Mujeres trans, el costoso valor de la identidad

El concepto de ‘transgénero’, según el portal web Planned Parenthood, “es un término que incluye las distintas maneras en que las identidades de género de las personas pueden diferir del sexo que se les asignó al nacer”. Es decir, es un proceso de transición en el que una persona que no se siente cómoda con el género biológicamente asignado, decide adaptar su cuerpo para construir una identidad del género contrario.

Muchas de estas personas suelen definirse como ‘mujeres trans’ o ‘hombres trans’. Siempre es adecuado usar el lenguaje que represente la identidad que cada quien eligió para sí mismo/a. 

Las personas transgénero expresan su identidad de manera distinta. Algunas con su vestimenta, comportamiento y gestos para vivir según el género con que se identifican. Otras toman o se inyectan hormonas y pueden someterse a una o varias cirugías para transformar su cuerpo con el fin que coincida con el género deseado. También existen casos de personas transgénero que rechazan la división tradicional del género en masculino y femenino, y se identifican solo como transgénero, intergénero, de género fluido, entre otros. 

Fotografía: Natalia Giraldo – Diseño: Didier Álvarez

Esta diversidad ha traído consigo marginación social, especialmente para las mujeres trans, quienes han sido enmarcadas en un rol, basado en prejuicios y desigualdad social, que termina ofreciéndoles dos opciones de vida, o ser estilistas o trabajadoras sexuales. Según un estudio del Centro Nacional de Consultoría y la Cámara de Comerciantes LGBT, en 2016 apenas cuatro de cada cien personas trans en el país tenían un contrato laboral formal, lo que demuestra las escasas oportunidades de empleo para esta población.

Lo más grave, es la violencia que deben enfrentar estas personas por su identidad, La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, en 2018 señaló que “la esperanza de vida promedio de mujeres trans es de 35 años en las Américas”. También, un estudio de El Salvador publicado en 2019, “El prejuicio no conoce fronteras”, informó que en los últimos años, en Colombia fueron asesinadas 549 personas LGBTI y por los menos 195 de ellas fueron motivadas por el prejuicio hacia su orientación sexual o identidad de género.

Sumado a estos desalentadores datos en materia de derechos, existe cierta disyuntiva, puesto que, aunque Colombia está entre los líderes de América Latina en aspectos de legislación y políticas de protección de los derechos de las personas trans,  las autoridades judiciales y administrativas a menudo anteponen sus opiniones prejuiciosas a la aplicación de la ley o ignoran (desconocen) las necesidades y derechos de los ciudadanos trans, indica la investigación de la organización Out Right Action International.

La investigación también indica que, para mejorar en temas protección de derechos de esta población, el Gobierno Nacional debe desarrollar e implementar una política integrada de sensibilización para incrementarla a nivel público frente a las identidades transgénero y los problemas y necesidades de las personas transgénero.

En los últimos años, se han implementado políticas públicas desde las entidades municipales, las cuales tienen dentro de su plan de trabajo, programas de inclusión para la población LGBT, pero sigue siendo insuficiente. Por ello, los 31 de marzos de cada año, se estableció el Día Internacional de la Visibilidad Trans, como forma de concienciar contra la discriminación de las personas trans.

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