La prosperidad de Villa del Río I surgió gracias a nuestro acueducto comunitario

La urbanización Villa del Río I, surgió de un proyecto de vivienda por autoconstrucción de la mano de la Cooperativa Multiactiva de vivienda Montecarlo de los Llano Orientales en mayo de 1988. La iniciativa fue bien acogida por muchos personas, pero algunas temieron ante una posible estafa. Una vecina que trabaja en Bogotá, recuerda que su mamá le comentó acerca del proyecto y entre dudas accedió a comprar un lote que le costó cerca de doscientos mil pesos. Ahora que ve lo que hoy en día es el barrio, suele cuestionar: ¿Por qué no compré otro?

Entre los y las iniciadoras de la zona están Lubin Garzón, Amadeo Murillo, María García, Florencio Capera, la familia Herreño Galeano, y Marco Osorio y Víctor Muñoz, quienes ya fallecieron. Cada uno se estableció con su familia y muchos chiquitines que hoy en día se sienten orgullosos/as de haber ayudado a construir su casa.

La comunidad trabaja para instalar las tuberías del acueducto comunitario. Foto: Acueducto Comunitario Villa del Río I.

Una vez realizada la distribución del terreno, la Cooperativa y los pocos propietarios iniciaron la búsqueda de agua. Don Lubin cuenta que la primera manguera que trajo agua al barrio fue de “un de un caño muy chico que había al lado del Molino Montecarlo y se presentaban inconvenientes porque los que estaban al lado de arriba retenían el agua y los de más abajo reclamaban. En vista que ya no era suficiente el agua de ese cañito, se buscó por el lado de Playa Rica otro caño con más caudal. Cinco años después, en 1993, se emprendió el sueño de construir nuestro propio acueducto. Bueno, aunque yo no estaba en este inicio, ahora soy parte de este gran proyecto; en este año se determinó realizar una captación en Caño Grande e instalar tubería de tres pulgadas”. Ese ir y venir se ha convertido en toda una aventura. Don Florencio, al igual que don Lubin, recuerdan que hacían convites para realizar los trabajos, así aportaban jornales, materiales o pagaban, pero la odisea más grande era cruzar por terrenos ajenos que no permitían el paso y la vía que conduce a Acacias era un complique, entonces ellos se las ingeniaban haciendo túneles y trabajando prolongadas noches, como los búhos, y consiguieron su objetivo, labor que los dio a conocer entre la comunidad como ‘los ingenieros’.

En enero del año 1996 fue otorgada la personería jurídica a la Junta de Acción Comunal del barrio, en cabeza del, ya fallecido, señor Johel Quintero y el grupo fundadores, continuando con la lucha ferviente de formalización del Acueducto Comunitario directamente desde la Junta. A la vez, el objetivo era crear una escuela, que actualmente se conoce como Colegio Comunal Albert Einstein, para que los niños y niñas recibieran su educación de manera más accesible, pues la urbanización estaba alejada del casco urbano de Villavicencio; si, de Villavicencio porque se vivía como en el campo, todo estaba rodeado de vegetación y tranquilidad, condiciones que permitían realizar actividades como la Marcha de ladrillo y los basares, que eran tan buenos, que la señora Yenny comenta que venía desde Bogotá exclusivamente a gozárselos.

El trabajo por y para el acueducto continuó. La bocatoma de caño Grande fue cambiada gradualmente entre 1998 y 2000 por tres caños pequeños: Equis, Víctor y Diamante, que nos abastecen actualmente. A inicios de la década de los dos mil, por la necesidad que tenía el barrio la Rochela de adquirir el líquido y la capacidad que había en nuestro acueducto para otorgarlo, se hizo un convenio para prestar este servicio. En ese entonces, también se tomó la decisión de que cada propietario de Villa del Río 1 diera un aporte monetario y así adquirieron la finca Buenos Aires, de 17 hectáreas, en el sector de la vereda Samaria para protección y reserva de uno nuestros nacederos.

Fue transcurriendo el tiempo y en marzo del 2004 se creó la Comisión Empresarial del Acueducto de la Junta de Acción Comunal. Cinco años antes tuve la fortuna de llegar a este barrio y en agosto 2009 ingresé a ser parte de este proyecto, que ha significado toda una experiencia gratificante llena de lucha y aprendizaje.

En el continuo progreso de nuestro acueducto comunitario, se adquirió en el 2010 un inmueble en el barrio Montecarlo Alto y se compró una planta de tratamiento que compacta tres filtros. Durante los años 2012, 2013, 2017 y 2018 se realizaron cambios de red de aducción y conducción, ya que estas en ciertos sectores presentaban varios daños, sobretodo en la temporada de invierno. En el 2016 se construyó un tanque desarenador nuevo y cuatro años después de obtuvo un lote en nuestro barrio con la ilusión de construir nuestras propias oficinas, siempre en pro de mejorar cada día mas.

Este es nuestro Acueducto Comunitario, con altibajos, sueños y proyectos para ejecutar. Día a día nos formamos para ser capaces de dar cumplimientos a todos los entes reguladores como Superservicios, Cormacarena, Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico, la Secretaría de Salud Municipal, entre otros. Todos los logros han sido fruto de nuestro esfuerzo y nuestros propios recursos económicos, pero, sobre todo, de la unión comunitaria que hemos forjado con responsabilidad y persistencia.

Escrito por: Alejandra Bravo, representante del Acueducto Comunitario de Villa del Río I.

Si quieres conocer más historias de los acueductos comunitarios en Villavicencio, échale un vistazo a la revista realizada por ACER con apoyo de Censat Agua Viva Amigos de la Tierra Colombia y Terre Des Hommes, bajo la edición de El Cuarto Mosquetero. Puedes descargarla aquí: Lucha y resistencia por la gestión comunitaria del agua en el Meta

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