En la madrugada de este martes 8 de febrero, cuando recién comenzaba a clarear el día, un deslizamiento de la montaña que hace parte del municipio de Dosquebradas – Risaralda, se desgajó debido a la inestabilidad del talud, y cayó sobre el rio Otún y un sector del barrio La Esneda en la capital del departamento; represando el rio y arrastrando cantidades inmensas de lodo, que a su vez cubrieron gran cantidad de casas del sector y arrasaron con los bienes y las vidas de por lo menos catorce fallecidos, veintidós lesionados de gravedad y un número aún sin aclarar de desaparecidos en las aguas del Otún.
Además de las víctimas fatales y de los lesionados, decenas de familias perdieron sus viviendas, ropa y enseres, debido a la fuerza y magnitud del desastre. De inmediato, los transeúntes que se movilizaban por la Avenida del Río entre las calles 26 y 27 de la capital risaraldense, sitio de la mayor afectación, y, quienes a esas horas se dirigían a sus sitios de trabajo; comenzaron a reportar a través de videos y fotos que se viralizaron por las redes sociales, la tragedia de la que fueron testigos presenciales.
Los organismos de rescate se hicieron presentes de forma ágil, así mismo, diversos colectivos comunales, ambientales, artísticos, agro ecológicos y juveniles se presentaron también rápidamente, para prestar ayuda, llevar donaciones, coordinar las entregas y preparación de alimentos, que durante todo el día y la noche se ofrecieron a las personas damnificadas y a aquellas que se encontraban trabajando en clave de ayudar en el socorro de las víctimas.
Según le informaron fuentes del sector asistencial en salud de Pereira a El Cuarto Mosquetero, hacia el final de la tarde, el Hospital Universitario San Jorge se encontraba casi colapsado con la atención de heridos; y la Clínica Los Rosales aún estaba en capacidad de recibir más víctimas, para prestarles atención médica.
Las sedes de algunas escuelas y colegios aledaños fueron adecuados para recibir a las personas afectadas por el desastre, para que pudieran pasar la noche y recibir cobijas, frazadas, almohadas y colchonetas.
En horas de la tarde se hicieron presentes en el sector, funcionarios de la alcaldía, para revisar la situación.
Una tragedia anunciada.
El 5 de octubre de 1976 se presentó otra tragedia en el mismo sector y por las mismas causas. En ese momento, fueron 71 las víctimas. Durante la primera década del siglo veintiuno, se han presentado varios aludes de tierra de la misma montaña, que en diversos sitios de la margen del río, en la zona que corresponde a Pereira, han afectado viviendas y personas. Esto habla de la inexistencia de una política seria de manejo, mitigación y atención del riesgo en el sector.
La solidaridad se hizo presente y se mantiene.
Colectivos musicales organizaron en tiempo récord un concierto que se llevará a cabo el día miércoles 9 de febrero, en las instalaciones del parque del populoso barrio José Antonio Galán – distante a menos de 1 kilómetro del sitio de la tragedia – en donde se recogerán diversas donaciones, que luego se destinarán de forma controlada, a las víctimas que ellos mismos hayan censado, con el fin de evitar que personas inescrupulosas reclamen ayudas que no necesitan. A esta iniciativa respondieron de inmediato bandas de diversos géneros de rock, punk y metal; así como de rap y otros géneros musicales. Por su lado, organizaciones sindicales, ambientales, culturales, magisteriales, universitarias, feministas, de comunicación alternativa y empresarios pequeños del comercio, tienen dispuestos sitios de acopio para recoger y distribuir las ayudas. Gran parte de los habitantes de los municipios afectados, continuaba llegando con ayudas hasta bien entrada la noche.
Al cierre de esta nota, finalizando el 8 de febrero, se presentaban aún lluvias en los municipios de Pereira y Dosquebradas.