Claudia Sheinbaum, con más de 58,3% de los votos, se consolidó como la primera mujer en ser presidenta de México. Llega con cuestionamientos por su falta de postura en temas de género, en el segundo país con más feminicidios en Latinoamérica.
Sheinbaum es una mujer de izquierda que inició su liderazgo desde el movimiento estudiantil, es licenciada en física y doctora en ingeniería energética, se define como “científica” y en su trayectoria política ha ocupado cargos como el de secretaria de Medio Ambiente y Jefa de Gobierno en distintos periodos donde el actual presidente Andrés Manuel López Obrador -AMLO ha gobernado, así como el de ser alcaldesa de Tlalpan, en ciudad de México.
Iniciando esta contienda era un hecho que una mujer iba a ser la sucesora de AMLO, ya que, la contendora de Sheinbaum fue Xóchitl Gálvez, quien representaba la oposición y quien contó sólo con el 28% de los votos. Esta posibilidad de que el país centroamericano tuviera una presidenta, se le atribuye a los resultados de la Ley de Paridad implementada desde el año 2014.
En el transcurso de la campaña, la violencia política dejó como saldo, según el registro de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana -SSPC más de 30 candidatos y candidatas asesinadas y 200 homicidios políticos como producto del crimen organizado.
El 02 de junio, luego de una extensa contienda electoral, en la cual los sectores de derecha utilizaron la narrativa del miedo para contener la movilización ciudadana por el voto hacia quien representa el proyecto de la “Cuarta Transformación” que propuso AMLO desde su campaña presidencial para lograr “un cambio profundo para el país”, arrojó como resultado tener la primera mujer presidenta después de 200 años de vida independiente en México, y también, que, el progresismo y la izquierda se mantengan en el poder pese a las críticas de movimientos indígenas, ambientalistas, estudiantiles y feministas sobre su gestión.
El Movimiento Regeneración Nacional -Morena- fundado por AMLO en 2011, Partido Verde Ecologista de México -PVEM, El Partido del Trabajo -PT, respaldaron a Claudia Sheinbaum, quien a lo largo de la contienda manifestó en distintas intervenciones, que su gobierno será “continuista” a las políticas sociales y económicas que deja el actual presidente, y esto, lo confirmó en el discurso posterior a conocer los resultados contundentes en primera vuelta, “continuidad y avance de la Cuarta Transformación”.
Su cercanía a AMLO, quien con casi el 70% de popularidad cierra su sexenio de gobierno, le trae retos cómo el de sostener los programas sociales que lo consolidaron como un mandatario de los “sectores populares”, y que el aumento del 120% al salario mínimo se mantenga.
En México, cada día son asesinadas entre nueve y diez mujeres según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública -SESNSP, en 2023 se presentaron cerca de cuatro mil feminicidios, posicionándolo como el segundo país con más crímenes de este tipo en Latinoamérica, sólo por detrás de Brasil.
Ante esto, distintas colectivas feministas han puesto sobre la opinión pública el cuestionamiento de que la llegada de una mujer al poder no significa la garantía de los cambios necesarios para que las Violencias Basadas en Género-VBG sean erradicadas, ya que, según el medio de comunicación Volcanicas, en el cierre de campaña Sheinbaum mencionó que, “las mujeres no estamos solas”, sin embargo, en el transcurso de su campaña se le preguntó sobre temas fundamentales como el aborto y la impunidad de los casos de feminicidio, sin obtener una postura al respecto.
A ella, también la recuerdan por sus acciones desproporcionadas cuando ocupó cargos en el Gobierno al utilizarla la “Policía en las movilizaciones feministas y trans durante su gestión como Jefa de Gobierno”.
La próxima presidenta, que tomará posesión el 01 de octubre de este año, y quien se denomina “feminista” tiene otro reto, lograr desmarcarse de la postura que AMLO implementó en su Gobierno, y que ella por omisión acompañó, sobre el recrudecimiento de la violencia hacia mujeres y personas con diversidades sexuales y de género.
La escritora mexicana Alma Delia Trujillo recuerda que el mandatario apoyó a candidatos con denuncias por presunto acosos sexuales y violación y desestimó en repetidas ocaciones las VBG, “las mujeres nos indignamos, volvimos tendencia una campaña para que AMLO recapacitara, #PresidenteRompaElPacto publicábamos en nuestras redes sociales y en respuesta López Obrador declaró abiertamente que no sabía qué pacto era ese. También dijo que no era feminista y en 2020 aseguró que el 90% de las llamadas por violencia de género que hacían las mujeres a la línea de emergencia 911, eran falsas”.
Sin duda, una presidenta que manifiesta que “no llego sola, llegamos todas”, es un hito que refleja el reconocimiento del acumulado de décadas de lucha y exigencias para la participación política de las mujeres, sin embargo, esto no es una limitante para cuestionar que más allá de la representación, son las posiciones que tome en su mandato, lo que determinará la política de gobierno que pueda contribuir a que México logre avanzar en la eliminación de las Violencias Basadas en Género.
Por: Alejandra Mayorga
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