Denuncian discriminación con entregas de ayudas humanitarias en Villavicencio

A pesar de que la instrucción de la Gobernación del Meta es entregar ayudas a todos los ciudadanos vulnerables independientemente de su nacionalidad, el denunciante asegura que no ha recibido ningún alivio por parte de la entidad.

Jholfran José Gallardo, nació hace 32 años en Mérida, Venezuela. Su madre es venezolana y su padre, a quien nunca conoció, es colombiano. Desde hace ocho años viajó a Colombia con la ilusión de conocer a su padre en el municipio de San Gil, pero debido a cuestiones laborales, su progenitor no pudo acudir al encuentro. Aún así, José decidió radicarse en este país.

Es así que el destino lo llevó a vivir desde hace cuatro años en Villavicencio, junto a su esposa y sus siete hijos de 13, 12, 11, 10, 6, 3 y 1 años de edad, en el barrio Guayabal. El menor de sus descendientes tiene Síndrome de Down.

Jholfran trabajaba como mecánico en el taller Libermotos, allí conseguía un sustento diario que le ayudaba a mantener a su familia. Sin embargo, desde que se decretó la cuarentena nacional con el fin evitar contagios por coronavirus, se ha quedado sin una forma de sustento.

“No podemos abrir el taller porque llega la policía y nos cierra y dice que la próxima vez nos van a multar pero tampoco tengo como conseguir el sustento”, explicó con preocupación el venezolano.

Hasta el momento, solo ha recibido un mercado por parte de la Alcaldía Municipal, el cual, destinado a calmar el hambre de nueve personas, se agotó en pocos días. “Nos dieron una bolsita pequeña pero uno agradece porque eso nos sirve”, comentó.

Posteriormente, afirmó Gallardo, al barrio arribaron funcionarios de la Gobernación del Meta, quienes junto al presidente de la Junta de Acción Comunal, entregaron ayudas humanitarias exclusivamente a ciudadanos colombianos.

Inconforme ante esa situación, Jholfran habló con el presidente de la JAC, quien le explicó que los funcionarios de la Gobernación, ordenaron brindar los mercados solamente a ciudadanos colombianos. Sin embargo, tiempo después, Gallardo se topó con dos trabajadores de dicha entidad a quienes les preguntó sobre lo que le había dicho el líder de su barrio.

Para su sorpresa, los funcionarios de la Gobernación, le aseguraron a Jholfran que la instrucción de la entidad es entregar ayudas a todos los ciudadanos/as que se encuentren en condición de vulnerabilidad, independientemente de su nacionalidad, pues todos son seres humanos. Empero la adminsitración departamental ha delegado en algunos lugares éstas entregas y por ende se ha generado dicha situación.

Gallardo ha podido sobrevivir estos últimos días, gracias a la solidaridad de algunos amigos que le ayudan con comida y de su jefe que le ha prestado dinero para poder comprar alimentos. No obstante, la bondad de sus allegados no ha resultado suficiente para llenar los estómagos de su familia, por lo cual se ha visto obligado a salir desde hace una semana a buscar alternativas para conseguir sustento.

“Cuando voy caminando por el lado del hotel Rosado, siempre me encuentro una policía que me regaña por estar en la calle. Entonces yo le digo que tengo siete hijos y no tengo nada qué comer. Pero ella me lanza una mirada fría y me dice que me vaya para la casa, no le importa mi situación”, mencionó Jholfran.

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