
Un brochazo a la memoria: Así borraron homenaje a joven asesinada por la Policía en Bogotá
El brutal asesinato de Javier Ordoñez por dos policías en la localidad de Engativá, al occidente de Bogotá ha despertado toda una ola de indignación a nivel nacional. Los últimos días, desde aquel fatídico 7 de septiembre, han estado colmados de manifestaciones a lo largo y ancho de Colombia.
Las más violentas jornadas de protesta se han registrado en Bogotá, donde se han reportado, en medio del clamor de justicia, arengas, indignación y CAI de diferentes puntos de la ciudad destruidos, más de ocho muertos, al parecer, a manos de la Policía. Una de las víctimas fue Julieth Ramírez. A sus 18 años fue asesinada el pasado 9 de septiembre cuando caminaba por el barrio La Gaitana. Un arma accionada por un uniformado liberó la bala que atravesó el cuerpo de la joven.
¿El argumento de la Policía? Que Julieth estaba en el lugar y el momento equivocado, que debía estar con su familia. En su homenaje, jóvenes de diferentes rincones de la localidad de Suba acudieron al lugar donde dio su último respiro y convirtieron las ruinas del CAI de Policía de La Gaitana, en una biblioteca comunitaria.
En un acto de resistencia pacífica usando el conocimiento para disipar guerras y odios, llenaron el espacio de libros y los muros de colores con la imagen e historia de Julieth El lugar lo inauguraron con su nombre, en honor a ella y todas las víctimas de los crímenes cometidos por la Policía Nacional.
Sin embargo, poco tiempo tuvieron las y los habitantes de la zona para disfrutar de ese espacio promovedor de saberes y reconciliación, pues al día siguiente, 12 de septiembre, arribó un grupo de Policías al sitio para recuperar esa figura de autoridad represiva que los ciudadanos/as se han atrevido a cuestionar y rechazar durante estos últimos días.
Laura Peña, una de las promotoras de la biblioteca comunitaria le comentó a El Cuarto Mosquetero que desde horas de mañana hasta esta madrugada estuvieron varias personas en el lugar procurando que la fuerza pública no llegara a retirarlos del lugar.
Pero cerca de las 10 de la mañana, llegó la Policía y “empezaron a pintar todos los murales, las conmemoraciones, las palabras de paz, y estamos acá intentando rechazar ese acto”, relató Peña. Añadiendo que un grupo de habitantes del barrio ayudó a los Policías a “limpiar”, todo rastro de resistencia pacífica.
De igual forma, los organizadores de la biblioteca y la comunidad en general, rechazaron el actuar de la Policía. “Ese CAI es de nosotros, no de ellos, y borrar esa imagen es un cobarde intento de borrar la memoria, es una falta de respeto. Quieren hacernos creer que en Colombia todo es normal. No es normal que nos quieran engañar con una democracia que nunca ha sido real. Todo es un maquillaje y han normalizado el exceso, el asesinato, la masacre. Eso es todo”, mencionó uno de los ciudadanos indignados.
Por eso, se estableció una mesa de diálogo en la que hicieron presencia Julián Moreno, alcalde la localidad de Suba; el concejal, Saúl Cortés; miembros de movimientos y colectivos sociales del área y el comandante de la Estación de La Gaitana. Allí se establecieron tres acuerdos:
- Un acto de reconciliación y perdón por parte de la Policía. Además, se construirá de nuevo un mural en el CAI de La Gaitana. Para esta ocasión, no solo será retratado nuevamente el rostro de Julieth, sino el de las otras tres personas que fueron asesinadas por los uniformados en distintos barrios de la localidad.
- A mediano plazo se planea la creación de un centro cultural y un aula ambiental como espacio de memoria y reconciliación, para recordar a las personas asesinadas.
- Conformar una estrategia de veeduría ciudadana y de derechos humanos, la cual será promovida por Comité Local de Derechos Humanos de Suba.