El vampiro literario a través de la historia

A pesar de que en 1819 se da origen al Vampiro Literario con la primera historia que se refiere a estos también llamados muertos-vivos: «El Vampiro» escrita por William Polidori, el término “vampiro” se incluye entre los hispanohablantes al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española hasta 1845, no obstante, la palabra ya era usada desde el siglo XVIII. Aun así, enigmáticos antecedentes que daban a conocer a estas criaturas como engendros desagradables e inspiraron a innumerables escritores a crear relatos en homenaje a los mismos, suponen que el vampirismo era ya un tema conocido desde mucho antes. En las numerosas narraciones se mantiene una descripción común para sus protagonistas; son resucitados, palidez fantasmal, inmortalidad, fuerza sobrenatural, vida eterna, dentadura muy blanca con puntudos y afilados colmillos superiores, se alimentan de los vivos, son incapaces de ingerir comida humana, se mantienen sedientos del fluido vital, tienen hábitos nocturnos, camuflaje, disgusto por la luz, vulnerabilidad ante los símbolos religiosos y estacas, etc. Pero cada autor aplica detalles que personalizan su creación generando diferentes perspectivas desde el punto de vista del lector.

Diversos campos como la psicología, antropología, arqueología y ciencia forense han mostrado gran interés por estos seres nocturnos, por lo tanto con base en algunas hipótesis que buscan explicar su origen y unos pocos de los tantos cuentos vampíricos surgidos a partir del siglo XIX, se busca dar una interpretación a partir de un análisis contextual.

En la mitología oriental, más específicamente China,  los vampiros se conocen como Jiang Shi que significa literalmente “cadáver tieso” y provienen de muertes violentas, difuntos que se aferran al mundo material o suicidio. Entre las tantas cosas que les diferencia de los vampiros europeos, están la forma de desplazamiento ya que no suelen caminar si no brincar con los brazos extendidos al frente debido al rigor mortiz o rigidez cadavérica, su ceguera y su forma poco cognitiva de razonar. Pero tal fue la influencia externa, que adhirieron la sed de sangre –la cual es una características de los vampiros de occidente- en su forma de alimentación, hecho que deja en duda lo verídico de esta teoría dado que sus rasgos originales se han modificado con el fin de obtener mejor recepción en el campo cinematográfico. Las características nombradas anteriormente se asemejan, aunque de lejos, pero más de cerca al misterioso pájaro bebedor de sangre que inspiraba temor en el Antiguo Egipto, aquel ser antropoide que causa la muerte de Alicia en el cuento del poeta uruguayo Horacio Quiroga «El Almohadón de Plumas» en el que se describe a la criatura como un parasito monstruoso que escondido en almohadón de plumas, de manera discreta, se abastecía con la sangre de la desafortunada joven recién casada.

En tanto a lo que se refiere a la obra del escritor irlandés, Joseph Sheridan Le Fanu, “Carmilla”, no está de más decir que cuenta con una escritura magnifica. La forma en que el autor relata cada detalle y emoción de los sucesos presentes y futuros, guarda tal ambientación clara del arte gótico de la época de manera tan descriptiva, que es fácil situarse en el papel de la desdichada Laura. En la obra el autor da a conocer una «femme fatale» reflejada en la protagonista, quien desborda una arrogante pasión y una malévola forma de lograr sus propósitos, haciendo más que notoria la fuente de inspiración de Le Fanu: la conocida y tal vez precursora del vampirismo en Europa, La Condesa Bathory, pues las dos son avariciosas de sangre, tienen un desbordante mal carácter, porte distinguido, ojos oscuros, piel blanca y sienten atracción por las mujeres, este último aspecto fue de gran impacto debido al tabú de la época referente a las relaciones homosexuales. Ersebet Bathory, es conocida también como la «Condesa Sangrienta» por su record como la mujer que más asesinatos ha cometido en las historia, sumando 630 muertes. Teniendo en cuenta su record y sus métodos de aniquilar a sus víctimas, se podría sugerir que la vileza de esta mujer no influyó del todo en la de Carmilla, quien a pesar de mostrar un lado perverso, curiosamente cayó enamorada de su víctima, llegando a convertir su amor una obsesión por Laura.

