Algunos candidatos y candidatas iniciaron su carrera por la administración municipal de manera indirecta hace varios meses con la apertura de sus redes sociales haciendo campaña de expectativa, sondeos y en firme cuando sus nombres y candidaturas quedaron inscritas en la Registraduría. En estos tiempos una buena parte de la contienda electoral se vive en el mundo digital, por ello, y haciendo un repaso de las diversas redes sociales de cada uno de ellos se puede hacer una idea muy general de lo que piensan, sus ideas claves, formación e intereses.
Óscar Alejo Cano candidato por Cambio Radical es un hombre que se presenta en Facebook como exgerente de la Unidad de Licores del Meta, exconcejal e ingeniero electrónico. Su cuenta en esta red social tiene unos cinco mil seguidores y en promedio sus publicaciones alcanzan unas doscientas reacciones. La principal palabra que se usa en promedio desde finales del mes de junio es “improvisación”, esta para referirse a la actual administración de Felipe Harman. Así mismo, se recurre a “experimento”, también con relación al mandatario de turno.
En el marketing político es importante definir un opositor, ya sea alguien con el que se compita en su aspiración, alguien del escenario político o un punto de partida. En este sentido se perfila a Felipe Harman como ese alguien para desde allí desarrollar su discurso, quizás apelando a los disconformes y llevarlos a su propuesta. Es una estrategia de vieja data que tiene como epicentro generar masa crítica entorno a la inconformidad.
Por ejemplo, el pasado 03 de julio y con ocasión de un nuevo cierre de la vía al Llano, se posteó una pieza gráfica que en la parte final tenía la expresión “¡Pongamos fin al experimento!” y en ella se contenían tres argumentos. En uno se hablaba de las pérdidas económicas, en el segundo se hablaba del “gobierno” sin hacer mención a cuál específicamente (nacional, departamental o municipal), pero si había una mención a la Alcaldía de Villavicencio acusándola de negligencia, específicamente en el punto tres. Lo curioso es que no se menciona de manera directa a la Gobernación del Meta, administración de la que él fue parte cuando fue gerente de la Unidad de Licores del Meta. Por último, en el tercer punto se crítica que Harman ante la crisis solo publicó un trino, trino que también salió del perfil de Juan Guillermo Zuluaga.
Para los días de la crisis por el cierre de la vía se lanzaron algunas publicaciones con datos, cifras de las pérdidas derivadas del cierre y haciendo relación a los impuestos que se pagan mientras la carretera sigue teniendo problemas. Claramente esto es un caballo de batalla desgastado en casi todas las contiendas electorales por la alcaldía del municipio que, lejos de ser promesas, se convierten en piezas comunicativas para generar disconformidad. Un alcalde tiene poca o nula injerencia en los asuntos de una vía nacional, incluso un gobernador, tal como quedó demostrado hace un par de años con la crisis del kilómetro 58, en la que, el gobierno departamental, del cual él hacía parte en su momento, poco pudo resolver y/o gestionar dicha situación ante el Gobierno Nacional.
Desde el 02 de julio las publicaciones en Facebook mencionando a la actual administración municipal han pasado desde la vía al Llano, cámaras de seguridad de la ciudad sin funcionamiento, robo de motos, menciones directas a Felipe Harman criticando su gestión, así como resaltando a Dios y la familia y videos con el tradicional cenefatón. Una de las publicaciones más llamativas fue la realizada el pasado 07 de julio, en el que mediante un video hablaba de la inseguridad de la ciudad y en tono firme dijo “la cárcel o el cementerio”, para referirse a las personas que están en el camino de la delincuencia.
Ante la anterior afirmación, al hacerse un análisis del discurso se pueden inferir dos cosas. La primera que el discurso de la seguridad desde lo punitivo sigue enraizado en la clase política tradicional y lo segundo, que el fin de la justicia es condenar al victimario en el marco de la institucionalidad. La muerte en el Estado social de derecho se aleja del principio de la prevención del delito desde su causa o raíz. Este discurso es altamente efectivo en el elector cansado de la inseguridad, pero poco en la práctica; como proponer un helicóptero volando por la ciudad para bajar la criminalidad. No se resuelve el problema porque no se ataca el origen del mismo y el costo para el erario es muy alto, como la hora de vuelo de una aeronave.
La colorimetría de las piezas gráficas resalta dos colores, el amarillo y el purpura, ambos con bastante intensidad. Decía una de las más destacadas figuras del marketing político en América Latina, Juan José Rendón, y que asesora al expresidente Uribe y otros líderes políticos de la región, “el purpura es el color del muerto”. Esto haciendo referencia al purpura mortuorio tan en la retina de la gente en esta región del mundo.
En Twitter la situación no es muy diferente si se compara con Facebook, aunque se resalta la foto de encabezado, en la que se lee la frase “construyamos una ciudad segura y sin miedo”. De nuevo la mención a la seguridad, y sin miedo, lo que recuerda una vez más a su jefe en la gobernación y quien iba en la misma línea discursiva. Para aquellos años la ciudad no cambió, siguió en materia social casi inalterable, pero un helicóptero, un discurso de seguridad, mano dura y ese tono tranquilo y locuaz se mete fácilmente en la gente.
En las pasadas elecciones Felipe Harman llegó a la alcaldía con unos 100 mil seguidores en Facebook (hoy esa cifra es mayor) y obtuvo un poco más de 48 mil votos. Aunque también es cierto, especialmente en las campañas 3.0 en América Latina, que la cantidad de seguidores no determina siempre la cantidad de votos, pero las excepciones a esta regla se reducen con rapidez. La big data muestra que la interacción permite conocer la opinión del electorado, pero si no hay suficientes seguidores, esa interacción se reduce a las calles y ese viejo cuadrilátero decrece a ritmo acelerado a favor del mundo digital.
Viene dos meses importantes, pasar de los discursos vociferantes a favor de la seguridad a las propuestas, a las ideas para mejorar aquello que tanto se critica y aumentar de manera considerable la masa critica que sigue siendo muy baja.
