Por: FuerteDeMente
La humanidad responde a un constante cambio. La forma de vestir, la forma de pensar, los nuevos ritmos musicales, el estilo de vida al que nos han sometido los avances tecnológicos, el celular, la televisión, el cine, el internet y muchas cosas más, que en épocas pasadas solo eran producto de la imaginación o ni siquiera eso.
La evolución de las especies, teoría formulada por Charles Darwin, se usa con frecuencia como fundamento para determinar cómo en el mundo animal y vegetal, los seres vivos se adaptan a las circunstancias del medio donde habitan y a la manera en que enfrentan los constantes peligros que los amenazan.
Nuestro planeta al parecer avanza de forma acelerada a lo alto del desarrollo y el progreso, con vehículos voladores, viajes interestelares y robots avanzados. Un “FUTURAMA” en potencia. A simple vista, debiéramos alegrarnos por todo lo que el “futuro” nos ha traído, practicidad, facilidad, agilidad en todos los procesos en todas las tareas y trabajos. Pero, ¿a qué costo?
El desarrollo que hemos alcanzado es directamente proporcional a la afectación que ha sufrido nuestro mundo. Puede que nuestros antepasados no hayan gozado de la vida cómoda y práctica de la actualidad, pero, seguramente tendrán mucho que recriminar del estado en que tenemos al planeta. Selvas destruidas, especies extintas, ríos secos, incendios forestales, calentamiento global, cambios climáticos, deshielo en los polos, los nevados destruidos y otras tantas tragedias más.
Es triste que el avance en conocimientos y tecnología no haya marchado a la par de la conservación y la protección del medio ambiente. La industrialización y mecanización de los procesos productivos han logrado ganancias inimaginables a un costo ambiental sin precedentes. La reconocida frase, “todo tiempo pasado fue mejor” podría ser usada hipotéticamente, con total veracidad por las plantas y animales que han sido menguados considerablemente o extintos, gracias al progreso y desarrollo de los humanos.
Aunque no dejo de agradecer todo lo que el mundo moderno tiene, siento un gran anhelo con que VOLVAMOS ATRÁS, al pasado, a proteger y conservar nuestro planeta. Volver atrás a vivir en armonía con el medio ambiente, haciendo uso de lo necesario para lo supervivencia sin afectar los hábitats ni ecosistemas. Volver atrás, a océanos limpios cargados de peces y algas. Volver atrás a faunas y floras exuberantes, coloridas y alegres. Volver atrás amando más el agua y lo natural, que el oro y las riquezas.
Los científicos afirman que la destrucción es inminente, que los incendios serán copiosos y destructivos, los terremotos, tsunamis, derretimiento de los polos, escases de agua y un sinnúmero de afectaciones se incrementarán, poniendo en riesgo la existencia humana. En otras palabras, somos víctimas de nuestros propios inventos.
De vuelta atrás es el llamado a retomar la conservación y cuidado del medio ambiente, de vuelta atrás es una medida contingente que puede ser débil pero necesaria. De vuelta atrás es el llamado no solo a escoger siempre lo natural, sino a elegir como líderes a aquellos que valoren más la vida que el dinero.
Aunque pueda ser demasiado tarde, es imperativa la necesidad de ser veedores y administradores eficientes de las riquezas naturales de nuestro planeta.
*Opinión y responsabilidad del autor de la columna, más no de El Cuarto Mosquetero, medio de comunicación alternativo y popular que se propone servir a las comunidades y movimientos sociales en el Meta y Colombia.