Policentrismo, un planteamiento especulativo en Villavicencio

“Las razones que llevan a una ciudad a triunfar tienen mucho más que ver con su capital humano que con sus infraestructuras físicas” Edward Glaeser.

El acuerdo 287 de 2015 (Plan de ordenamiento territorial de Villavicencio) propone un modelo de ordenamiento policéntrico, cuyo propósito es mejorar la capacidad, cobertura y los tiempos de desplazamiento y transporte, como también facilitar a los habitantes el acceso a servicios de equipamientos sociales. Propuesta que se desarrolla de una manera especulativa y descontextualizada.

Este modelo promueve una nueva estructura de centralidades, compuesta por áreas de actividad intensiva (A.A.I); centralidad histórica, centralidades periféricas y centralidad lineal, cuyo propósito es el de servir como nodos de desarrollo territorial con un planteamiento de múltiples actividades de alto impacto. Conexo a éstas se estructuran las áreas de actividad moderada (A.A.M.) que se caracterizan por ser áreas de transición, con usos de mediano y bajo impacto, proyectando así dos tipos; área de actividad moderada corredor, que se encuentra principalmente sobre vías arterias y secundarias, y el área de actividad moderada estratégica que rodea las nuevas centralidades municipales.

La presunción de este planteamiento radica en postulados elementales para el policentrismo, como la conexión entre centralidades que para el caso de Villavicencio no supera los 8 km y el tiempo de desplazamiento no es mayor a 20 minutos en condiciones de alto flujo vehicular, además la competencia en la categorización de los usos del suelo, su definición, clasificación y concepción no manifiestan criterios técnicos y/o teóricos de capacidad, cobertura, delimitación, ubicación y ejecución, el precario análisis contextual evidencia el enfrentamiento de estas nuevas centralidades con áreas de actividad residencial predominante, desvirtuando el concepto de transición entre áreas de actividad y dejando a la deriva la nueva proyección de estructura urbana.

La arbitrariedad de este nuevo planteamiento, la falta de priorización de problemáticas territoriales, el desconocimiento de realidades, acontecimientos y dinámicas urbanas, no sólo impulsan la continuidad de un crecimiento urbano desordenado, sino también obstaculizan la construcción social del territorio. Cabe destacar que el problema de no conocer el territorio al momento de planificarlo y la tendencia por parte de la administración de reducir el ordenamiento territorial a acciones politiqueras, han llevado a tener una visión deshumanizada de la ciudad intentando forzar que el territorio se adapte a la normativa, sin embargo, la relación ser – territorio evidencia que la normativa debe actuar como instrumento evolutivo para el desarrollo de ciudad.

*Opinión y responsabilidad del autor de la columna, más no de El Cuarto Mosquetero, medio de comunicación alternativo y popular que se propone servir a las comunidades y movimientos sociales en el Meta y Colombia.

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