A raíz de las dificultades que tuvo que enfrentar como miembro de la población LGBTI en un territorio como el Meta, que estuvo controlado por grupos armados, Raizza decidió convertirse en una defensora de derechos humanos, labor que lleva ejerciendo hace más de 10 años.
A sus siete años decidió reconocerse como Raizza Geraldine Parra y ser una mujer libre, con carácter, luchadora y fiel defensora de los derechos de la población LGBTI. Pero fue hasta sus 28 años que pudo verse y sentirse como se lo había prometido de pequeña. Raizza es una mujer transgénero que ha tenido que atravesar contextos de violencia y desplazamiento. Nació en Garzón, Huila, pero la guerra en la que ha estado inmerso el país le obligó a desplazarse junto a su familia a los Llanos Orientales.
A su llegada al Meta fue víctima de violencia, discriminación y estigmatización, lo que le significó un obstáculo inmenso para el libre desarrollo de su verdadera identidad. No obstante, la lideresa arribó a Villavicencio hace 30 años, donde forjó su liderazgo y activismo. Se formó como técnica en Gestión y Participación Social en Salud y ha sido delegada de la Mesa Departamental LGBTI del Meta, Mesa de Garantía de Derechos Humanos por el Enfoque Diferencial, y el Comité Territorial de Paz, Reconciliación y Convivencia.
Además, es la fundadora de la marcha del orgullo LGBTI en Villavicencio, la cual hace 11 años se viene realizando y se ha convertido en una de las actividades más importantes para esta población, pues pueden dignificar su derecho a decidir sobre sus propios cuerpos y a amar desde la diversidad.
En este caminar por la exigencia de los derechos humanos para la población a la que pertenece, se ha encontrado con risas, llanto e incluso amenazas, pero el creer en un cambio que garantice unas mejores condiciones de vida digna, la reconfortan. “Mi motivación por estas luchas nace para el año 1991, luego de la proliferación del VIH en donde la sociedad argumentaba que nosotros los maricas éramos los creadores del SIDA”, recuerda.
Raizza sueña con tener casa propia y remodelar e invertir en su sala de belleza, sabe de antemano que las oportunidades laborales para las mujeres trans son escasas por no decir que inexistentes, es por esto que, sigue luchando por unas garantías laborales y de vida digna para esta población.