“Nos quieren echar por buenos”, denuncia Contralor del Meta

“Ya voy para la oficina”, me escribió en Whatsapp. Si no era en ese momento, probablemente después no podría llevar a cabo la entrevista que le había solicitado desde hace cinco días, los funcionarios públicos suelen tener agendas ajustadas. Rápidamente me alisté y junto a mi compañero, Edilson Ariza, llegué hacía las 12:00 del mediodía a las instalaciones de la Contraloría Departamental. En el primer piso, los de recepción nos aplicaron gel y nos tomaron la temperatura, como es usual en la cotidianidad actual. Tuvimos que llenar una planilla con nuestros datos y luego subimos por escaleras cuatro pisos, al fondo se encontraba la oficina de quién sería nuestro entrevistado. 

Carlos Alberto López (CAL), nos recibió con buen semblante y de manera abierta y tranquila nos comentó un poco sobre su vida. Nos contó que tiene 45 años de edad, que nació en Villavicencio y se crió en el barrio Villa Julia, en medio de escenarios de drogas, delincuencia y prostitución, pero sus trabajos siempre fueron honestos. Desde los nueve años incursionó en el mundo laboral recogiendo cartón y vidrio, para luego venderlos en una chatarrería. Laboró en una licorera, repartió pan, vendió bolsas plásticas y de papel, prestó servicio militar, fue vigilante del San Andresito, zorrero en Bogotá, mensajero y cajero de Conavi, supervisor y luego gerente de una empresa de vigilancia, secretario general y luego presidente ejecutivo en tres ocasiones, todas por concurso, de la Cámara de Comercio de Villavicencio. En Tauramena, Casanare fue secretario general de la Alcaldía Municipal y alcalde encargado. Además fue director de Colpensiones, juez penal municipal de conocimiento en Bogotá, juez de control de garantías en la capital del Meta y docente en pregrado y posgrado universitario. Incluso fue presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Villa Julia, del 2000 al 2008. “He hecho de todo un poco”, nos dijo jocoso cuando terminó de enumerar su variado y muy nutrido repertorio laboral.  

Cuando le pregunté sobre su familia, con orgullo señaló un portaretrato sobre uno de sus escritorios que tiene la fotografía de los seres que ocupan lugares primordiales en su vida. Allí estaba su esposa, con la que lleva trece años y con la que tiene una hija y dos niños que biológicamente no son sus hijos, pero a los que ha criado como suyos. También nos relató un poco sobre su padre, quien fue sastre y su madre, tendera, ambos habitan ahora “en el cielo”. 

Carlos Alberto estudió en la escuela pública de su barrio y a sus 15 años se graduó de bachiller en la Institución Educativa Francisco José de Caldas. Fue estudiante destacado en el área de ciencias naturales en el ICFES a nivel departamental, pero en ese entonces no existían los apoyos económicos que brinda el Gobierno a los alumnos sobresalientes, así que trabajó para costearse sus estudios superiores. 

En 2001 consiguió su título de abogado en la Universidad Cooperativa de Colombia, luego se especializó en derecho administrativo y derecho procesal y próximamente iniciará un doctorado en derecho que pagó con un crédito que aún está cancelando. 

Se ha dado a conocer como “el terror de los concursos”, porque todos los cargos públicos que ha asumido, los ha conseguido por meritocracia. Actualmente es Contralor del Meta y dado a su destacable desempeño, ha tenido que enfrentar persecución y amenazas. Asegura que no es muy amigo de los medios de comunicación porque están muy sesgados, sin embargo, accedió a tener una entrevista con El Cuarto Mosquetero (ECM), porque cree en el trabajo de los medios independientes.

ECM: ¿Cuándo asumió su cargo como contralor del Meta?

CAL: El 15 de enero del 2020 renuncié a mi trabajo como juez y el 16 asumí mi cargo como Contralor Departamental del Meta, cargo al que llegué por concurso. Antes me había presentado en varias ocasiones como aspirante al cargo, no solamente en el Meta, sino también en el Guaviare y Casanare, pero hasta el año pasado me gané el puesto. 

ECM: ¿De qué se encarga la Contraloría? Las personas a veces no tienen claro en qué se diferencia de la Procuraduría y la Fiscalía.

CAL: La Fiscalía no es un órgano de control, es un ente acusador. Dentro de la estructura del Estado, pertenece a la rama judicial. Las contralorías no hacemos parte de ninguna de las tres ramas (legislativa, ejecutiva y judicial), nosotros pertenecemos a los órganos de control y estos se dividen en dos: el Ministerio Público y el control fiscal. 

