Ser una persona no binaria implica desafiar las categorías de género convencionales, enfrentando obstáculos burocráticos y sociales. La corrección en la cédula del sexo es un paso para la garantía de derechos. Todavía queda camino por recorrer.
Para Orión Vargas, una persona trans no binaria de Villavicencio, corregir el sexo en su cédula representa paz. Cada vez que debe mostrar su identificación, se enfrenta a una realidad impuesta que no refleja quién es realmente. Esto genera una carga emocional y mental constante, agotadora y desmoralizante.
Ser no binario -NB- significa identificarse fuera de las categorías tradicionales de género masculino y femenino. Estas personas pueden experimentar su identidad de género de diversas maneras, como agénero, género fluido, bigénero, que no se ajustan a la dicotomía convencional. Implica desafiar y rechazar las normas binarias impuestas por la sociedad, buscando una expresión que refleje fielmente quiénes son.
Orión explica que “la no binariedad entra dentro de lo trans, que es un término paraguas. Engloba ser travesti, transexual, transgénero, lo binario y lo no binario. Lo binario implica hacer un tránsito entre lo masculino y femenino o al contrario. Y lo no binario son todas esas identidades que se salen de esos estándares”. Por eso siempre se ha querido “des binarizar” es decir que no se vea muy masculino pero tampoco muy femenino.
El camino burocrático del cambio de sexo en la cédula
Para Orión, cambiar su sexo en la cédula implica mayor facilidad para hacer el resto de trámites, por ejemplo, a nivel médico, para su transición. Desde hace un poco más de una semana empezó su tratamiento hormonal y esto debería hacerlo bajo supervisión médica, ya que en el pasado también lo intentó, pero tuvo complicaciones de salud.
En Villavicencio el tema de la no binariedad, según Orión, sigue siendo un tabú. Cuenta que una vez una psiquiatra le dijo que se trataba de un tema “de percepción” aludiendo a la historia clínica en la que se dice que es un “hombre gay”. Le contó que le afectaba que se refirieran a su persona con pronombres masculinos y la psiquiatra le respondió “usted no se ha definido”, a lo que le respondió que “la identidad es cambiante”.
Realmente Orión no quería poner NB en la cédula. Esperaba que apareciera un espacio en blanco, una x o un guión. Para la corrección de su documento, ha recibido acompañamiento y asesoramiento de la Fundación Grupo de Acción y Apoyo a personas Trans –GAAT–, una organización social de base comunitaria que trabaja por la promoción y defensa de los derechos y la ciudadanía plena de las personas con experiencias de vida Trans, sus familias y redes de apoyo en Colombia.
Sin embargo, a pesar de tener este acompañamiento, “todo fue canson y horrible. Es como si fuera una herramienta del Estado para decirte ‘no queremos que lo hagas’. Desde la ignorancia de los funcionarios, las trabas que ponen, el desconocimiento de los procedimientos y la información ambigua que dan para hacerlos”.
Alelí Chaparro, abogade y la primera persona en obtener un título universitario no binario en Colombia, y además quien estuvo al frente en el proceso para que desde el Estado se reconozcan las identidades no binarias, expresó que “aunque este proceso de corrección de cédula no es el más garantista, se ha estandarizado en la mayoría de notarías del país y es el mismo al que puede acceder cualquier persona trans femenina o masculina para corregir su sexo de M a F o de F a M”.
La sentencia T-033 de 2022 de la Corte Constitucional, explica Alelí, “ha sido efectiva para garantizar, en cierta medida, el derecho a la identidad. No solamente funciona como algo jurídico, no es solo un trámite, sino un proceso de aseveración de la identidad por parte de las instituciones. Sentir que la cédula representa el nombre correcto y el género correcto ayuda mucho. en eso. La identidad no depende de si el Estado la reconozca o no, pero es importante saber que se está en la posición jurídica correcta en el mundo”.
Sin embargo, Orión estuvo días enteros en notarías de Villavicencio: “desde el inicio, la primera persona que nos recibió, no nos dió la información clara, no sabía qué era lo que se tenía que hacer, no sabía dónde era y nos mandó con otra persona, luego nos mandaron con tres personas y así sucesivamente”.
