Risaralda rechaza la megaminería en sus territorios

En el año de 1971, el escritor uruguayo Eduardo Galeano publicó por primera vez su libro Las venas abiertas de América Latina. En él, revela el trasegar histórico de los pueblos sometidos a la codicia de los invasores europeos, primero; y posteriormente, a la de las potencias industriales norteamericanas y europeas. Toda la historia, es transversalizada por la violencia ejercida desde estos centros de poder colonial, por la forma de corromper a las autoridades criollas y por la miseria que han dejado como legado de su intrusión.

Cincuenta y un años después del lanzamiento de este libro icónico, se lanza una voz de alerta desde los municipios de Belén de Umbría, Mistrató, Guática y Apía, todos ubicados en el departamento de Risaralda. La razón es, el descubrimiento de la Resolución 233 de diciembre de 2021, expedida por la AGENCIA NACIONAL DE MINERÍA, que crea el Área Estratégica Minera en los territorios pertenecientes a dichos municipios. Con la misma, se decreta que el 97% de los 180 kilómetros cuadrados del municipio belumbrense y gran parte de los otros, son suceptibles de explotación minera a gran escala y cielo abierto, especialmente para extraer oro y otros minerales.

Las transnacionales Royal Road Minerals, la Mining Systems S. A. S. y Mataje-Colombia reclaman títulos mineros para dicha explotación. La Nothern Colombia S.A.S, recientemente desistió de sus pretensiones, luego del inicio organizativo de la población de los municipios afectados por la intención minera legalizada con la resolución mencionada. Dicha norma se soporta en la política del actual gobierno de Iván Duque, como en las de los anteriores de Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe Vélez.

El territorio de Belén de Umbría y de los otros municipios afectados con estas decisiones gubernamentales, es de vocación agrícola tradicional, así también son zonas de reserva acuífera y biodiversidad. Los 32.000 habitantes de Belén de Umbría viven especialmente de la producción agrícola en mayor medida, y del floreciente comercio de su zona urbana. Pero ante la posibilidad de que el municipio sea explotado bajo la política de minería a gran escala, toda esa realidad económica ancestral, el tejido social y la tradición cultural, desaparecerían del todo.Risaralda rechaza la megaminería en sus territorios

Como rechazo a las pretensiones del actual gobierno y de las transnacionales mineras, la población de estos cuatro municipios risaraldenses se ha comenzado a organizar y movilizar, y de paso defender su historia y vocación económica. El eco llegó hasta la capital Pereira y al municipio de Dosquebradas, en donde la población se ha unido a la causa de los territorios rurales del nororiente risaraldense. Colectivos cívicos, ambientalistas, campesinos, políticos y sociales han rodeado la defensa del agua, de la riqueza biodiversa, de la producción de alimentos y del tradicional cultivo del café, que son el fuerte de la soberanía y seguridad alimentarias de la región.

El pasado 13 de julio, se desarrolló una marcha en defensa de la voluntad, la vocación y la historia de los municipios que pretenden ser explotados de forma inconsulta por la intención extractivista de foráneos. La movilización inició en el municipio de Dosquebradas, recorrió luego las calles de Pereira, y terminó frente a la Gobernación de Risaralda. Allí, se sumaron al rechazo a la megaminería, actores políticos, e incluso el actual Director de la Corporación Autónoma Regional – CARDER.

Pareciera que se repitieran las palabras de Eduardo Galeano en su libro:

“…nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios y sus caporales nativos”.

Esta vez, al igual que ocurriera hace algunos años en el municipio de Cajamarca Tolima, cuando sus habitantes derrotaron el proyecto de la mina La Colosa, la población de Risaralda está dispuesta a defender su tierra, el agua y su riqueza natural, de la codicia externa.

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