión del POT se hará conforme a los elementos de corto y mediano plazo, es decir, la revisión ordinaria y excepcional– no obstante, este tipo de revisiones no plantean un debate profundo en torno a elementos del nuevo modelo de ocupación de la ciudad, pese a las constantes manifestaciones de “repensamiento” que promueve el PDM.

Con lo anterior, una de las grandes ausencias es la formulación del Plan Maestro de Equipamientos, instrumento que se debía estructurar en la administración pasada, y que al ser parte del eje medular en la presunción del cambio de modelo de ocupación se debe formular bajo la premisa de visión integral del territorio, al igual que, el Plan Especial Centro, cuyo objetivo es definir y reglamentar aspectos de movilidad, de soporte ambiental y de servicios públicos en el Centro Histórico de Villavicencio.

El Centro Histórico de Villavicencio en vilo normativo

Es necesario tener en cuenta que en Villavicencio desde el año 2000 a través del Decreto 353 y el Acuerdo 021 de 2002 hasta el año 2015, con el Acuerdo 287, se han planteado modelos de ocupación no desarrollados, que por la falta de soporte técnico, teórico y seguimiento adecuado a sus políticas territoriales ha debilitado a lo largo de la historia la estructura de ciudad y ha socavado el control de la expansión urbana promoviendo la dispersión, objetivo de control que desde el año 2000 se proyectaba, pero por la falta de insumos técnicos del POT de la época, el modelo de ocupación no se planteó de manera correcta, llevando a Villavicencio a una ocupación no planificada. Las desconexiones entre planes de desarrollo y realidades urbanas –promovidas por administraciones parcializadas y sesgadas– han llevado a la ciudad a desestructurar principios básicos en torno a su ordenamiento territorial.

Por otro lado, algo que preocupa en relación a la metodología y construcción del PDM es el uso de los planteamientos de las Escuelas de Ciudad en la etapa de diagnóstico, la estructura que se plantea es una superflua validación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a partir de las percepciones ciudadanas, por supuesto, esto se debe a la manía nacional de implementar dichos objetivos como una visión universalizada del desarrollo. Asimismo, y partiendo de “consensos globales” se habla con frecuencia en el PDM de modernidad, el paradigma de la ciudad moderna, la modernización de la función pública y muchos otros derivados de un concepto laxo que no se quiso debatir en campaña y que ahora pasó a ser el equivalente de avance, progreso e innovación. Al igual que la muletilla de modernidad, es reiterativo el uso del concepto de derecho a la ciudad –la pretensión no es que en el documento se abra un debate académico acerca de dicho concepto– pero es necesario que se supere la ligereza con la que se aborda el derecho a la ciudad como el símil de una visión holística de desarrollo, participación ciudadana y planificación urbana.

Algunos cambios se evidencian en el PDM radicado en el Concejo de Villavicencio, era de esperarse, la coyuntura suscitada por el Covid-19 exterioriza los problemas latentes y las grandes desigualdades de la sociedad, lo que demanda la priorización y reestructuración de muchas de las estrategias concebidas anteriormente. Los cambios en el PDM complejizan el análisis de la visión de la administración frente a diversos temas estructurales como por ejemplo pasar de: “Coordinar articuladamente con los municipios de Acacías y Restrepo, así como con la gobernación del Meta, el estudio para la conformación de la zona metropolitana de la subregión Capital Cordillera, incluyendo lo relacionado con la garantía de servicios públicos.” a “Crear un mecanismo de articulación de ciudad-región”, pese a que en la página oficial de la Alcaldía Municipal se argumenta que “De momento la consolidación de Villavicencio como Área Metropolitana está descartada, de ser posible la integraría los municipios de Acacías, Cumaral y Restrepo.”, ahora se adiciona un municipio, ya no se habla de metropolización, se elude la exigua promoción de dicho concepto desde el POT en el artículo 11 y no se abordan los motivos de esa vacilación en torno a los esquemas de asociatividad territorial.

Otra de las grandes modificaciones –a pesar de las copiosas reiteraciones en la socialización del PDM y del anuncio como proyecto, en la primera sesión extraordinaria del Concejo– es la eliminación del producto asociado: “Realizar estudios, diseños, y construcción del Parque Metropolitano de Villavicencio”, pese a que en el nuevo documento se expone que uno de los proyectos estratégicos del programa 8, Ciudad para la vida, es el Parque Metropolitano, pero nunca se ve relacionado en las acciones, indicadores o metas.

Incluso, si se plantea una comparación del PDM y el Plan de Gobierno, se pueden evidenciar múltiples inconsistencias en conceptos y proyectos que eran medulares en campaña, como: “Revisaremos y renegociaremos las pésimas concesiones que ha padecido la ciudad con Sertravi y Zonas de Permitido Parqueo”, acción que aparecía en el Plan de Gobierno y en el documento preliminar del PDM, pero que fue eliminada en el que se radicó ante el Concejo Municipal. Asimismo, uno de los planteamientos de campaña era la transformación político administrativa, proyectando: “crear dos comunas nuevas rediseñando las comunas ocho y cuatro”, acción que no se aborda ni a manera de diagnóstico, ni como producto asociado de algún programa del PDM.

Lo alternativo, concepto que se usó como eslogan de campaña, solo dejó en el PDM unas frases puestas al azar, un apotegma de Eduardo Galeano –que lamentablemente se ha vuelto cliché– o parafrasear a Paulo Freire, son el único vestigio de esa posición alternativa que se vociferaba en campaña. Lo que demuestra profundas diferencias conceptuales, mientras el PDM está plagado de planteamientos atávicos en torno a la modernidad, Galeano reflexionaba hace 22 años: “Con una celeridad y una eficacia que darían envidia a Michael Jackson, las cirugías ideológicas mudan el color de muchos militantes revolucionarios y de muchos partidos de izquierda roja o rosada. Alguna vez escuché decir que el estómago es la vergüenza de la cara, pero los camaleones contemporáneos prefieren explicarlo de otro modo: hay que consolidar la democracia, debemos modernizar la economía, no hay más remedio que adaptarse a la realidad.”.

La Alcaldía de Villavicencio debe entender que el PDM requiere meticulosidad, la atención a los detalles es lo que posibilita el control social, porque es a partir de la participación ciudadana, el debate reflexivo, argumentado y crítico, lo que en algún punto permitirá que dicho plan se aleje de las posiciones laxas, ambiguas y mediocres de las que está atestado.

 

*Opinión y responsabilidad del autor de la columna, mas no de El Cuarto Mosquetero, medio de comunicación alternativo y popular que se propone servir a las comunidades y movimientos sociales en el Meta y Colombia.

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