Entonces, el Ministerio Público se divide en: la Procuraduría General de la Nación, que se enfoca en lo disciplinario; la Defensoría del Pueblo y las personerías municipales o distritales. Luego aparece la figura del control fiscal, en la que está la Contraloría General de la República, las contralorías territoriales (departamentales, distritales y municipales), el control interno y las veedurías. Para vigilar la gestión fiscal de las contralorías está la Auditoría General de la República.

Ahora, la función de las contralorías es la de vigilancia y control fiscal del manejo de los recursos públicos. La función de nosotros es resarcitoria y patrimonial, que si la plata se perdió, establecer cuánto y buscar la forma de recuperarla. 

ECM: ¿Cómo fue el proceso de concurso para llegar a su cargo actual? 

CAL: En las ocasiones anteriores en los que me presenté como aspirante al cargo, siempre quedé en la terna. Sin embargo, en esta última ocasión quedé en el cuarto lugar, entonces presenté reclamos aludiendo a un error en mi calificación. Quien ocupó el tercer puesto renunció pero luego desistió, después Diego Meyer (contralor de Villavicencio) presentó una tutela y se suspendió el proceso. Luego llegó la respuesta a mi reclamo, el proceso continuó y se notificó que estaría a la cabeza de la Contraloría del Meta. Ocho de once diputados votaron por mi.  

ECM: ¿Cómo ha ejercido su cargo en medio de una pandemia?

CAL: La pandemia ha sido un gran obstáculo porque las auditorías se hacen en terreno y con carpeta en mano. Además, el covid disparó de inmediato dos cosas, el uso de la figura de la urgencia manifiesta como un elemento justificatorio de contratación directa y segundo, la presencia de actos irregulares en el momento de la celebración o ejecución del contrato, es decir, sobrecostos, unidades que no llegaron, elementos de mala calidad. Todo eso se encontró dentro de los escenarios que tuvimos en las denuncias que atendimos el año pasado. Esas denuncias superaron los 2.700 millones de pesos en hallazgos fiscales y la platica que pudimos recuperar fueron como 550 millones de pesos. 

ECM: ¿Cuál es su posición frente a la política de la región?

CAL: Yo no tengo afinidad política con nadie, no tengo cercanía con ningún mandatario ni seccional ni local, estoy ajeno a todas esas alianzas políticas. Desde que quedé en la terna, las llamadas de todas las casas políticas no se hicieron esperar, nunca le contesté a nadie, porque yo siempre tuve en cuenta que ejercer este cargo requiere muchísima responsabilidad y lo primero que debe hacer el contralor es ser independiente. Yo no le salgo a nadie. 

ECM: ¿Se ha sentido perseguido?

CAL: Al principio no había persecución, sino llamadas, invitaciones, mensajes y demás. Incluso un tipo llegó a mi casa a hacerme ofrecimientos económicos. Tuve que ponerle cámaras de seguridad a mi casa, mandarla a polarizar, y la Policía está muy pendiente del tema. 

ECM: Entonces las insinuaciones escalaron a amenazas…

Amenaza enviada al celular del contralor el pasado 1 de febrero. Imagen: Carlos Alberto López.

CAL: Sí, y todas ya son de conocimiento público. Yo creo que esas amenazas son consecuencia de los resultados y del acercamiento que hay con la comunidad, porque ese acercamiento nos ha permitido acceder a información para llegar de manera contundente a donde se pueden estar encontrando las irregularidades. La última amenaza que enviaron la recibió mi secretaria. Con todos estos ataques, se ha evidenciado una pérdida de respeto a los entes de control pero creo que hay una recuperación de la confianza y el apoyo de la comunidad. Todos los días recibo mensajes de apoyo y respaldo. 

ECM: Los políticos y funcionarios públicos son los que están en la mira de la Contraloría y muchos de ellos están inmersos en corrupción y no se sienten cómodos con la labor de la entidad, ¿Cómo ha enfrentado eso?

CAL: Yo prometí tres cosas cuando llegué a este cargo: un trabajo en equipo con resultados y con calidad, un control fiscal con independencia y de cara a la comunidad, y unas actuaciones impecables con decisiones implacables. Entonces eso ha incomodado a bastantes a quienes no les he aceptado insinuaciones.  

ECM: Usted se encarga de difundir con frecuencia videos en los que informa sobre los hallazgos de la Contraloría, y hay quienes lo critican diciendo que ahora se cree youtuber, ¿Cómo ha tomado eso?

CAL: Pues uno se pone a mirar quién lo hace y quién lo dice, entonces uno mira qué intereses hay detrás. Algo que aprendí en la vida es que al buen árbol, le tiran piedras, pero le tiran más piedras al que da los mejores frutos. 

