Comunidad asentada en la vereda Caños Negros denuncia que fue desalojada debido a amenazas de hombres armados a cargo de ‘El Diablo’

Tras amenazas de hombres armados, al parecer, a ordenes del ‘Diablo’, una comunidad que estaba asentada en la zona denominada San Fernando, ubicada en el kilómetro 17 de la vía a Caños Negros; tuvo que desalojar la zona. Aunque el señalado ya fue capturado, las y los afectados temen volver, pues dicen que el peligro sigue latente. 

Aproximadamente en junio del 2020, el sueño de tener una casa propia, alentó a varias personas a pagar dos millones de pesos, a un avaro que luego desapareció, por un lote ubicado en el kilómetro 17 de la vía a Caños Negros. Cerca de 70 familias llegaron con la ilusión de empezar a edificar sus viviendas. Empezaron con madera, lonas y plásticos, y esperaban de a poco ir adecuando lo que se convertiría en su refugio para toda la vida, libres de la preocupación que enfrentan la mayoría de las personas de escasos recursos: el pago mensual de un arriendo.

Dos meses después, aludiendo que el terreno les pertenecía, llegaron varios hombres armados al lugar, tumbando los cercados y llevándose la madera de los “cambuches”, en los que residían. Incluso algunos hurtaron elementos de valor y se fueron rumbo a la finca San Rafael de la hacienda Sebastopol, la cual colinda con el predio. “Después de que compramos, nos dimos cuenta que no fue una compra legal sino que estábamos era invadiendo”, comentó uno de los afectados a El Cuarto Mosquetero. También, señaló, fuera de esa propiedad, hay un letrero que dice que el lugar está en un proceso jurídico para reglamentación de papeles. 

El actuar de la Policía, dice la comunidad, no ha sido el más oportuno, por lo que difícilmente se pudieron emprender acciones legales contra los “bandidos”. Además, uno de los habitantes de la zona comentó que los sujetos, luego de enterarse que habían llamado a los uniformados, amenazaron con darle “plomo”, al que se contactó con la institución.

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Nuestra fuente comentó que el supuesto dueño del predio, se alió con Norbey Olivares Rojas, alias ‘El Diablo’, para sacar a las familias que al lí se encontraban. Sin embargo, aseguró, el lugar es un terreno baldío que en realidad, “no estaba siendo ocupado ni siquiera por ganado”. 

Según esta persona, los hombres decían que “esos terrenos eran de ellos, que ya habían hecho negocios con el dueño de la finca, pero el dueño de la finca no es el propietario, el tiene es una posesión”, es decir, que el terreno, pudo haberse adquirido como consecuencia de un hecho o acto violento, como por ejemplo a través de un robo o despojo del bien inmueble.

Cabe recalcar que, según una investigación de El Tiempo, este predio inició el proceso de extinción de dominio, en 1997. Meses después, la Dirección Nacional de Estupefacientes lo entregó provisionalmente al Incoder que, a su vez, se lo arrendó a 18 familias en 2006 para que desarrollaran programas de desarrollo rural.

Luego de nueve años, las familias se enteraron que debían abandonar el predio, cuando la Fiscalía 28 delegada ordenó la devolución del bien al propietario, dado que la justicia colombiana no logró probar que el predio se había adquirido con recursos ilegales.

Desde el 2016, la SAS emprendió acciones para recuperar la propiedad, a través de sus funciones de policía administrativa, mediante la Resolución 183 de ese año, situación a la que se opusieron los ocupantes del mismo.

Según la SAS, los ocupantes del predio interpusieron 35 acciones de tutelas y nueve amparos policivos, que llevaron a suspender diez diligencias de desalojo programadas durante los últimos años. Sin embargo, añadió, todas las tutelas fueron respondidas a favor de la entidad para la ejecución del operativo de recuperación de la propiedad. El 23 de abril del 2019, la SAS inició el operativo de recuperación de ocupación irregular del predio en donde se encontraban 250 familias asentadas.

