*Por: Óscar Alfonso Pabón Monroy
Al escucharle su discurso reclamando mejor atención para su comunidad de La Pista, jurisdicción municipal de Uribe, a Albeiro le dimensioné temple y gran capacidad de liderazgo.
Con algunos profesores de la Unillanos entre octubre y diciembre de 2017 por invitación de la Agencia para la Reincorporación y Normalización –ARN- fuimos a reuniones del Consejo Territorial de Reincorporación en la Zona veredal transitorias de normalización ZVTR de las Farc Mariana Paez, ubicada en la vereda Buenavista del municipio de Mesetas.
Fue en uno de los encuentros de noviembre cuando al escuchar su discurso reclamando mejor atención para su comunidad de La Pista, jurisdicción municipal de Uribe, le dimensioné temple y capacidad de liderazgo.
Antes, en octubre luego de la reunión con él sostuve un breve diálogo. Le pregunté por la procedencia de su apellido y por el lugar de nacimiento. Me dijo que su Monroy era de origen santandereano y que nació en territorio del Ariari.
Estoy hablando del ex combatiente Juan de Jesús Monroy, a quien llamé Albeiro, líder de Paz asesinado junto con su guardaespaldas el viernes 16 del mes corriente.
A la convocatoria de diciembre de 2017 llegamos con regalos de Navidad para la población infantil del ETCR Mariana Páez, donados por funcionarios unillanistas. Esa mañana no hubo reunión porque la comunidad Farc dejó de asistir, según ellos era una protesta pacífica por incumplimientos gubernamentales.
Desconociendo esa novedad Juan de Jesús llegó y aprovechó para firmar actas anteriores. Al mirar los regalos navideños en una de las mesas del recinto, me preguntó si también los había para los niños de La Pista. Con mucha vergüenza le dije que no. Menos mal que habíamos llevado dos o tres detalles de más y se los entregué. Luego se despidió y se fue en el carro en que había llegado.
No fueron muchos los siempre cordiales encuentros que tuvimos. Comparto las siguientes:
En octubre de 2018 la UNAD de Acacías realizó el foro Narrativas de Paz y de Reconciliación en nuestros territorios”, entre los panelistas estuvieron Albeiro y yo. Al intervenir dije que desde mi perspectiva de Comunicador Social Comunitario los años de la candente guerra a los actores ilegales me hicieron darles símbolos: para los paramilitares la motosierra y para la guerrilla el cilindro bomba. De inmediato Albeiro pidió la palabra para opinar sobre mi apreciación relacionada con las Farc.
Quizá fue en el primer semestre de 2019 cuando la Comisión de la Verdad invitó a un evento para conversar sobre el conflicto armado en el Meta. Los anfitriones nos agruparon de a seis. Por pura casualidad quedé en el mismo grupo de Albeiro (Juan de Jesús) y del Coronel Wilson del Ejército nacional.
Entre todos comenzamos el ejercicio oral de memoria. Llamó mucho mi atención el ameno intercambio de narraciones de inéditos hechos de guerra vividos tanto por Albeiro como por el Coronel. Admirable me resultaba ver que quienes en el conflicto armado estuvieron en bandos antagónicos, ese día tomando café dialogaran en total ambiente de reconciliación.
La última vez que nos vimos en persona fue en febrero durante la Expo Malocas 2020. Ocurrió en el estand del PNUD en donde expusieron proyectos productivos. Ese día y después a Albeiro se le apoyó haciendo algunos contactos con una entidad financiera porque debía tramitar un proyecto comunitario para La Pista.
De cuando en vez por Whatsaap yo le enviaba información que podía ser de interés para su poblado; así, el jueves anterior como a muchos más contactos les compartí la página del periódico El Unillanista en donde publicaron el poema “La guerra y la paz en una pista de baile”, creado en 2017 por Luis Carlos Cuervo U.
El viernes por la tarde en medio de la tristeza por la noticia de su asesinato junto a su escolta, revisé el envió de la poesía y me di cuenta que Albeiro había abierto mi mensaje, eso me llevó a pensar que posiblemente en la víspera de su muete él leyó el literario texto alegórico a la reconciliación.
Culmino esta crónica con dos comentarios sobre lo que para sus autores significó el extinto líder de Paz Juan de Jesús Monroy Ayala, Albeiro:
“No es sólo el asesinato de una persona que le estaba apostando con la fiereza de la guerra, ahora a la paz, sino también -ojalá que no- la desaparición de un proceso genuino y tangible de reincorporación. Muy desalentador”. Diego Bautista ex asesor de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz –OACP-.
“Era, en mi concepto, el fiel representante de quién así como fue un gran y valiente peleador en la guerra, afrontó con la misma fortaleza la «paz» y la reincorporación. De ahora en adelante la «paz» irá siempre entre comillas…” Gómer Ceballos ex combantiente Farc.
*Por: Óscar Alfonso Pabón Monroy, Comunicador Social comunitario
*Opinión y responsabilidad del autor de la columna, más no de El Cuarto Mosquetero, medio de comunicación alternativo y popular que se propone servir a las comunidades y movimientos sociales en el Meta y Colombia.