ECM: ¿Qué es lo más difícil de hacer control fiscal?

CAL: El tema político y la corrupción, y son unos factores que tratan de bloquear por todos lados el control fiscal. Cuando se sienten afectados hacen lo habido y por haber para salirse con la suya. 

ECM: Antes de iniciar esta entrevista, nos comentó que lo querían sacar por bueno, ¿Por qué cree eso?

CAL: Más que por bueno, es por resultados, hemos incomodado muchísimo. Se señaló a aquellos a los que nunca se les había tocado, habían escenarios muy complicados, procesos quietos durante años, guardados en el anaquel, irregularidades que parecían estar bien y no se decía nada, pero ya no es así. Hoy en día, el personal sabe que tiene que cumplir con la función constitucional y legal. 

ECM: ¿Podría decirnos quiénes lo quieren sacar?

CAL: La verdad no quiero decirlo, pero de lo que sí estoy seguro, es de que la comunidad sabe quienes son. 

ECM: Durante la pandemia, en algunos municipios del Meta se evidenciaron varios contratos para adquirir alimentos y elementos de aseo y bioseguridad con el fin de ayudar a las y los más vulnerables, ¿Cuál fue el hallazgo más impactante que encontró? 

CAL: Hubo tres. Yo creo que la olímpica fue la de la cubeta de huevos. Ese hallazgo fue en el municipio de Puerto Rico, Meta, donde en plena pandemia se compró unos mercados y la cubeta de huevos figuraba en el contrato por 28 mil pesos. Yo fui hasta allá y ese producto estaba en 12 mil pesos. 

La otra fue la del caso de Mesetas, el famoso lavamanos artesanal que no valía más de 50 mil pesos y lo habían facturado por 323 mil pesos. Y la otra que me impactó muchísimo fue el famoso oxímetro en Puerto López, encontré dos detalles en especial, uno es que el oxímetro que se encargó no fue el mismo que se entregó y lo segundo, es que ese producto que habían entregado, con la carga, en el mercado valía cerca de 180 mil pesos, pero lo facturaron por cerca de 1’500.000 pesos. 

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ECM: ¿Qué ha logrado la Contraloría durante su liderazgo?

CAL: Del cien por ciento del Plan de Acción 2020 cumplimos el 98 por ciento, con dos características fundamentales: primero, menos plata y menos personal, y segundo, en plena pandemia. También, en el Plan Estratégico 2020-2021, ya llevamos con ese 98 por ciento, el 55 por ciento cumplido. 

ECM: ¿Qué planes tiene para su futuro?

CAL: Quiero ser magistrado de la rama judicial por carrera judicial. Y luego de eso, si se me permite, ser notario. También quisiera tener una finca grande para descansar con mi familia los fines de semana. Quiero seguir disfrutando de buenas lecturas, conocer, andar y escuchar a la gente. También me gusta mucho la historia, sobretodo ver fotos antiguas, me pongo a ver una de esas y me doy a la tarea de investigar y tratar de reconocer algún aspecto llamativo. Pero, ¿Sabe que también quisiera? dejar mi huella demostrando a la sociedad que los buenos somos más, eso me parece fundamental porque la gente ha perdido la credibilidad en la institucionalidad. 

ECM: ¿Cómo se recupera esa credibilidad en la institucionalidad?

CAL: Con resultados, sin eso no se puede demostrar nada. 

Hace unos días, dadas las quejas de funcionarios por supuestas arbitrariedades y presunta extralimitación de funciones, la Auditora General de la República, Alma Carmenza Erazo Montenegro, solicitó al Contralor General, Carlos Felipe Córdoba Larrante, realizar una intervención a la Contraloría Departamental del Meta.

Según Erazo, Carlos Alberto, expidió nueve actos administrativos exigiendo la suspensión inmediata de doce servidores públicos de cuatro municipios del Meta, entre ellos los alcaldes de Mesetas, Guamal, y dos directores de institutos descentralizados. Las presuntas irregularidades fueron denunciadas por los 28 de 29 alcaldes del departamento y el gobernador, Juan Guillermo Zuluaga.

Es por eso que, tras terminar la entrevista con nosotros, Carlos Alberto insistió en la importancia de terminar los informes -que estaba realizando antes de nuestra llegada- en los que muestra los resultados de la Contraloría durante su liderazgo y la confianza que se ha tejido con la comunidad. También recalcó que seguirá ejerciendo su cargo yendo en contra de los intereses políticos que buscan su salida, porque como dijo anteriormente, quiere demostrar que los buenos son más. 

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