Volviendo al caso actual, nuestra fuente señaló que las familias que estaban asentadas en el predio Parcelas Nuevas, temerosas por sus vidas, tuvieron que abandonar el lugar, debido a las amenazas de los hombres de ‘El Diablo’, quienes les estaban pidiendo una suma de dos millones seiscientos mil pesos dentro de un plazo de quince días para poder permanecer en el lugar. “El que tuviera ese dinero, se tenía que ir, nadie de los que estaba ahí podía levantar ese dinero y se fueron”, comentó. 

Entre la comunidad de San Fernando, ‘El Diablo’, se vanagloriaba de intocable. Decían que siempre se mostraba seguro de que nunca sería capturado, pues tenía el control sobre la mayoría de los obstáculos que le impedirían seguir delinquiendo.

El 2 de febrero de este año, el Ejército y la Policía Nacional confirmaron la captura de ‘El Diablo’  y su mano derecha, Juan Bladimir Cifuentes, alias ‘Juanchito’, quienes fueron judicializados por extorsión, narcotráfico, desplazamiento forzado, concierto para delinquir, homicidio, tráfico porte o fabricación de estupefacientes y tráfico o porte ilícito de armas de fuego. 

Según nuestro informante, ‘El Diablo’, tenía aliados dentro de la Policía, razón por la que los uniformados no capturaban a quienes les amenazaban e ignoraban sus pedidos de auxilio. De hecho, el medio de comunicación local, Stiven Lievano, informó en su momento que “Las autoridades investigan los presuntos nexos que tendría ‘El Diablo’ con algunos funcionarios de la Sijin, la Fiscalía e incluso la rama judicial”. Por eso, el operativo fue realizado por agentes de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, y posteriormente, los capturados fueron trasladados a Bogotá.  

Entre la comunidad de San Fernando, ‘El Diablo’, se vanagloriaba de intocable. Decían que siempre se mostraba seguro de que nunca sería capturado, pues tenía el control sobre la mayoría de los obstáculos que le impedirían seguir delinquiendo. Era tal la confianza que tenía en su supuesta supremacía que, se atrevió a amenazar a Juan Guillermo Zuluaga, cuando era alcalde de Villavicencio, aun cuando él tenía escoltas y a la Policía de su lado.

En el expediente de Olivares Rojas, se lee que nació en Cimitarra, Santander, hace 47 años, pero llegó en el 2004 a Brisas del Guatiquía, allí edificó su fortín. Desde entonces no solo él sino sus familiares cercanos se dedicaron al microtráfico y a ganarse el respeto disparando balas y derramando sangre.

“Ya tiene todo el perfil de capo. No posee estudios y le gusta ostentar lujos como sus cadenas de oro y una camioneta Toyota TXL, donde se movilizaba. Todo el montaje de su imperio estaba tras la fachada de una empresa de reciclaje, que le ayudaba a lavar el dinero. La Fiscalía 107 decide dictarle una orden de captura por homicidio agravado, extorsión, desplazamiento forzado, tráfico de estupefacientes y de armas”, le dijo un investigador de la Fiscalía General, cercano al caso a Periódico del Meta.

El exceso de confianza en sí mismo, le jugó una mala pasada y finalmente fue capturado, pero aunque ahora se encuentra tras las rejas, el miedo de las personas a quienes intimidó en Parcelas Nuevas, aún persiste, sobre todo porque los hombres que trabajan para él siguen en libertad. 

Asimismo, muchos de quienes salieron desplazados de este predio, además de estar sin vivienda, carecen de un empleo. Con la captura de ‘El Diablo’, tienen la esperanza de poder regresar algún día y seguir cimentando el sueño de tener una casa propia. Esperan llegar a un acuerdo con quien tiene la posesión del lugar y que esta vez, la Policía haga el debido acompañamiento, de manera transparente, pues la comunidad tiene la esperanza de poder recuperar la confianza en esa institución. 

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