Agua no apta para el consumo y sin continuidad, además de cobros coactivos, serían parte de las dificultades que enfrentan las comunidades de la comuna Ocho de Villavicencio.
La bocatoma de Caño Grande surte agua a 46 barrios que conforman el sector de Montecarlo Bajo en la comuna Ocho. Allí la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villavicencio (EAAV) construyó una planta de tratamiento de agua potable (PTAP) mediante el contrato de compraventa 107 del 13 de mayo de 2013 y que empezó a funcionar en abril del 2014. Fecha desde la cual, según la comunidad, la entidad empezó a facturar.
Según comentó a El Cuarto Mosquetero, Luis García, vicepresidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio Portales de Nuevo Horizonte, antes existía ya una PTAP pero artesanal hecha por la comunidad y la cual era administrada por el acueducto comunitario Empresa de Servicios Públicos del Oriente (Espo). Pero la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios (Superservicios) había intervenido y liquidado a esa entidad, por lo que el contrato 107 del 2013, se hizo junto a la liquidadora de Superservicios, quedando la EAAV como administradora de la bocatoma. Asimismo, afirmó que esta PTAP inició funcionando para cinco barrios y luego para 13, pero que, desde que la EAAV empezó a operar, el suministro de agua pasó a prestarse en 46 barrios.
Además, García relató que, una vez la EAAV empezó a hacerse cargo de la bocatoma de Caño Grande, se comprometió a realizar unas adecuaciones con un dinero aportado por la Superintendencia Superservicios, pero lo que en realidad hicieron, fue instalar unos filtros que a la larga, no mejoraron el servicio de suministro de agua. Lo que ha dejado preocupada a la comunidad ante la carencia de continuidad y calidad en el suministro de agua.
Por su parte, Hanner Sabogal, concejal de Villavicencio, quien desde hace meses viene acompañando a las comunidades afectadas, mencionó que dados los evidentes incumplimientos en la PTAP de Caño Grande por parte de la EAAV, entiende el inconformismo de las y los habitantes del sector de Montecarlo Bajo. “Solicitaremos un informe escrito a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villavicencio un informe escrito frente a esta situación, frente a las inversiones que se tienen contempladas realizar aquí”.
Incluso, durante una reunión realizada con funcionarios de la EAAV el pasado 19 de junio, el Concejal afirmó “nosotros como concejales de la ciudad no estamos para lavarle la cara a la empresa frente a las cosas que no están funcionando”. También declaró que seguirá acompañando como garante a las comunidades para que la problemática pueda resolverse y llegar a buen término.
De hecho, líderes de los barrios que dependen del suministro de esta bocatoma, afirmaron que la PTAP no cuenta con las condiciones necesarias para abastecer a sus comunidades. “El mismo señor Alcalde, ahorita en abril cuando subió a la bocatoma de Caño Grande comprobó que efectivamente eso no era planta de tratamiento y por eso se comprometió a dar un presupuesto”, dijo García.
Ante la situación, se había acordado instalar en el pozo profundo de Caño Grande una nueva planta de energía eléctrica y realizar una interconexión con la línea de La Esmeralda, por el sector de Amarilo con una válvula check para evitar que el agua ingrese pero no salga de la comuna Ocho, esto con el fin de que las comunidades no tengan que enfrentarse a las dificultades de la PTAP que actualmente opera en Caño Grande. Las obras están aún en espera.
También, el 15 de junio del 2021, Efrain Mojica, gerente de la EAAV, le afirmó que los materiales destinados a la adecuación de la PTAP estaban ya en la bocatoma de Caño Grande, sin embargo, en la visita realizada por las comunidades tres días después, se comprobó que en el lugar no estaban los elementos, lo que ha hecho que pierdan la confianza en esta entidad.
Por eso, Martha Linares, presidenta de la JAC del barrio La Florida, afirmó que en los seis años que la EAAV lleva administrando la PTAP, no se han evidenciado avances: “Primero la teníamos permanente, ahora intermitente, luego que pico y cédula y hay semanas que no tenemos agua”, relató.
Por su parte, Luis Carlos Grajales, presidente de la JAC del barrio Catumare, aseguró que no se nota la inversión que la EAAV había prometido: “Esta planta realmente no se le ha invertido un peso pero si están amenazando para que la gente pague”. Y es que, según han denunciado algunos usuarios y usuarias, a sus viviendas han llegado funcionarios de la entidad realizando cobros coactivos y advirtiendo embargos a pesar del cuestionable servicio que estaría brindando la entidad.
Incluso, líderes comunales de la zona presentaron la denuncia ante la Superservicios y solicitó que se proceda a instaurar las debidas consecuencias disciplinarias, así como también operativizar todos los mecanismos legales para lograr la instalación de la PTAP en Caño Grande en óptimas condiciones.