Un día como hoy, hace 45 años, un grupo de mujeres se reunía por primera vez en la Plaza de Mayo en la cuidad de Buenos Aires, Argentina. Eran lideresas que buscaban el respaldo de los defensores de derechos humanos. Mujeres que salían en búsqueda de sus hijos detenidos y desaparecidos durante la dictadura de Jorge Rafael Videla, entre el periodo de 1976 a 1983. Las madres intentaban llamar la atención del Ministerio de la Junta Militar; pero jamás recibieron respuesta alguna, solo recibían oposición constante.
Fue así que el 30 de abril de 1977, catorce madres formaron una agrupación para encontrarse todos los jueves en la tarde, en la Plaza de Mayo. En el lugar, las madres permanecían de pie, sin moverse. Pero la policía siempre las vigilaba y les mencionaba que “circularan” (en ese entonces eran prohibidas las reuniones de tres o más personas). Ellas comenzaron caminatas alrededor de la Pirámide de Mayo, en el centro de la plaza. Reclamando por sus hijos, utilizando pancartas, siluetas de personas desaparecidas y pintando el piso del lugar.
A partir de ahí, se convirtieron en un ejemplo de espacio en la memoria y la identidad de los argentinos. Utilizando un lema que generó antonomasia: “Aparición con vida” y “juicio y castigo a los culpables.» Además, empleaban simbología que representaba la desaparición como lo eran los pañuelos blancos sobre las cabezas.
En 1979, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos ( OEA) visitó Argentina. Las madres con la presencia de la entidad, pudieron presentar formalmente las denuncias sobre los hechos sucedidos. Y fue así, como el mundo se pudo enterar de los crímenes que se estaban cometiendo por parte del gobierno militar. Es prudente recalcar que las mujeres lucharon arduamente durante nueve años por la búsqueda de la verdad y el paradero de sus hijos, enfrentándose a la fuerza pública, sin recibir respuesta alguna.
En 1986, el grupo de mujeres se fortaleció en dos líneas. Las Madres de la Plaza de Mayo y la Asociación Madres Plaza de Mayo. Además, surgió también el movimiento “Abuelas de Plaza de Mayo”. Mujeres ejemplo para Latinoamérica y el mundo entero en la búsqueda de personas dadas por desaparecidas, en la defensa de los derechos humanos y en mantener viva la memoria sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos. Asimismo, gracias a ellas, hay un método de identificación genético; la sanción de leyes y normativas nacionales e internacionales de amparo a la niñez, un mayor acompañamiento del Estado en los procesos de búsqueda; el juicio y castigo a los responsables del plan sistemático de apropiación de menores y en la sororidad y resistencia que hay que tener para enfrentar las injusticias que se viven en su país
