Fusilación de Pola: la inefable mujer que elevó su voz hasta su último aliento, en un pueblo indiferente

Una mártir, una heroína, una guerrillera, una revolucionaria. Aunque hay muchas mujeres destacadas en la historia de Colombia, la Pola se erige como un referente notable al alzar su voz contra las injusticias que prevalecían en el país.

El pasado 14 de noviembre de 1817, en la capital de Colombia, tuvo lugar uno de los eventos más históricos en la independencia de América Latina. Hoy recordamos el fusilamiento de Policarpa Salavarrieta, también conocida como «la Pola». Ella fue una heroína y mártir dedicada a la causa independentista, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y lucha por la libertad en Colombia.

Basándonos en esto, «la Pola» fue una de las pocas mujeres en América Latina que participaron en la resistencia de esa época, dejando una huella en el pasado y en el presente. Es importante mencionar que en esos años, las mujeres vivían bajo represión y carecían de libertad. Además, el pueblo sufría constantes violaciones de sus derechos y una esclavitud en la que las personas eran consideradas propiedad y explotadas para realizar trabajos forzados.

Es por esta razón que muchas personas luchaban por la libertad de Colombia. Así comprendemos que, a pesar de todos los impedimentos de ese entonces, «la Pola» luchaba por tener voz ante los hombres y desafiaba a la sociedad.

Algo más que añadir, es que vemos cómo «La Pola», con sus actividades diarias como costurera, logró el objetivo de escuchar las conversaciones diarias de las esposas, es así como, mediante su labor de espionaje, obtenía información valiosa para la resistencia, además, brindaba clases a los niños de Santafé e incluso se dedicaba a elaborar aguardiente, lo cual estaba totalmente prohibido.

Por lo tanto, sus aportes y sacrificios fueron fundamentales para la causa independentista y las actividades patriotas, es por eso que en un día como hoy recordamos que «la Pola» fue detenida por las tropas realistas y fusilada a las nueve de la mañana junto a otras ocho personas. Sin embargo, se menciona que en su último grito de lucha les dijo a los presentes:

 «Viles soldados, volved las armas a los enemigos de vuestra patria. ¡Pueblo indolente! ¡Cuán distinta sería hoy vuestra suerte si conocierais el precio de la libertad!» Se dice que al momento de ser fusilada, mantenía una mirada desafiante, convirtiéndose en un gran referente y símbolo para las mujeres.

Fotografía tomada de la web

 

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