La semana pasada se realizó una velatón por las y los desaparecidos, en especial por Edinson Valencia y Abencio Caicedo, líderes de las comunidades de la cuenca del río Yurumanguí, zona rural de Buenaventura, quienes se encuentran desaparecidos desde el pasado 28 de noviembre. Desde que salieron de sus casas sus familiares no saben sobre su paradero.
El evento, que se realizó en el Bulevar de Buenaventura y fue convocado por organizaciones de base comunitaria, contó con la presencia de alrededor de 100 personas que participaron de un encuentro ancestral en el que encendieron velas y entonaron cantos propios del río Yurumanguí alrededor de una ofrenda para el pronto regreso de las personas desaparecidas. Esta actividad no solo fue promovida en ese municipio, sino también en Cali, Bogotá y Santander de Quilichao.
Para Esmeralda* miembro del Consejo Comunitario de la Cuenca del Río Yurumanguí, fundado en 1998, la labor que realizan quienes conforman el colectivo representa un gran peligro. “Hoy en Colombia, ejercer los liderazgos, defender la vida, el territorio es un riesgo, es un riesgo muy alto”. Y no es para menos, según Indepaz, 164 líderes y lideresas sociales han sido asesinadas en lo que va del 2021 y 1.278 desde la firma del Acuerdo de Paz.
Por eso, ella considera esencial contar sobre la ausencia que estos líderes hacen para seguir sus luchas. “Es muy importante mostrarle al mundo que nos han tocado dos columnas de nuestro proceso político y organizativo, son quienes lideran la defensa del territorio en relación a los cultivos de uso ilícito y la minería. No solamente son sus familias las afectadas, también estamos afectados los más de 3.500 yurumangureños y yurumanguireñas porque ellos son un símbolo de lucha y referente para las juventudes”.
Estos dos líderes, desde hace varios años le han apostado a la defensa de los derechos humanos, colectivos y territoriales, esto sumado a la protección del ambiente, postura por la que han luchado en contra de la minería industrial y de la siembra de coca. Actualmente Caicedo se desempeña como delegado de la junta de Gobierno del Consejo y Valencia funge como coordinador de control y vigilancia de la Asociación Popular de Negros Unidos del Río Yurumanguí, (APONURY), la cual se estableció como comunidad étnico-territorial en 1992, luego de la Asamblea Nacional Constituyente.
Por su parte, Adriel Ruiz, coordinador de la Corporación Memoria y Paz (CORMEPAZ), señala que estas desapariciones representan un golpe directo a los liderazgos que resisten desde el territorio. «El río Yurumanguí ha resistido la violencia y se han parado en la raya frente a los actores legales e ilegales (…) por eso desaparecer a dos líderes es una afectación grave. Ellos dijeron no a la minería y eso es un ejemplo para el resto de la región y hay mafias que están detrás de todo esto porque quieren explotar el territorio a como dé lugar”.
Aunque no se tienen identificados a los responsables de su desaparición, se estima que en la zona hacen presencia grupos armados ilegales como disidencias de las FARC, el ELN y las AGC.
Investigación y redacción por: Ever Mercado, fotoreportero documental.