A través de un video circulando en redes sociales, Nestor Carrillo, presidente de la JAC de la vereda, perteneciente al corregimiento 3 de Villavicencio, manifestó su indignación frente a un presunto mal proceder de los uniformados.
Sobre un puente que da ingreso a la vereda La Argentina, manteniendo una distancia prudente y portando los tapabocas reglamentarios, Nestor Carrillo, junto a los representantes de otras veredas y comunidades vecinas, comentó el atropello del que hace poco fueron víctimas.
Según Carrillo, el pasado sábado, 4 de abril, la Policía arribó al sector y desbarató el puesto de Control y Pedagogía que la comunidad había instalado en el punto de ingreso a la vereda La Argentina, el cual a su vez comunica con otras zonas rurales como Palmichal, Santa María Alta, Santa María Baja, Quebrada la Honda, San Juanito, entre otras, que toman esa vía como corredor principal.
“La Policía llegó, nunca tomó contacto conmigo como líder comunal, como Presidente de Junta, llegó con macheta en mano y nos tumbó el punto de control donde se fumigaban los carros, donde se desinfectaban las motos, donde a las personas se les pedía o se les daba guantes o tapabocas para su protección personal”, aseveró el denunciante en el video.
Adicionalmente, indicó el líder comunal, los uniformados aplicaron comparendos a las cinco personas que, según Parrado, estaban a cargo del puesto de Control y Pedagogía arriesgando sus vidas para proteger a la comunidad.
“Cuando ustedes nos quitan ese punto de control, nosotros asumimos que son ustedes quienes van a venir a protegernos, pero señores, ustedes no vienen aquí después de las 6:00 de la tarde, ustedes dicen que tienen prohibido venir”, manifestó Carrillo añadiendo que ese sector cuenta con una gran riqueza que es apetecida por los más ricos, quienes quieren “robarles hasta el aire”.
Este medio se comunicó con Néstor Carrillo, quien explicó que habló con un Coronel de la Policía y que éste fue grosero afirmando que en medios nacionales, han pasado noticias de mayor trascendencia en contra de la Institución y esta sigue igual, por lo que no le afecta que él (Carrillo), salga en un video haciendo una denuncia. Por lo anterior, El Cuarto Mosquetero intentó establecer comunicación con la entidad, pero no obtuvo respuestas.
El líder brindó detalles sobre lo sucedido el pasado sábado, comentando que al punto de control, llegaron más de 20 uniformados para llevar a cabo el operativo y destruyeron un tallo vegetal envuelto en cinta de demarcación de peligro que funcionaba como barrera para llevar el control de ingreso a la vereda, con el fin de prevenir contagios del coronavirus. Además, según el presidente de la JAC del sector, el uniformado le mencionó que la orden de quitar el punto de control, “venía de arriba”.
“Tras de que llegaron a destruir, le samparon un comparendo de $900.000 a los dos muchachos que estaban supervisando en punto del control, luego, con el alboroto, llegaron otros tres a mediar con ellos y rescatar sus pertenencias, (la fumigadora para los carros era prestada por un vecino y la mesa y las sillas por otro), y también les pusieron comparendos”, relató Carrillo.
El punto de Control y Pedagogía, se logró por iniciativa de la comunidad y los recursos para establecerlo se sacaron del Fondo Comunitario que tiene el sector. De ese ahorro colectivo, se le daba una bonificación de $25.000 pesos a los que estaban en el turno diurno, y el nocturno se hacía de manera voluntaria.
“A pesar de que somos la vereda más cercana a Villavicencio, también somos la más olvidada, vienen, nos dejan sin protección y tampoco nos cuidan. Por ejemplo ese subsidio que el Alcalde le va a dar las familias, en el caso del gas, a nosotros no nos beneficia porque acá no hay gasoducto, nosotros compramos las pipetas. Y en lo de agua igual porque nosotros tenemos acueducto comunitario”, argumentó el líder añadiendo que los mandatarios han focalizado su preocupación en las zonas urbanas.
De las 320 casas que hay en la vereda, el 40% son de descanso, los dueños viven en Bogotá y vienen a pasar días de descanso en esa zona rural, explicó Carrillo añadiendo que al día siguiente de haber sido deshecho el punto de control, esas casas estaban siendo habitadas en cantidad. Incluso algunos, aseguró el denunciante, festejaron que hayan quitado puesto de ingreso.
“Esa gente alcanzó a llegar antes de que cerraran la vía Bogotá, otros me dijeron que estaban dando la vuelta por Boyacá. En las mañanas pasan 30 o 40 caminantes, que es poco porque en días normales son 200 o 300 pero ahora estamos en cuarentena”, afirmó el líder.
Para Carrillo, lo que hizo la Policía no tiene justificación, pues antes de poner el punto de Control, pasó una carta solicitando el permiso a la Institución y al Alcalde, pero ninguna de las entidades contestó. Ante eso, con asesoría de un abogado, él procedió a establecer el lugar en la entrada de la vereda para proteger a su comunidad, bajo el argumento del ‘Silencio positivo’, es decir, si ninguna de las dos entidades contestó su solicitud, se toma como respuesta, que se puede llevar a cabo lo estipulado en el documento.
Según Carrillo, hasta el momento, dos delegados de la comunidad han hablado con el alcalde Villavicencio, Felipe Harman. El mandatario, dijo él, les expresó de manera verbal que podían reconstruir el punto para que la comunidad pueda seguir manteniendo control y pedagogía en su sector. Sin embargo, no se ha podido proceder porque no hay evidencia escrita de lo pactado.
Hasta el momento, la Policía no se ha pronunciado al respecto y la razón por la que está actuó de manera arbitraria, es aún desconocida.