Persistente crisis del agua en Villavicencio: un problema sin resolver

Villavicencio enfrenta recurrentes crisis de agua debido a problemas en la infraestructura y falta de mantenimiento. La reciente contingencia y la respuesta insuficiente de las instituciones han generado recientemente protestas. Nelson Parrado, uno de los operarios de la bocatoma Quebrada La Honda murió mientras ejercía sus labores. 

Las crisis por el agua en Villavicencio no son nuevas. El hecho de que se vaya por varios días no sorprende. Quienes han vivido en la ciudad han construido formas de adaptarse a la escasez de agua: pocetas, tanques aéreos, subterráneos, y por supuesto los acueductos comunitarios que se presentan como una alternativa real frente a la no garantía de este derecho por parte de la institucionalidad local. 

Aunque esta sea la ciudad con más acueductos comunitarios en Colombia, 137 en total, la Empresa de Acueducto y Acueducto de Villavicencio -EAAV- surte a aproximadamente 300 mil suscriptores, el 70% de quienes habitan la ciudad en su área urbana y el 10% de quienes viven en la zona rural. 

Esta empresa municipal que presta el servicio nació en el año 1996. Antes se llamaban Empresas Públicas de Villavicencio desde 1963, pero “mediante el Acuerdo 032 de 1995 el Concejo Municipal de Villavicencio transforma el Establecimiento Público Empresas Públicas de Villavicencio E.P.V. en una Empresas Industrial y Comercial del Estado denominada Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villavicencio -EAAV”, según el archivo de esta empresa.  

Otra vez la crisis 

El 15 de mayo de este año empezó nuevamente la crisis. Las fuertes lluvias ocasionaron un daño en las tuberías en la línea de aducción a 150 metros de la bocatoma de Quebrada La Honda ubicada a 15 kilómetros del casco urbano de la ciudad. El alcalde Alexander Baquero expresó que este percance en el punto neurálgico “nos limita la prestación del servicio alrededor de cuatro o cinco días máximo”. 

La gerente de la EAAV, Aura López, invitó a toda la comunidad “a hacer uso racional del agua, a hacer eficiente este recurso, dentro de sus viviendas, toda vez que esta restricción nos va a hacer temporalizar el servicio por sectores y se va a priorizar la distribución de agua en carrotanques para hospitales, clínicas, centros de la tercera edad, e instituciones educativas”.  

López explicó que aunque parte de la ciudad no se verá afectada por esta ruptura, es importante el ahorro ya que en algún momento se dispondrá de los pozos profundos de estos sectores “para poder trasladar el recurso hídrico a los puntos donde va a haber mayor afectación”. Desde este primer día el anuncio de los barrios que se iban a ver más afectados hizo referencia a La Esperanza, El Buque, el Camino Ganadero, y todo el sector que se abastece de esta línea va a tener restricciones. 

Las primeras semanas no se sintieron los estragos. Con el tiempo las lluvias fueron aumentando y se hacía cada vez más difícil hacer los arreglos correspondientes que necesitaba la bocatoma. La administración expresó tener todos los materiales listos pero seguían “a la espera para ingresar a la quebrada cuando las condiciones climáticas lo permitan”.

“No tienen voluntad”

Adriana Baquero, presidenta de Acer Agua Viva, la red de acueductos de Villavicencio, explicó que hay por lo menos siete lugares superficiales de abastecimiento en la ciudad entre las que se encuentran las bocatomas de La Unión, Caño Blanco, Caño Grande, Bavaria y Puente Abadía. Con respecto a los pozos, desde donde llega el recurso hídrico pero de manera subterránea, también hay siete aproximadamente: en Bosques de Abayán, El Darién, Charrascal, Betty Camacho, Ciudad Milenio, Amarilo, entre otros. “En total se suman alrededor de catorce o quince fuentes alternas que tiene el acueducto. Eso es lo que hemos venido hablando desde la administración pasada: se han enfocado sólo en Quebrada La Honda”. 

Según Adriana, muchas de estas fuentes alternas “están abandonadas”. Llegó a esta conclusión después de visitarlas todas el año pasado. “Por ejemplo en La Madrid, la bocatoma de Caño La Unión está en total abandono. Usted le hace visita a todas las fuentes de captación de aguas subterráneas y siempre que se quedan sin agua es porque colapsan porque no les hacen mantenimiento. Siempre esperan hasta que se dañen.”

Hace dos años, dice Adriana, los apartamentos en Ciudad Milenio se quedaron más de 30 días sin agua “porque la planta de allá y el pozo colapsaron porque no se les hace mantenimiento”. Desde Acer Agua Viva ya han hecho los llamados de atención correspondientes porque, por ejemplo, una de las bocatomas principales, “la de Puente Abadía, no le están haciendo mantenimiento y el caño ya lo está tapando porque no le hicieron nada de mitigación de riesgo”. Fuentes Altas es otra bocatoma a la que no le hacen mantenimiento, según Adriana. Por esto estuvo cerrada durante dos años. La experta en temas de agua es enfática en que lo que se debe hacer “es soportar, arreglar y sostener lo que hay y lo que tiene la empresa y así realmente la ciudad podría no sufrir por agua, pero es un problema que no ha querido solucionarse, no tienen la voluntad”. 

