Con el vil asesinato del comerciante Nestor Chaparro en el municipio de San Martín, quedó en evidencia el terror que viene sembrando las Autodefensas Gaitanistas en el departamento Meta, especialmente en la subregión del alto y bajo Ariari, al mando de alias “Miguel”, una razón social que cambia con la comandancia de turno. AUC, Erpac, Puntilleros, etc, pero finalmente son PARAMILITARES. Con la complacencia al parecer del Estado y las fuerzas militares vienen operando con el objetivo de tener el control de todas las actividades delictivas en el Meta, Vichada y Guaviare. Con varios frentes, dirigen las actividades del narcotráfico, extorsión, sicariato, al punto de tener nexos con líderes políticos como quedó demostrado por la Fiscalía en el municipio de Puerto Gaitán, donde se investiga al exalcalde Alexander Fierro, por financiar grupos paramilitares.
El Paramilitarismo avanza sin ningún control de las autoridades, y muchas personas afirman que la fuerza pública sabe dónde, cómo y cuándo operan sin hacer nada. Quienes no pagan sus extorsiones son declarados objetivo militar, en el sur del Meta no es muy diferente, allá el proceso de paz trajo una calma pasajera, que se fue perdiendo con el asesinato sistemático de los desmovilizados, por cuanto el narcotráfico volvió a seducir a muchos de los que dejaron la armas. Esta región desesperadamente quiere salir del ciclo de violencia, pero, estará sometida por todo aquel que siga empuñando armas. Aunque todavía no se habla de disputas territoriales, los diferentes grupos paramilitares cohabitan sin hacerse daño, aprendieron de las sangrientas guerras del pasado, incluso, usan códigos de comunicación para que las personas sepan que son ellos quienes los extorsionan.
Ante toda esta situación no hay una posible solución a la vista, salvo la decisión política de combatirlos, pero con la llegada de Iván Duque se reavivó la confianza operacional de estos grupos en la región, por cuanto no hay ordenes precisas de combatirlos, ni cartel de los más buscados, ni recompensas por los cabecillas a pesar de que los tengan identificados, pareciese que al gobierno solo le interesa combatir grupos subversivos que para las bandas criminales siguen siendo exactamente lo mismo. La ilegalidad se toma este departamento ante los ojos de todos y nadie hace absolutamente nada, ya sea por el miedo o una complicidad mezquina con la ilegalidad.
*Opinión y responsabilidad del autor de la columna, más no de El Cuarto Mosquetero, medio de comunicación alternativo y popular que se propone servir a las comunidades y movimientos sociales en el Meta y Colombia.