Desde la antigua Roma, se creía en la existencia de fantasmas con aspecto cadavérico que resucitaban por no haber expiado sus pecados apropiadamente y succionaban la sangre de los vivos, pero los hechos más relevantes que se exhiben dentro de esta región son los que se pueden interpretar desde la biblia, puesto que ningún hombre puede ser resucitado, devolver la vida a otro hombre o conceder la vida eterna, sin un visible milagro. En este enigmático libro, se afirma que Jesucristo resucitó a los tres días de su muerte tal y como lo prometió. Pero ¿Por qué no resucitó tan pronto lo liberaron de la cruz? Su muerte no habría tenido veracidad, creyendo que aún aguardaban en él, gérmenes de vida reanimándolo a ser capaz de rescatar su espíritu. Por ello, resucitó al tercer día, siendo un muerto resucitado. En realidad, el vampiro promete lo mismo que Jesús cuando dice: «El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré al día final. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.» Juan, 6:54-56. ¿Podría ser el más antiguo indicio del origen de la sangre como el fluido vital y el hombre como un avaro de aquel liquido? Incluso en el primer testamento, cuando Dios pide una ofrenda a los primeros hijos del hombre, Cain y Abel, a pesar de que el primero se preocupó por llevar al menos un aceptable fruto de la tierra, Jehová sólo halló agrado en la ofrenda de Abel, quien había escogido a primogénitos gordos y gruesos de su rebaño para derramar su sangre y ofrecerlos en sacrificio. Muchos años después durante la antigüedad cristiana, alrededor del siglo I a.C., se acusaba a los primeros cristianos de canibalismo dado que simbólicamente estos comían la sangre y el cuerpo de cristo durante la ceremonia que representaba la Ultima Cena.

Archivo digital

No existen antecedentes, o al menos no se ha encontrado alguno que inspire al francés Théophile Gautier para dar vida a su obra «La Muerta Enamorada» en la cual, se da el nacimiento del vampiro literario romántico. Es un hecho sorprendente debido a que el relato precede por cincuenta y un años a la más importante y representativa obra de Bram Stoker, «Drácula», siendo este personaje el líder incuestionable y el más despiadado de estos seres nocturnos, dejando fuera posibilidad alguna de que un vampiro romántico hubiera podido surgir antes y aunque algunos aseguran que Carmilla, es la versión mejorada de Clarimonda, se podría afirmar que cada una tiene un respectivo encanto que las hace únicas en su historia. Ya hemos descrito a la primera anteriormente con un carácter apasionadamente obsesivo y despiadado, por el contrario, Clarimonda, a pesar de ser un demonio que persuade a los hombres para saciar su sed y dejarles sin fluidos vitales, no es propiamente malvado o al menos eso cambia cuando cae perdidamente enamorada de Romualdo, quien en sus dudas y cargo de conciencia, se encarga de la separación de ambos. Algo resaltable que tienen en común las respectivas historias de estas vampiresas, es que en las dos se revelan tramas de amor poco convencionales entre un humano y un vampiro. Sin embargo, La Muerta Enamorada, no inspira terror.

Además de las tramas amorosas, es importante resaltar también un aspecto de gran relevancia en los chupasangres, la connotación sexual en pocos o altos grados de hechos explícitos presentes, tales como se evidencian en Carmilla, El Vampiro, La Muerta Enamorada, entre otros. No obstante, «La Metamorfosis del Vampiro» poema del escritor francés, Charles Baudelaire, llevó tal connotación a otro nivel para la época en contexto, pues en su poema describe a la femme fatale como una mujer seductora de labios húmedos y atributos corporales, mostrando una faena poco amorosa y contranatural, en la que predomina la sedienta avidez de sangre del ser sobrenatural sobre su víctima, simbolizando así una especie de ritual infernal en este acto en el que el sacrificio no devuelve ningún beneficio salvo el efímero placer que será cobrado en forma de un ser aberrante y aterrador que le llevará a la condena eterna.

