Cuando el agua es un negocio, la protesta social es una necesidad

El Acueducto Municipal de Villavicencio ha sido noticia en múltiples ocasiones en los últimos años, y no precisamente por aspectos positivos en la gestión pública, sino por el contrario, por presuntos hechos de corrupción, por el constante daño en el suministro de agua, por el abandono a los gestores comunitarios del agua y por los numerosos plantones que la comunidad ha venido realizando ante el desabastecimiento del servicio en la ciudad.

Desde hace más de ocho años, la capital del Meta se ha visto afectada por constantes suspensiones en el suministro de agua por daños en el acueducto municipal, lo que ha llevado a que las diferentes administraciones estén celebrando contratos para intentar reparar aparentes daños en la línea de aducción del acueducto de Villavicencio. Sin embargo, en su momento la Contraloría General de la República advirtió que procesos de contratación relacionados con el acueducto podrían ser un detrimento patrimonial por inconsistencias en su planeación, ejecución y seguimiento, ya que transcurridos seis años después de la contratación, la obra se encontraba abandonada por el contratista, quien no cumplió con los doce meses que le fue estipulado para entregar la obra.

Ésta auditoría entregada en el año 2017, es emitida después que el concejal de la ciudad, Juan Felipe Harman del Polo Democrático Alternativo, quien durante más de un año denunció esa y otras inconsistencias en contratación que aparentemente buscaban solventar el problema del agua sin éxito, ya que no estaban enfocadas en una reparación real en la línea de aducción sino se hacían de manera coyuntural y por contratación directa; denuncias que intentaban ser minimizadas ya que él era señalado por diferentes sectores como extremista y por perseguir sin argumentos  la administración del alcalde Wilmar Barbosa, pero que aportaron en despertar el interés de la ciudadanía.

Además, en ese mismo año la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villavicencio fue multada por Superservicios por $1000 millones por no tener un plan acorde a sus obligaciones, que pusieron en peligro al 70% de los habitantes de la ciudad. En ese entonces y hasta la actualidad, los acueductos comunitarios han sido de gran ayuda para solventar las constantes crisis que afronta especialmente en época de lluvia, la EAAV con el suministro de agua.

Por todo lo anterior, y otras irregularidades que se han continuado presentando con el casi inexistente servicio del agua, es que se han realizado cacerolazos por el agua(2017), plantones, o el más reciente “Quematón por el servicio de agua”, como forma de protesta pacífica y para evidenciar que “Llevamos más de 8 meses sin el servicio de agua, los planes de contingencia no han servido para suplir las necesidades en todos los barrios de la ciudad. Podemos durar entre 4 a 6 días sin agua. Los recibos llegan aún más caros que teniendo el suministro y la respuesta de la Administración  a cargo del Gerente de la EAAV, Jimenez y el Alcalde Wilmar Barbosa es que «todo está bien»”, manifestó Alejandra Mayorga, lideresa social y quien ha participado activamente en ésta serie de acciones sociales.

“Estamos mamados de pagar y pagar recibos costosos sin un servicio de agua digno, no queremos pagar ni un peso más por unas cuantas gotas y mucho aire que llega por las tuberías” fue uno de los argumentos de las y los asistentes a la quematón que fue convocada por organizaciones sociales de Villavicencio, como CREO, la cual fue un acto simbólico que buscaba generar la reflexión que mientras contar con un buen y constante servicio de agua en Villavicencio, “es casi como ganarse la lotería”, sí están llegando puntuales los recibos por el cobro de agua. Por eso al grito de “¡Queremos agua carajo!” fueron quemados los recibos simbólicos que crearon frente a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado.

Hace algunas semanas durante la rendición de cuentas de la Administración Municipal se dio un parte de seguridad porque el suministro de agua se estaba cubriendo y que los colapsos en su mayoría estaban siendo subsanados, sin embargo en barrios vulnerables como Guatiquía, para la misma época estaban haciendo cierres momentáneos en la vía, para expresar su angustia ante la falta de servicio que los acosaba durante días. Ante esto, Gustavo Basto, líder social de la ciudad manifestó que aunque la institucionalidad “Ha creado un plan de contingencia para suministrar el servicio a los aproximados 125mil usuarios, éste ha sido un fiasco, no ha todos los barrios llegan los carro tanques, las facturas se están incrementando sin aparente justificación” entre otras problemáticas que han llevado a que se genere un inconformismo en la comunidad y que éste “colectivo de ciudadanos indignados” se esté movilizando.

Además, Basto señaló que están en el proceso de llevar a cabo una Audiencia Pública por los malos manejos en los recursos que le ha dado la administración de Wilmar Barbosa y  por la falta de un servicio básico que mientras para algunos es considerado como un derecho, para otros parece simplemente ser una oportunidad de negocio.

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