Durante más de 20 años, una mujer trans estuvo esperando disculpas por parte del Estado Colombiano, después de haber sido golpeada, amenazada y atacada por su identidad de género.
Por: Luisa Castro, Laura Camelo y Simón Zapata.
El próximo 31 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Visibilidad Trans, una fecha crucial para destacar la lucha y los desafíos que enfrentan estas personas en todo el mundo. Esta fecha se centra en reconocer la importancia de la aceptación, el respeto y la promoción de la igualdad de derechos y oportunidades para esta comunidad.
En Colombia, este día cobra un significado especial este año, por el caso de Raiza Isabela Salazar, una mujer trans cuya historia refleja la lucha por la justicia y el reconocimiento de los derechos humanos de las personas con identidades sexuales y de género diversas.
La lucha de Raiza por una respuesta institucional
En el 2001 Raiza se mudó a Dagua, cerca a Cali. Allí fue víctima de amenazas y ataques por parte de vecinos y vecinas. Decidió irse en 2005 y cuatro años después acudió a la Fiscalía y a la Personería de Cali para denunciar con el fin de recibir protección, pero quienes estaban en ese momento no sólo delegaron el seguimiento, sino que tampoco brindaron soluciones a los hechos victimizantes que todavía sufría.
Ella insistió por la búsqueda de justicia y en 2011 presentó el caso ante la Procuraduría del Valle del Cauca, pero la respuesta fue el mismo patrón de desacatamiento y vulneración por parte del Estado hacia sus derechos.
De acuerdo con el caso legal actual se denuncia que “en el mes de octubre de 2009 recibó amenazas e insultos, y que los hechores arrojaban basura y heces de caballo, así como rocas a su casa, y que los denunciados ingresaron a su propiedad subiéndose al techo, ordenándole salir, indicando que la matarían”.
Fue solo hasta el 08 de agosto del 2022 que gracias a la organización no gubernamental de derechos humanos Synergia, la Fundación Santamaría y al señor Germán Humberto Rincón Perfetti, se logra el acuerdo de un acto de perdón y reconocimiento de responsabilidad internacional por parte del Estado hacia ella y toda la población.
“Que le pidan disculpas a todas las personas diversas”
El cumplimiento de este acuerdo se realizó el pasado 19 de marzo, por la Agencia de Defensa Jurídica del Estado, El Ministerio de Culturas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos -CIDH- en Cali, Colombia. Por medio de un recorrido en las siete salas de Memoria, Lucha y Resistencia Trans expuestas en la Fundación Casa de Mono se visibiliza la guerra, historia, las víctimas, la esperanza y proyección de un futuro posible libre de atentados en contra de la vida e integridad de las personas trans.
Una vez finalizado el recorrido, se inició el acto protocolario con la intervención de Débora Skenasy, directora ejecutiva de la Fundación Santamaría, seguida por la proyección de un video en el que se presentó el caso de Raiza, pero también sus posiciones u opiniones respecto al trato de su proceso. Allí manifestó que el hecho que le pidan perdón a ella sola no va a cambiar nada, ya que su objetivo es “que le pidan disculpas a todas aquellas personas diversas que han sufrido algún tipo de agresión; verbal, física, psicológica y a las familias de las víctimas de transfeminicidio”.
Por otra parte, Carlos Camargo Assis representante de la Defensoría del Pueblo expresó que a través de las duplas de género llevadas a cabo en el año 2023 se ha estado acompañando, asesorando y realizando acciones de incidencia en los 197 casos de violencia registrados contra esta población, 17 de ellos a mujeres transgenero y en 26 a hombres que hacen parte de la comunidad.
Caribe afirmativo, una organización social que tiene el propósito de “transformar los prejuicios, imaginarios y prácticas sociales e institucionales en torno a la diversidad sexual y de género”, reveló en su informe Incontables, que en 2023 cerca de 2.333 diversidades sexuales y de género fueron víctimas de amenazas y a 41 mujeres trans las asesinaron.
Las cifras demuestran que la lucha por la no vulneración de los derechos continúa. Raiza fue golpeada, amenazada y atacada con una escopeta de balines, dejándola con heridas físicas y emocionales profundas. Sin embargo, lo más doloroso según ella fue la falta de reconocimiento y apoyo por parte de las autoridades, quienes no sólo no investigaron adecuadamente el crimen, sino que también ignoraron las solicitudes de justicia y reparación.
La falta de protección legal y social, así como la persistente estigmatización, hacen que las personas trans sean especialmente vulnerables a la violencia y la exclusión. Por esto, es fundamental recordar la resistencia de mujeres como Raiza y demás personas y organizaciones trans que siguen enfrentando adversidades en su búsqueda de igualdad y dignidad.
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