«Mantén tu rostro hacia la luz del sol y no verás la sombra»: Helen Keller

Helen Keller nació el 27 de junio de 1880 en Tuscumia (Alabama). Su madre indicó que a los seis meses empezó a decir sus primeras palabras y al año dio sus primeros pasos. Sin embargo, al cumplir 19 meses se enfermó y quedaron secuelas que marcaron su vida, Helen perdió totalmente la visión y la audición. 

En su infancia tuvo dificultades para comunicarse con su familia, al tener siete años ya dominaba 60 señas diferentes que le ayudaron a mejorar su comunicación. Helen aprendió el lenguaje de señas de su profesora Anne Sullivan. La niña aprendió primero a deletrear las palabras con su mano y luego avanzó a la lectura en el sistema braille. La amistad entre la maestra y la alumna permaneció por casi medio siglo. 

Helen aprendió a hablar usando técnicas del método Tadoma, es decir tocaba los labios de otros mientras hablaban y sentía las vibraciones que hacía la garganta cuando se decían las palabras. Aprendió a leer en griego, alemán, latín y francés. 

Entre 1888 y 1896 asistió a clases en el Perkins para ciegos y a la Escuela Wright-Humason para los Sordos en Nueva York, terminó sus clases en la Escuela de Señoritas de Cambridge Massachusetts. 

Keller ingresó a Radcliffe College para sus estudios universitarios. En esta época se acercó a ideales de izquierda y se interesó por la lucha de los trabajadores, además de escribir sus primeras obras. La autobiografía titulada ‘La historia de mi vida’ fue publicada en 1903.

En 1904 se convirtió en la primera persona sordociega en obtener un título universitario, se graduó con honores; ese mismo año se casó con John Macy. En esta etapa escribió ‘El mundo en el que vivo’, ‘Canción del muro de piedra’ y ‘Fuera de la oscuridad’. Diez años después se separó pero nunca oficializó su divorcio. 

Helen junto a George Kessler confundaron la organización Helen Keller International para realizar investigaciones en torno a las salud, visión y la nutrición. La escritora asumió un rol de activista por los derechos de las personas invidentes o con visión reducida. 

Debido a las posturas políticas fue duramente criticada y estigmatizada por la prensa de la época que consideraban que cometía errores a causa de su ceguera. Los señalamientos no opacaron su actividad, Helen se unió a la Unión Industrial y organizaciones de trabajadores donde promovió la lucha contra la precarización laboral, además luchó contra el racismo imperante en Estados Unidos. 

En 1920 realizó giras por varios países donde hizo énfasis en la importancia del respeto a los derechos de las personas invidentes, logró visitar más de 35 naciones y recaudó fondos para ayudar a personas con limitaciones visuales. Helen Keller falleció el 1 de junio de 1968 en Easton (Connecticut), tenía 87 años y sufrió de un ataque cardíaco. 

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