En hechos violentos fueron asesinadas tres personas, dos mujeres identificadas por las autoridades como Betty Yanina Álzate, de 28 años y María Elena Cedeño de 47 -quien era de nacionalidad venezolana- y un hombre identificado como Rodolfo Saavedra quien tenía 57 años de edad.
Según informó la comunidad a las autoridades, el 03 de abril, sobre las 8:00 de la noche en la vereda La Cristalina, jurisdicción del municipio de Puerto Gaitán, estas personas se encontraban departiendo, cuando fueron abordadas por un individuo, quien, sin mediar palabras, desenfundó un arma de fuego atentando contra su humanidad.
Una vez conocido este lamentable suceso, la Policía Nacional designó un grupo de investigación criminal e inteligencia que, junto al personal del cuerpo Técnico de Investigación Criminal y Judicial -CTI-, se dirigió hasta el lugar, para realizar la inspección técnica de los cadáveres. El coronel Jeison Freddy Sora Cruz, comandante del Departamento de Policía Meta, informó que se dará una recompensa a quien denuncie a los autores de la masacre.
De acuerdo con Indepaz, está sería la masacre número 29 en lo que va del 2023 en Colombia y la segunda en el municipio de Puerto Gaitán. La primera fue el domingo 12 de marzo, cuando cuatro hombres en dos motocicletas interceptaron un bus procedente de Puerto Carreño, bajaron a tres pasajeros y les dispararon.
Es importante tener en cuenta que, la Defensoría del Pueblo había emitido una alerta temprana -AT- No 017/20 y el informe No 007/22, señalando la presencia de actores armados y su disputa por el territorio, asimismo, evidenciando que la extorsión se ha posicionado como el delito que más afecta a la población civil en el municipio, en específico a los grupos de comerciantes, agricultores y pequeños empresarios. Por ende, la importancia que se tomen medidas preventivas para evitar este tipo de hechos.
Organizaciones de Derechos Humanos pidieron atención urgente a este caso, en especial porque desde 2021 se quitó el puesto de Policía del Porvenir y los casos son atendidos desde Puente Amarillo, lo que deja a la vereda en donde ocurrieron los hechos y a otras zonas rurales, sin la presencia de fuerza pública que pueda contener estos actos de violencia.