El 23 de septiembre de 1913 se sanciona en Argentina la primera norma destinada a luchar contra el abuso y la trata de menores para la explotación sexual. Esta iniciativa se convirtió en referente a nivel mundial, por lo que, desde entonces, se conmemora este día para para visibilizar y concientizar sobre la explotación sexual y el tráfico de mujeres, niños y niñas.
El delito de tráfico de personas se constituye en el tercer negocio ilegal más lucrativo del mundo, después del tráfico de armas y de drogas.
Dentro de la trata de personas existen modalidades como: La explotación sexual, explotación laboral, trabajos forzados, tráfico de órganos, prostitución, mendicidad, matrimonios y reclutamiento forzado, entre otras variables que atentan contra el bienestar y los derechos de la humanidad.
En Colombia, según lo estipulado en el artículo 188-A del Código Penal, “El que capte, traslade, acoja o reciba a una persona, dentro del territorio nacional o hacia el exterior, con fines de explotación, incurrirá en prisión de trece a veintitrés años y una multa de ochocientos a mil quinientos salarios mínimos legales mensuales vigentes”.
La trata de personas es un delito atroz que atenta contra la integridad, autonomía, dignidad y los derechos humanos más elementales; según informes de la ONU este flagelo lo padecen mayoritariamente las mujeres y las niñas con 49% y 23% respectivamente. Por eso, esta fecha se convierte en una oportunidad importante para adelantar acciones ciudadanas, sociales y políticas que permitan disminuir esta grave problemática.