El Romanticismo fue la época en la que se dio luz, en un marco de literatura gótica, a la novela maestra del género del vampirismo, y no porque sea perfecta en su totalidad sino por la gran influencia que ha tenido en los diferentes campos artísticos y científicos durante generaciones. El escritor británico de origen irlandés, en su más famosa novela «Drácula» manifiesta su necesidad de sobreponer en su protagonista, todo elemento demoniaco y de codicia. Siendo su indudable inspiración, el príncipe de Valaquia, Vlad drăculea, quien cuenta con una pavorosa fama por sus anormales métodos de asesinato a sus víctimas, hecho por el cual es mejor conocido como «Vlad, el empalador» ya que su más frecuente técnica de castigo a los desobedientes y sus enemigos, era introducir una larga estaca puntuda en el ano hasta concluir en la boca de la desafortunada víctima. Se le conoció además por beber la sangre de sus víctimas pero de manera poco convencional dado que vertía el líquido rojo en un recipiente y remojaba el pan en este, aquí se puede apreciar una gran relación con la frase de Jesús antes citada, incitando a sus seguidores a comer su carne y beber su sangre para obtener la vida eterna. Pese a estas atrocidades, al príncipe de Valaquia se le considera un héroe en la actual Rumania debido a sus crueles pero valientes hazañas para proteger su reino de las invasiones. El producto de dicha inspiración fue, físicamente, el ser más horripilante entre los de su especie; con unas largas uñas, pelo en el centro de las palmas de sus manos, orejas puntiagudas, mirada penetrante y fervientes labios rojos. Sus capacidades de trasformación, controlar a los lobos, fuerza de veinte hombres, astucia, inteligencia, invocación y obediencia de los muertos y persuasión, son algunos aspectos que le sitúan como el amo y señor entre los vampiros. El dramatismo y la intensidad que rodean la trama del libro de Drácula, son variables dependiendo de quién plasmaba sus experiencias en sus diarios personales. El contexto en el que se da la historia se sitúa en descubrimientos médicos y marítimos, por lo que permite, dar un aire más realista a los paradigmas que se dan a lo largo de la historia, los cuales no abandonan para nada el desarrollo de la historia y en ella está siempre implícita lo sobrenatural y la muerte. Algo curioso es que a pesar de que todo gira en torno al conde, este aparece mínimamente en la historia y se le llega a conocer por medio de relatos de terceros. Esta historia narrada en epístolas, es sin duda la que establece y determina la concepción final del vampiro.

En todo lo expuesto anteriormente, se constata claramente que aunque los vampiros tienen características similares tanto en la mitología como en la literatura, cada uno posee ciertas facetas que le hacen único en su propio entorno. En la actualidad se cree que estos seres son meramente ficticios, pero es otro de los tantos paradigmas que inundan el universo. Afirmar que existen o que existieron, sería tan absurdo como afirmar que venimos de una ardua y muy larga evolución del mono, cuando existen descubrimientos que respaldan la veracidad de la biblia y sin embargo, también existen hallazgos arqueológicos que respaldan la teoría de la evolución, por lo cual solo se ha limitado a suponer o a sugerir con base a las investigaciones encontradas.

History Channel informó que un equipo de arqueólogos, liderado por Nikolay Ovcharov, anunció hace un tiempo el hallazgo del esqueleto de un hombre al que le fue clavado un arado en el pecho, presuntamente para evitar que se convirtiera en vampiro y saliera de la tumba. Por su parte, el portal web Sputniknews, publicó el descubrimiento del cuerpo de un niño de 10 años que sugiere que se habían tomado medidas para evitar que el niño, posiblemente infectado de malaria, se levantara entre los muertos y transmitiera la enfermedad a los vivos, los huesos son del siglo V, cuando un brote de malaria mortal se extendió por el centro de Italia. Estos hechos pasan a ser un descubrimiento inquietante y de instrumento científico para dar un soporte histórico para estos seres de la noche. Muchos han querido hallar la razón de los mitos vampíricos encontrando relatos desde la antigua Mesopotamia, antiguo Egipto e incluso en Sur América, donde se le rendía culto a dioses-vampiros. Estas leyendas se esparcieron por todo el mundo, dejando incógnitas que hasta hoy no han logrado ser resueltas.

Cierto o no, este fenómeno ha generado una influencia abismal, tanto así que existen personas que se autodenominan vampiros, pudiéndose afirmar que esta sería la faceta final en la metamorfosis del vampiro. Existen subculturas que han tomado el vampirismo como estilo de vida, creando en su propio ambiente, una historia, objetivos y dinámicas. En estas se aseguran despegarse de muchos dogmas y tener una gran liberación —cosa bastante irónica— imponiéndose como un estilo de vida alternativo, basado en la percepción moderna del vampirismo y aunque muchas de estas suelen ser simples jugadores de rol, un poco de información afirma ser de carácter veraz. Sus integrantes se dividen entre los psíquicos, que creen poder alimentarse del aura y la energía corporal del ser humano, algunos incluso han llegado a dejar la vida diurna para dormir en ataúdes y aventurarse en los paisajes nocturnos, y los sanguinarios que al no acceder de manera violenta, dependen del ofrecimiento voluntario de sangre por parte de los donantes, quienes llegan a convertirse en subordinados de los vampiros humanos.

Solo queda decir que todo lo que compone este misterioso tema tiene como único y común objetivo la sangre, que para los vampiros, es como el dinero para los humanos. Sin embargo, en el caso de los muertos-vivos, es de vital importancia, pues para ellos la sangre es vida, es lo que les permite subsistir y mantenerse eternos. Es más que fascinante como estas leyendas en conjunto con la literatura han trascendido durante siglos para cambiar la vida de las personas apasionadas por esta tendencia, convirtiendo voluntariamente su vida en una ficción, y creando una faceta que con la cantidad de estilos actuales, que podrían no tener fin en su diversidad.

 

 

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