Esto se le expresó a la administración pasada y a la actual, pero no han recibido respuesta. Ella añadió que los trabajos en Quebrada La Honda tienen que hacerse en alrededor de la bocatoma, porque “si ponen la tubería diez veces, diez veces la montaña se la va a llevar. Hay que hacerle restauración, monitoreo y reforestaciones, que es lo que hacemos los acueductos comunitarios. ¿Cuánta tubería se han gastado las administraciones?” se pregunta. 

Debido a estas dificultades en el servicio de agua, las personas empezaron a demostrar su descontento. Se organizó una manifestación para el 01 de junio convocada por medio de whatsapp y voz a voz. En esta reunión manifestaron la intención de crear una veeduría para hacerle control político al tema del agua y se redactó un pliego de peticiones entre las que se encuentran el mejoramiento del suministro de agua, la transparencia y mejora en la gestión de los servicios públicos, la regulación de medidores de agua y facturación justa, la revisión de las tarifas y la participación ciudadana en la toma de decisiones.

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La tragedia 

En medio de los arreglos que se estaban intentando hacer y debido a las fuertes lluvias, el río estaba crecido hasta el punto de llevarse la vida de Nelson Parrado, quien cayó al agua cuando se encontraba realizando sus labores de mantenimiento. Tenía 25 años. Esta muerte enlutó a la ciudad. “Hay un desconocimiento del riesgo constante en el que viven y por eso no previenen este tipo de accidentes”, comentó Adriana al respecto.

En el comunicado de la alcaldía y la EAAV expresaron que “se ha ordenado disponer de toda nuestra capacidad institucional para atender los requerimientos los cuales permitan esclarecer los hechos como también el acompañamiento a su núcleo familiar”. Esta tragedia y el hecho de que todavía no se suministrara el agua y la factura llegara con normalidad, contribuyeron a que los ánimos de las personas siguieran exasperando. 

Además, familias han salido a los caños a lavar sus ropas, lo cual es “indignante porque el recibo llegó con normalidad”, dijo una de las afectadas. Más de un mes después de que empezó la crisis, diferentes comunidades decidieron tomar las vías de hecho para manifestarse contra la no garantía del servicio. 

La gota que rebosó el vaso 

Habitantes del Cantarrana de Villavicencio cerraron una vía en horas de la noche del miércoles 12 de junio. Al día siguiente desde las diez de la mañana comunidades de los barrios La Rosita, Aguas Claras, Villa Amelia y Doña Luz cerraron la vía a Puerto López a la altura de la Universidad Cooperativa de Colombia. Exigían agua por tubería. No se iban a mover del lugar hasta que se les garantizara el servicio. 

Los ánimos estaban arriba, la gente estaba sulfurada, indignada. Un par de delegados de la EAAV hicieron presencia en el lugar para negociar. Como solución momentánea plantearon la llegada del agua por medio de carrotanques. Las personas se dividieron. Algunos y algunas aceptaron esta medida, otras seguían diciendo que eso no era suficiente, que necesitan el agua por tubería. 

Incluso también se brindó la posibilidad de que mangueras de los carrotanques entraran a cada una de las casas, cinco minutos cada una, para abastecer a las familias, a pesar de que esto implica un riesgo para los electrodomésticos. Miradas que reflejaban angustia. No importan la nevera, no importa el microondas, no importan los televisores, el equipo de sonido, la lavadora. Necesitaban agua. Desde El Cuarto Mosquetero estuvimos presentes para informar lo que exigía la comunidad. 

Esa misma noche también hubo manifestaciones en el barrio Hacaritama. El alcalde anunció, luego de las estas protestas, que los arreglos que necesitaban la bocatoma principal ya se habían resuelto y que desde el día siguiente iba a llegar agua a la ciudad. Para el día de ayer 18 de junio, habitantes de barrios como Remansos de Rosablanca, el Parque Habitacional La Esmerada, Doña Luz, Juan Pablo Segundo y Los Maracos, todavía seguían sin recibir el agua.

La EAAV 

Desde principios de año, la alcaldía y la Gobernación del Meta dispusieron 1800 millones de pesos “para el alquiler de maquinaria y equipos” con el objetivo del “fortalecimiento de la línea de aducción de Quebrada La Honda”. 

Sin embargo, el 08 de abril de este año la Contraloría Municipal de Villavicencio expresó que las obras “no están generando un cambio en la dinámica del afluente”. El contralor Carlos Alberto López advirtió en ese entonces que “si llegase a ver una avalancha o una creciente de Quebrada La Honda, todo quedaría atrás como estaba en un inicio antes de iniciar los trabajos”. 

Este martes 18 de junio se desarrolló un debate de control político a la EAAV. Adriana es escéptica con estas medidas. “Realmente en el concejo nunca han tenido la suficiente fuerza para que muestren realmente las cifras y el endeudamiento en el que está la empresa. Nunca he visto que se dé un debate donde se hable de verdad de la situación del acueducto ni que los entes de control le hagan control y seguimiento”. 

El panorama en el futuro cercano, dice Adriana, es desolador. “Villavicencio no va a tener ningún avance porque en el Plan de Desarrollo de la actual administración se habla de estudios y diseños de una bocatoma alterna. Esto no va a solucionar el tema del agua en la ciudad”.

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