Después de la sanción de la Ley 743 de 2002, seguramente esta sea la apuesta más trascendental que tendrían los Organismos de Acción Comunal (OAC) en la ciudad. Una institución de 60 años de historia, que posee en sus albores haber construido el 40% de la infraestructura del país y, a través de sus estructuras representa un escenario propicio para la definición e implementación de estrategias que hacen efectiva la participación ciudadana y el desarrollo autogestionario. No obstante, sufre profundas dificultades y para la búsqueda de las soluciones es necesaria la acción concreta del Estado.
Las juntas de acción comunal frente al Plan de Desarrollo Municipal “Villavicencio cambia contigo”
En el ejercicio de interacción entre institucionalidad-ciudadanía encuentran cabida las políticas públicas. En el enfoque social, están sustentadas en el diálogo y la participación de la sociedad. Por lo tanto, son el conjunto de objetivos, decisiones y acciones que lleva a cabo un gobierno para solucionar los problemas que consideran prioritarios. Brevemente, desde la teoría es viable afirmar que es la sombrilla desde la cual se dan las orientaciones y los lineamientos que serán desarrollados a través de programas que, a la vez, se concretarán en proyectos.
Con base en lo anterior, la Política Pública Comunal, busca robustecer sus alcances y la capacidad de gestión de los OAC, logrando adquirir los recursos y medios para asentar sus actividades de manera sostenible, vinculándose efectivamente en temas importantes como los presupuestos participativos, instaurando líneas de acción fuertes orientadas a lograr finalmente la reivindicación, actualización y modernización de estas.
Apelando a ejemplos, en capitales como: Bucaramanga, Medellín, Pereira y Bogotá D.C., se dieron “a la pela” de otorgar un lugar preponderante a la organización comunal, estableciendo el documento que mejora sustancialmente las condiciones en las que desarrollan los procesos comunales. Hoy día muchas de estas organizaciones son presas del clientelismo político porque son débiles financieramente. La vieja política ha usado esta condición para canalizar apoyos electorales y en esa transgresión de derechos, son las comunidades las grandes perjudicadas.
En consecuencia, si en Villavicencio la intención era marcar sustancialmente una diferencia, había que recomenzar la relación Alcaldía/comunidad, en el marco de una Política Publica Comunal. Este producto no se incluyó en el Plan de Desarrollo Municipal PDM, sencillamente, porque los OAC no tienen representación en las instancias de decisión. En ese sentido, la Administración Municipal desaprovechará una vez más, la oportunidad de articularse y trabajar con la comunidad organizada. En este espacio, queremos dejar el precedente que, para “fortalecer” la acción comunal, es imperante develar una verdadera discusión de fondo, tocando asuntos fundamentales como: la inclusión en medios de comunicación y nuevas tecnologías, el emprendimiento comunal, la creación de un fondo económico, oferta académica, la empresa social, garantías en el ejercicio de sus funciones, entre otras, que se extraerían de la construcción colectiva. En la medida que cada dignatario concienzudamente aborde la perspectiva expuesta, lograremos los avances y el desarrollo integral deseado.
El llamado es a la Secretaria de Gestión Social y a los concejales, a conocer las dinámicas reales de los OAC (…) apropiándose con argumentos serios a la hora del debate, porque hasta el momento se revela una desobligada disertación. Ahora, solo resta hacer seguimiento y control a las metas del PDM.
Para terminar, y no dejar nada en el tintero, hojeando el Plan de Desarrollo Económico y Social Departamental “Hagamos Grande al Meta” el panorama para los 1497 OAC no es alentador. Allí, “proponen” sin más, articular los programas del Ministerio del Interior. Los productos, en este Plan, no supera los verbos de: caracterizar, depurar y celebrar. Es urgente que Fedecomunal Meta asuman los debates con altura y elementos de valor en la defensa de estos organismos que, en su mayoría son rurales.
*Opinión y responsabilidad del autor de la columna, mas no de El Cuarto Mosquetero, medio de comunicación alternativo y popular que se propone servir a las comunidades y movimientos sociales en el Meta y Colombia.