En un lugar muy lejano, había un pueblo muy pequeño donde sus habitantes sobrevivían de la pesca. Todos conseguían el agua de un río que pasaba cerca de allí y de ese río también los pescados pescaban. Pero después de un tiempo, lamentablemente el río se contaminó por el mal uso de los pobladores.
Un día un grupo de estudiantes se pusieron en la tarea de crear una solución para que todo volviera a ser normal. Ellos se llamaban Sara, Manuela, Juan, Marcos y Ana. Discutieron entre ellos pero llegaron a la conclusión de que era por las basuras que arrojaban que el río estaba sucio. Entonces llegaron a su pueblo para hacer una reunión con todos los habitantes.
Una vez reunidos todos, Ana dijo:
— Sino paramos la contaminación, no tendremos agua ni el dinero que obtenemos de la pesca.
Luego habló Juan.
— Por favor, señores, es nuestra vida.
Todos cayeron en cuenta y desde ese momento los campesinos ayudaron a que el río volviera a ser el de antes, más limpio, más puro. Hoy en día tiene muchos árboles, plantas y fuentes hídricas limpias.
Por: Yulitza Jerez, reporterita popular 2020.
En el municipio de El Peñón, Santander se empezó a trabajar durante éste año con un grupo de niños, niñas y jóvenes de la Escuela veredal de Cruces, para que así, también en la ruralidad, se estén formando reporteritos/as con habilidades de liderazgo, comunicativas y que se interesen por aportar desde sus saberes en la defensa del territorio y en construir territorios más justos y equitativos. El proceso de formación es dirigido allí por nuestra comunicadora Lina Álvarez.