Allan Poe, un excelente fracaso

Boston se sentía fría de noche. En medio de su nacimiento no había más que frustración, Edgar nunca fue deseado. El veneno que bebió su madre para deshacerse del problema funcionó pero no en él, con la temprana muerte de su progenitora, pasó a ser adoptado por Frances y Jonh Allan. La relación con su padre adoptivo fue complicada y al morir Frances –a quien adoraba-, fue lanzado a la calle sin un centavo. Durante su juventud tomó como pasatiempo escribir en lo único que conservó de su madre: un viejo diario, su talento como escritor empezó a emerger.  Tal talento le atribuyó inspiradas historias escalofriantes, sus líneas macabras removían las fibras de sus lectores al punto de considerar tendencias criminales.

Su madre muere con prontitud; su prima la doncella Virginia Clemmr –con quien mantuvo una relación pura, sin relaciones sexuales-  muere de tuberculosis dos años después de haber contraído matrimonio con él; antes de la muerte de Virginia, Poe conoce a Frances Osgood Sargeant, reconocida poetisa quien tiene dos hijos y vive en un matrimonio infeliz, aun así inicia una relación de coqueteo a través de poemas publicados entre sí, la relación termina a causa de los rumores y el empeoramiento de salud de Virginia, su icono intelectual ideal se esfuma; un año después, en 1848, empieza un noviazgo con la excéntrica poetisa Sarah Helen Whitman, mayor seis años y con quien compartía muchos aspectos pues ambos eran viudos, sin hijos y afines a la escritura gótica y el sufrimiento; se comprometen tras tres meses de noviazgo pero ella rompe el compromiso por miedo a la amenaza hecha por su madre de ser desheredada si se casaba con él –para ese entonces tenía fama de borracho mujeriego-.  El 7 de octubre de 1849 en Baltimore Poe, a pesar de su fama y prestigio, muere solo, alucinando y sin dinero.

POE, SALVADOR

Edgar Allan Poe, dedicó la mayor parte de su vida a su gran pasión, escribir. Se desempeñó en varias profesiones pero su obra como escritor fue la más relevante. Sus relatos con toque de sangre, terror y sufrimiento  llegaron en medio de una época en la que el romanticismo aclamaba un cambio drástico y revolución en la perspectiva psicológica desde un punto de vista crítico. Poe ofreció aquello que el público había estado ansiando: historias gore e irónicamente gracias a sus desgracias, hizo un aporte invaluable a la literatura.

UN DESEO NECESARIO

“¡Gracias a Dios! La crisis, el peligro ha pasado y la prolongada enfermedad ha terminado por fin y la fiebre llamada vivir es conquistada por fin. La enfermedad, la náusea, el dolor implacable, ha terminado la fiebre que enloquecía mi cerebro”

¿Necesitamos un Poe para nuestra época? No, a pesar de su vida corta, su obra dejó suficientes historias y una gran influencia que hasta hoy ha estado vigente. Aunque su vida no fue un ejemplo a seguir y fue el primero en tomar el riesgo de elegir la escritura como su forma de sustento –elección que destruyó sus relaciones familiares-,  nunca causo ningún daños ajenos, logró ser famoso y conseguir varios admiradores, dejando un gran legado que en el transcurrir de los años ha dado sus frutos pues diversos autores han cimentado sus obras con base en Poe.

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