Desde la lejanía y con el inicio de la Primavera en estos terrenos del primer mundo, veo con alta preocupación el debate presidencial donde Iván Duque, Germán Vargas, Gustavo Petro, Sergio Fajardo y Humberto De La Calle se dedican a jugar un conocido juego colombiano: Ese de quién gana más adeptos con diatriba bien construida y promesas que no se van a cumplir.

“Winter is coming…” es lo único que puedo pensar al ver tanta carreta estructurada y sin embargo tanta repetición en sus discursos. Seamos sinceros -con todo el respeto que cada uno de los candidatos podría merecer- pero no sé sabe cuál sea más tóxico para el país. Si Duque sin saber disimular su oculto amor por el Sith Álvaro Uribe, Germán Vargas manejando el país a coscorrones mientras se cuadra el pantalón, si Fajardo con su juego de sombras, Petro con el discurso de lástima, tortura y lucha o De La Calle con su volatilidad.

 

Me duele pensar que no pudo haber un candidato más óptimo, uno que llamara a la unión de todas las clases sociales colombianas. Un John ‘Calzones’ a gran escala. O alguien que no esté tan sucio de vida política. Como ahora los artistas pretenden ser políticos, ¿por qué no alguien como Diomedes? ¿Por qué no un Giovanny Ayala? Que tenga un slogan pegajoso, un discurso memorable y ‘punch line’ o una frase de cierre que marque el camino de una nueva Colombia: ¡Así es que se gana, hijueputa!

 

Además a estas elecciones les hace falta una mujer. Una Dilian Francisca Toro, Martha Lucía Ramírez es un somnífero andante y aunque muchos aclamarían a Clarita López, deben entender que no está en edad para estos trotes. Pongámosle saber y postulemos a Catherine Ibargüen o Sofía Gómez Uribe. Si en Egipto votaron por Salah -un conocido futbolista- sin ser un candidato, ¿por qué no postulamos a algunas de las mujeres que más alegrías y orgullo nos han regalado? Si lo piensan bien, podríamos ser un país innovador, donde por fin se le invierta de manera adecuada a un deporte que no sea el fútbol.

 

Pero no me puedo desviar del punto, que es la preocupación por el gobierno venidero. Un gobierno que puede estar en manos de inestables, títeres, hipócritas, oportunistas y demás. De cinco adultos preparados, de SOLAMENTE DOS DOCTORES -aclaro, porque ustedes llaman doctor hasta al tinterillo del parque con una carpeta llena de procesos- que en lugar de plantear un debate sano, interesante, completo y nutritivo para conocer más a fondo sus planes e ideas, se dedicaron a lanzarse pullas como pubertos durante dos insulsas horas.

Puedo asegurar que fue más interesante la conversación que sostiene Juan Manuel Santos con su perrito en una foto que subió recientemente a Instagram. Puedo asegurar que es más interesante ver las declaraciones ‘fails’ de Nicolás Maduro o los desatinos de Trump que ver lo que tienen por decir las cinco personas que se disputan el quién va a gobernar un país de casi cincuenta millones de personas.

 

Así que si no postulan a un vallenatero, un actor tipo, no sé, Julián Arango, a Rigoberto Urán, piensen tres, cuatro y hasta cinco veces a qué insípido puberto en cuerpo de cincuentón le van a dejar el país a la merced. Y si quieren ver algo interesante, aquí les dejo la entrevista a JuanMa Santos en la que una niña es mejor periodista que muchos de los que vemos en televisión y el Presidente cuenta cómo duerme y que llora con películas, como nosotros. Feo, pero humano. https://www.youtube.com/watch?v=t00CoTUlK0c

*Opinión y responsabilidad del autor de la columna, más no de El Cuarto Mosquetero, medio de comunicación alternativo y popular que se propone servir a las comunidades y movimientos sociales en el Meta y Colombia.

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