Moniyamena, un lugar para aprender de la tierra y hacer agroturismo en Villavicencio

En la ciudad de Villavicencio, específicamente en la vereda Las Mercedes nos esperaba Jairo Ballesteros, un hombre de aproximadamente 50 años quien creó la Finca Moniyamena, nombre que significa “árbol de la abundancia” en lenguaje uitoto.

Entre sus sonrisas recuerda que hace 17 años cuando decidió dedicarse a las tareas del campo después de haberse pensionado de una empresa de telecomunicaciones, decidió cultivar arroz y otros productos como cítricos de la manera tradicional, pero las ganancias que obtenía en los últimos años eran muy mínimas por la caída en el precio del arroz y el esfuerzo enorme. Así que decidió dejar de cultivar arroz y abandonar las matas de cítricos que tenía, es decir, dejó de podarlas y echarle los fumigos necesarios, en ese proceso conoció a un docente especialista en éste tipo de cultivos y le pidió que fuera a ayudarlo a rescatar los árboles que había dejado abandonados hace un año; pero ahí se llevó la sorpresa de ver que muy pocas plantas habían muerto y las demás estaban fuertes y con mucha más vitalidad que antes “Y eso era lo que tocaba hacer, nada, dejar que la naturaleza se exprese y tenga su propio ritmo” me explica Jairo.

En Moniyamena vienen implementando proyectos de construcción armoniosos con la naturaleza, con diferentes técnicas. Por ejemplo, tienen techos verdes para generar frescura en los hogares, pero que también permite sembrar alimentos que no tengan tantas raíces y así solventar el no tener grandes espacios.

En el caso de don Jairo, lo hizo pensando en disminuir algunos grados centígrados que representa no tener tantos árboles cerca, pero además experimentar las bondades de esta forma de construcción para así motivar a sus estudiantes a que exploren otras formas de relacionarse con la naturaleza aun viviendo en la ciudad.

Cuando hablo de estudiantes, no significa que don Jairo trabaje en algún colegio o universidad, sino que ha hecho de su hogar un aula viva para enseñar a los grupos de turistas o jóvenes universitarios de carreras relacionadas con la agricultura, cómo pueden romper con las preconcepciones de los proyectos productivos.

El salón de eventos que este hombre alto, moreno y tranquilo, está lleno jardines comestibles, especialmente de limonaria, pues con el paso de los años aprendió que no era necesario tener hermosos jardines que demandaban grandes gastos, sino que también podría embellecer su territorio y alimentarse.

Don Jairo tiene un gran bosque de guadua, es una planta endémica de la región y con la que está construyendo diferentes instalaciones y elementos dentro de su finca, ya que considera que es el acero de la naturaleza. Pero también con bareque para las estructuras, con botellas de vidrio para la decoración, con madera y piedra para los caminos, las personas que visitan Moniyamena se van enamorando con cada paso de lo que van observando. Son prácticas que en muchas ocasiones se van perdiendo, incluso en las zonas rurales donde se les enseña que solo con ladrillos y cemento se vive dignamente o se puede aparentar más bonanza.

Moniyamena es un lugar que todos y todas deberían conocer, no solo porque es una experiencia hermosa, sino también por lo que pueden aprender “pueden venir y aprender alguna de las experiencias que nosotros tenemos, que a base de error hemos logrado tener una oportunidad para mostrar esas tecnologías como techos verdes, agroforestería sucesional, paneles solares, preservación, biodigestores, agroecología, entre otras; quedan invitados cordialmente a conocer la finca Moniyamena” finaliza don Jairo.

Conozca más lugares turísticos de la ciudad de Villavicencio como parques, rutas camineras, ciclo rutas, monumentos entre otras actividades y eventos que la capital del Meta ofrece a sus visitantes durante todo el año: http://www.turismovillavicencio.gov.co/site/

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