Por su parte, la Superintendencia de Notariado y Registro, emitió la Circular 202 del 13 de junio de 2023 dirigida a todas las notarías del país, en la que se les da las instrucciones para la inclusión de la categoría “No Binario” en el componente de sexo en los registros civiles. En este mismo documento se anexa un memorando dirigido a los delegados departamentales, registradores distritales, especiales, municipales, auxiliares, notarios con función registral y servidores públicos, con las indicaciones, pero esta vez para hacer la corrección en el esquema de identificación.
Otro aspecto que resalta Alelí son las herramientas que el Estado ha proporcionado “como la gratuidad para ciertas personas, ya que esto brinda la posibilidad de que una persona trans y no binaria que no tiene los recursos para tramitar ese proceso lo pueda hacer”, eso sin contar con los costos para la corrección en diplomas, certificados y demás documentos.
Orión ha enfrentado momentos incómodos y frustrantes en su interacción con los funcionarios públicos. “Las miradas y cuchicheos, el drama innecesario y la falta de comprensión son comunes”. Esto es una prueba de la necesaria pedagogía y concientización en funcionarias y funcionarios públicos. Para avanzar en la aceptación y comprensión de las identidades no binarias.
Esta historia también resalta la importancia de las etiquetas de género. Aunque no le gusta etiquetarse, reconoce que son útiles para explicar su experiencia de género a otras personas. Su viaje personal le ha llevado a identificarse primero como un hombre gay, luego como un hombre de género no conforme, y finalmente como una persona no binaria. Este recorrido le ha hecho cuestionar la existencia misma del género y abogar por una comprensión más amplia y flexible de la identidad.
El día del orgullo ¿Una fecha para celebrar?
En esta búsqueda de derechos para las personas trans y no binarias, el concepto de “orgullo” ha sido un tema de reflexión. Orión reconoce que hay diferentes opiniones sobre si debe celebrarse, dado que aún hay mucho por lo que luchar. Las dificultades para cambiar documentos, iniciar tratamientos hormonales, y los casos de violencia contra personas trans son recordatorios de las carencias en la garantía de derechos. En Villavicencio, el año pasado, tres mujeres trans fueron asesinadas, y estos casos no han avanzado en la justicia.
El orgullo para Orión no es solo una celebración, sino una reivindicación de la identidad y los derechos. Junto con otras personas, ha trabajado en iniciativas para recuperar el sentido crítico y social del orgullo. “La fiesta del orgullo lo que termina siendo es precisamente una fiesta en la que lo que se celebra es al hombre blanco gay hegemónico y todo lo que sea diversidad realmente se termina segregando”. Movimientos como el Orgullo Crítico en Madrid, la Contramarcha en Bogotá y otras ciudades buscan devolver el foco a la lucha por condiciones de vida dignas para todas las personas disidentes de género y sexuales.
En Villavicencio, la marcha del orgullo se organiza con el apoyo del Comité de Marcha, que convoca a la comunidad a participar en la planificación del evento. Sin embargo, Orión no siente representación en esta marcha y afirma que debería ser más inclusiva y debería fomentar más la libre expresión.
En mayo de este año, la Defensoría del Pueblo lanzó una alerta respecto a las personas con identidades de género diversas en Colombia, ya que entre febrero y abril ocho mujeres trans han sido asesinadas en el país. Para esta institución la cifra es “preocupante”, ya que esta población sigue siendo la que “soporta la marginación y la violencia en su grado más extremo”. La misma entidad afirmó que durante el 2023 alrededor de 200 personas transgénero fueron víctimas de violencia por prejuicio.
A pesar de los desafíos, Orión sigue participando en movilizaciones, reafirmando su identidad, sus luchas y su tránsito en lo legal, lo médico, lo social. Corregir el sexo en la cédula es un paso esencial para vivir plenamente la identidad, pero todavía quedan desafíos para la garantía de derechos de las personas con identidades de género diversas.
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