El flagelo de una obsesión

Jessica Castillo conoció a Jeyson Stevan García cuando tenía 14 años, él tenía 20. Ella siendo considerablemente menor, afirma que fue fácilmente manipulada y recibió constante maltrato físico y psicológico. Como si fuera poco, cuenta la joven, el señalado también golpeaba a su ex novia.

Un hijo y seis años después, Jessica cuenta que Stevan aún no la ha dejado en paz a pesar de haber cortado todo tipo de lazo afectivo con él. Incluso, su condición de embarazo, no fue un impedimento para que el acusado siguiera maltratándola al punto de tener que ser hospitalizada con amenaza de aborto.

Un caso en particular que recuerda Castillo, es cuando tenía 15 años y se dirigía a presentar la prueba para el ICFES, en ese entonces había terminado con García pero él le llamó rogando que fuera a verle, a lo que la joven accedió y al llegar al lugar citado, fue arremetida por el susodicho, quien la golpeó fuertemente porque al parecer, el hombre temía ser abandonado si su pareja obtenía un buen puntaje y se superaba profesional y económicamente, sin embargo, adolorida y ensangrentada, ella acudió a presentar el examen. Otros casos que recuerda la denunciante, son cuando intentó incinerarla con gasolina, quemarle la boca o sentarse sobre su vientre estando embarazada con la intención de apagar la vida que florecía en su interior.

Sin embargo, tan pronto Jessica se enteró de su embarazo, se armó de valor para terminar su relación con Stevan, quien según la joven, nunca ha respondido monetaria ni afectivamente por su hijo. Cuestión que irónicamente le resulta beneficiosa, pues así no tiene obligación alguna de permitirle estar cerca del menor, quien al parecer, también ha sido víctima de maltrato por parte del acusado.

Aunque Jessica es escéptica frente a prácticas dentro del espectro paranormal, la confesión de Stevan afirmando que su familia se dedica a la brujería y que es por eso que logró convertirla en su novia y que su madre se enfermó, le ha hecho cambiar de opinión.

De hecho, Steven, señala Jessica, maneja un patrón a la hora de mantener relaciones sentimentales, pues varias chicas han acudido a ella para pedir ayuda asegurando que están sometidas por efectos de ocultismo. Castillo, por su parte, afirma que fue el amor de su hijo lo que la salvó de seguir bajo lo que califica como una tortura.

Aunque se embarazó cuando tenía 16 años, Jessica afirma que la llegada de su bebé representó un futuro positivo, le ayudó a dejar de autoflagelarse (esta práctica, la inició gracias a su expareja, quien un día tomó su brazo y le cortó con una cuchilla minora) como producto de su depresión y a dejar a un lado sus pensamientos suicidas. La joven que hoy tiene 21 años, está aferrada a la vida y busca ser mejor persona día a día para su hijo.

Los comportamientos obsesivos de Stevan estuvieron presentes desde siempre, pero Jessica confundía la atención constante (como trepar las paredes del colegio para espiarla o llamarla y buscarla intensamente) con expresiones de amor. Esta confusión terminó cuando nació su bebé y decidió cortar definitivamente con su relación, cuestión que no fue fácil, pues en varias ocasiones él acudió con apoyo económico para el bebé y prometió someterse a tratamientos psicológicos, pero nunca lo hizo, sus estados de ánimo continuaron cambiando constantemente con reacciones violentas, y según Jessica, él llegó a comentar que tenía dos personalidades.

No obstante, su decisión de alejarse no la ha librado del acoso y amenazas constantes a ella y su familia. Unas capturas de varias conversaciones dejan al descubierto cómo Jessica y su hijo son tratados con insultos. Incluso recibe amenazas de muerte. La joven afirma que de nada le ha servido bloquearlo de sus redes sociales porque él siempre crea nuevas cuentas para seguirla intimidando.

 

Jessica teme por su vida y por la de su hijo, ha tenido que evitar revelar su dirección, salir sola y decir donde estudia su hijo, la situación ha llegado a tal punto que, Andrés Felipe Rodríguez, su pareja actual ha sido víctima de Steven, la primera vez fue cuando acudió en estado de embriaguez a la casa de su novio para espiarlo y amedrentarlo cuando salió hacia la tienda, empujándolo y exigiéndole que le revelara el paradero de la joven. Meses después, Steven agredió a Felipe cuando este se encontraba con un amigo sentado en un andén, quitándole los lentes, partiéndolos y posteriormente causándole un traumatismo en la cabeza y la cara, según dictamen médico. Su amigo, quien intercedió, también fue golpeado por el acusado.

El de la denunciante, es solo uno de los tantos casos que se presentan a diario en la región, cifras de la Secretaría de la Mujer, La Familia y Equidad de Género, señalan que entre enero y junio del 2019 se presentaron en el Meta 3.796 casos de violencia, “se estima que 376 mujeres aproximadamente son víctimas de algún tipo de violencia en el departamento y aportan el 7% de violencia intrafamiliar de mujeres en el país”, anuncia el portal web de la entidad, el cual también asegura que Villavicencio es el municipio donde más se presentan estos hechos con 2.647 casos, seguidos por Acacías con 327, Cabuyaro con 128, Castilla La Nueva con 125 y Cuamaral con 98. En cuanto a feminicidios, Medicina Legal reporta 12 homicidios en mujeres durante la primera mitad del año pasado en el Meta.

Por su parte, Castillo ya ha instaurado varias denuncias ante la Fiscalía por todo tipo de violencias a las que la ha sometido García, y está a la espera de que las autoridades competentes actúen para salvaguardar su vida y la de sus seres queridos, ya que no desea convertirse en una cifra más entre los tantos casos aberrantes que acontecen en el país. Andrés Felipe, su novio, instauró también una denuncia contra el acusado por lesiones personales.

Este medio intentó contactar a Stevan García pero no hubo respuesta de su parte.

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