30 mujeres y hombres que hicieron parte de diferentes grupos armados de Colombia, se comprometieron con la solución política del conflicto y la construcción de paz con justicia social.
Durante los últimos ocho meses, exintegrantes del ELN, EPL, M19, FARC, AUC trabajaron de manera conjunta para resolver individual y colectivamente interrogantes en torno a la guerra y a los contextos de violencia que produjeron impactos en las comunidades y los territorios.
Es la primera vez en Colombia que se realiza un trabajo mancomunado, con quienes durante décadas fueron enemigos de guerra, desde orillas de la insurgencia y la contrainsurgencia. El resultado de este ejercicio fue entregar a la Comisión de la Verdad el informe “Narrativas de excombatientes” un documento que contiene información, criterios, consideraciones y balances críticos importantes para coadyuvar al esclarecimiento de la verdad, la convivencia y las garantías de no repetición.
“Somos hombres y mujeres que alguna vez empuñamos las armas porque creíamos que eran la alternativa para defender determinados ideales y propósitos, y que ahora coincidimos en un compromiso serio con la solución política del conflicto armado y la construcción de la paz con justicia social” expresó Fernando Hernández, ex integrante del ELN en el Caribe.
Para construir “Narrativas de Excombatientes” se llevaron a cabo reuniones mensuales en Bogotá desde febrero, hasta noviembre del presente año, un espacio orientado metodológicamente por la Comisión de la Verdad, además del acompañamiento técnico de las organizaciones no gubernamentales ABC Paz, y el Centro Internacional de Justicia Transicional.
Los sentidos fueron un medio fundamental para generar el informe, parte de la metodología implicaba potenciar al máximo la capacidad de escucha, para que las heridas, secretos del conflicto salieran, y las conversaciones difíciles se encontraran con versiones de cada cual; historias que se sabía que iban a molestar al otro; en el ejercicio también encontraron historias de lugares que recorrieron, que conocían, pero en los que también se confrontaron en combate en el mismo territorio.
“Pasamos a escucharnos, a discutir con vehemencia, hasta llegar a descubrir circunstancias coincidentes, lógicas recurrentes, esfuerzos y dolores padecidos, así como reconocer los altos costos, el drama y el horror derivados de la guerra” Alonso Ojeada, ex miembro del Ejército de Liberación del Pueblo.
Este fue un espacio donde todas las voces de actores armados participaron para la construcción de relato colectivo, un escenario antes impensable; despojados de las armas hallaron la posibilidad histórica de dialogar entorno a la construcción de paz y reconciliación.
Por ese motivo, en la presentación pública acordaron culminar este ejercicio de narrativas en diálogo, con las siguientes consideraciones y compromisos con el país.
• Destacar los Acuerdos de Paz como procesos sociales y políticos que han sido incorporados a la Constitución Política desde 1991, como garantía para una paz estable y duradera, por eso son patrimonio del pueblo colombiano.
• Nuestro compromiso con la paz de Colombia significa un Nunca Más a la guerra y un rechazo a la violencia como forma de acción política.
• Hemos cumplido y seguiremos cumpliendo con nuestra parte de los Acuerdos. Convocamos al Estado colombiano y a sus gobiernos a cumplir fiel e integralmente con los Acuerdos de Paz, con el deber de protección a la población que dejó las armas, trátese de antiguos insurgentes o de autodefensa.
• Condenamos el asesinato sistemático y continuado de líderes y lideresas sociales, dirigentes de procesos de restitución de tierras, activistas medioambientales, líderes comunitarios, étnicos, defensores de derechos humanos y excombatientes. Exigimos el esclarecimiento y castigo para todos y cada uno de esos crímenes.
• Rechazamos la posición asumida por los sectores que siempre han trabajado por hacer trizas los Acuerdos de Paz, en aplicación de la vieja práctica estatal de incumplir la palabra comprometida. Nos apartamos de quienes insisten en persistir alzados en armas y de quienes tomaron la decisión de volver a ellas.
• Llamamos al gobierno nacional a cumplir con su obligación constitucional de conseguir la paz, con el fin de avanzar hacia una paz completa. Esperamos del ELN y otras organizaciones alzadas en armas un alto en el camino de la violencia, una actitud positiva que facilite tejer la solución política.
• Invitamos a la sociedad colombiana a reafirmar como suyo y a trabajar las condiciones para el éxito de los procesos de paz en curso. Llamamos a los medios de comunicación a desempeñar un papel decisivo en favor de la paz, sumándose con su enorme influencia al anhelo del pueblo colombiano por la reconciliación y la convivencia pacífica.
• Reiteramos nuestra disposición a participar conjuntamente en espacios de reconciliación regionales con las víctimas y las comunidades en los territorios del conflicto, a seguir contribuyendo al esclarecimiento de la verdad, la reparación de las víctimas, el logro de las garantías de no repetición, el perdón, la aclimatación de la convivencia y la reconciliación.