Este 1 de octubre, se llevó a cabo un evento de entrega a la Jurisdicción Especial para la Paz – JEP del informe “Por el hecho de ser mujer”, el cual recopila testimonios de mujeres víctimas de violencia sexual y desplazamiento forzado en el Meta. El documento nació del proyecto Entrelazando Historias de la Red Departamental de Mujeres Víctimas de Desplazamiento, y fue apoyado por el proyecto de Apoyo a la construcción de paz en Colombia (ProPaz) perteneciente a la Cooperación Alemana GIZ.
Al evento, que se llevó a cabo presencial y virtualmente en Villavicencio, asistieron delegados de la JEP, la Procuraduría, la Cooperación Alemana GIZ, las mujeres que participaron del proyecto y organizaciones sociales, para presentar este informe que lleva su nombre explicando que las mujeres que relataron sus testimonios, fueron víctimas “por el hecho de ser mujer”.
Nancy Yamile Moreno, coordinadora del proyecto, le comentó a El Cuarto Mosquetero que tres mujeres pertenecientes a 28 de los 29 municipios del Meta, participaron en este informe contando sus historias de violencia sexual sufrida en el marco del conflicto armado en Colombia.
Estas historias están recopiladas en el informe y se enmarcan entre el periodo de tiempo que va desde 1986 hasta 2016, año en el que se firmaron los Acuerdos de Paz entre el Gobierno Nacional y la extinta guerrilla de las FARC.
A inicios de este año, se planteó hacer talleres, acompañamiento psicológico y entrevistas personalizadas en cada municipio del Meta a las mujeres que darían sus testimonios, sin embargo, cuando ya la metodología había sido aprobada, se dio la declaratoria de pandemia en todo el país y del consecuente aislamiento preventivo, por lo que todo este proceso se llevó a cabo virtualmente, según relató Moreno.
Por su parte, Elizabeth Barajas, representante legal de la Asociación Mujeres Buscando Futuro, la cual hace parte de la Red Departamental de Mujeres Víctimas de Desplazamiento, mencionó que el informe consta de 130 páginas, y se entregó a una magistrada de la JEP.
“Los testimonios hablan por sí solos, están hechos para el resurgir de las víctimas, para retribuir en algo a las mujeres violentadas y esto es una pequeña muestra, no solo de violencia sexual sino también de desplazamiento forzado porque el 52% de la población victima de este flagelo corresponde a mujeres y no solo del Meta, sino de las que llegan desplazadas de otros territorios”, mencionó Barajas.
Amalfi Gómez, quien también hace parte de la Red Departamental de Mujeres Víctimas de Desplazamiento y fue facilitadora en seis de los 28 municipios en los que se recogieron testimonios, recuerda dos historias que le impactaron.
La primera es de una chica que vivía en una zona rural con sus padres y hermanos gemelos. Un día cualquiera llegaron integrantes de las extintas FARC a su casa y amarraron a sus papás y delante de ellos, la abusaron sexualmente. La mujer requirió de asistencia psicológica luego de lo acontecido.
La segunda, recuerda que ocurrió también en una zona rural del Meta. Cinco mujeres con negocios propios fueron citadas a una vereda a las 4:00 pm, se supone que las reunirían para cobrarles “la vacuna”, pero en menos de lo que pensaron, se encontraron amarradas y siendo abusadas sexualmente por siete integrantes de las extintas FARC, “cada uno pasó por cada una y repitió”, relató Gómez. Después fueron liberadas pero tuvieron que salir de allí desnudas y posteriormente salieron desplazadas del lugar.
Este documento que tiene como finalidad convertirse en un libro histórico, busca evidenciar cómo, aseguró Nancy, “la mujer fue el botín de guerra y los vejámenes que padecían las mujeres a las que accedían”.
De este informe se imprimieron más de 200 ejemplares, a los cuales tendrán acceso de manera prioritaria las mujeres participantes, la delegación de la Cooperación Alemana GIZ y demás organizaciones que hicieron parte de este proyecto. Además hará parte de la memoria histórica del Meta.
