Menor de edad denuncia denuncia abuso policial en Villavicencio

Aura Gabriela León, de 17 años, denunció haber sido víctima de abuso de autoridad por parte de dos uniformados cerca de las instalaciones de la Policía Metropolitana. Organizaciones de derechos humanos están haciendo el debido acompañamiento a la menor para instaurar la denuncia. 

Cerca de las 4:30 pm, del 15 de septiembre, Ana Gabriela León, de 17 años, se encontraba esperando a que iniciara un plantón que se realizaría en rechazo a la brutalidad policial (por el caso de Javier Ordoñez) junto a cuatro amigos. Después de esperar un tiempo, el evento nunca se llevó a cabo, así que cada uno decidió regresar a su hogar. 

Ella se hizo frente a las instalaciones del Cuerpo de Bomberos de Villavicencio y posteriormente cruzó la avenida para ubicarse en la esquina donde está la Policía Metropolitana. Allí se quedó esperando la buseta para ir a su casa, pero a lo lejos, vio que uno de sus amigos, quien también se encontraba esperando transporte, fue interceptado y requisado por un uniformado. “Lo pararon de una manera brusca y obviamente me quedé mirando que no pasara a mayores”, mencionó.

En ese momento, otro agente se percató de que la joven presenciaba lo que sucedía y se acercó para pedirle la cédula, entonces ella le aclaró que es menor de edad y que en ese momento no tenía su tarjeta de identidad. También le explicó que estaba con unos amigos pero que ya se dirigía a su casa. Él le pidió que se quitara el tapabocas para tomarle una foto, ella se negó y cuestionó ese proceder, a lo que el policía señaló que en caso de tener daños en la institución, se podría identificar a los posibles involucrados. 

“Le dije que porque estaba diciendo eso, si yo no estaba con piedras ni nada, como para que estuviera diciendo que me iba a tomar fotos para eso”, relató y continuó diciendo que luego se acercó otro policía, hecho que la intimidó y terminó por dejarse tomar la foto “para evitar problemas”. Después de eso cruzó la avenida en dirección al Centro, casi una cuadra después de las instalaciones de la Policía Metropolitana y allí se dio cuenta de que en la acera de enfrente, estaban requisando a otros jóvenes que también habían ido para participar del plantón que no se realizó. Entonces decidió capturar lo que estaba sucediendo con su celular para informarle a uno de sus amigos. 

Poco después le interceptaron dos policías diferentes, uno por el frente y otro por detrás. El de adelante le pidió el documento de identificación, ella explicó que hace menos de tres minutos otros agentes le habían pedido la cédula y aclaró nuevamente que es menor de edad. “Como que no les importó mucho esa explicación, era como si ya supieran eso”, mencionó.

El agente que se acercó por detrás le pidió acompañarlo a la estación y ella se negó argumentando que se le haría tarde para regresar a su casa. Entonces el otro uniformado le dijo “por las buenas o por las malas, y le pongo las esposas”, pero Gabriela insistió en no haber motivo para irse con ellos, pues solo estaba esperando la buseta para ir a su hogar. 

Foto de requisa a jóvenes tomada por Gabriela antes de ser interceptada por los dos policías.

El policía confutó explicando que el motivo era estar tomándole fotos a la institución. Sin embargo, ella le refutó argumentando que no hacía nada ilegal, dado que estaba en vía pública y que en realidad, le había tomado una foto a sus compañeros siendo requisados sin motivo aparente.

Posteriormente, los uniformados le pidieron que les diera su celular, a lo cual se negó, pero decidió sacarlo, abrir la galería y mostrar ella misma la foto que había tomado. En ese momento intentaron raparle el móvil, pero logró evitarlo y lo guardó en su bolso. En ese instante, Gabriela cuestionó nuevamente el porqué de llevarla a la estación, pero ellos solo procedieron a esposarla y de manera forzosa le arrastraron unos cuantos pasos. Ella puso resistencia y en medio del forcejeo, sufrió lesiones leves. 

Heridas generadas a Gabriela durante forcejeo con los dos policías.

Poco después, al ver la forma en la que la estaban tratando, llegaron sus amigos/as, a quienes, según la menor, amenazó uno de los uniformados posando la mano sobre su arma de dotación, como si con la mirada les dijera que en cualquier momento desenfundaría su pistola. Atemorizadas, las chicas se fueron del lugar, pero los chicos se quedaron acompañando a Gabriela. 

Uno de los jóvenes preguntó a los policías por qué tenían esposada a Gabriela, pero negaron tenerla de esa manera, aún cuando la menor seguía con las esposas puestas. Después llegaron dos uniformadas y la revisaron. 

Mientras las policías la revisaban, uno de los uniformados dijo a sus colegas mujeres: “ella era la que estaba en una protesta y empezó a tirar piedras”. De inmediato, la joven negó las repentinas afirmaciones argumentando que nunca antes había estado en una protesta y que su presencia en ese plantón, que nunca se realizó, era su primera vez en un evento de esta índole. Al pedir pruebas al uniformado de dichas declaraciones, guardó silencio. 

Luego, cuando le preguntó a las uniformadas si sabían para dónde la llevarían o el porqué de ese procedimiento que consideró cuestionable, ellas se limitaron a decir que no estaban al tanto de lo que sucedía y que ese era un problema de sus compañeros.  

Finalmente la dejaron ir, “me imagino que porque mis compañeros no se fueron de ahí”, supuso Gabriela. Asegura haber salido atemorizada y sorprendida de ese episodio, pues ninguno de los curiosos que se detuvieron a presenciar el suceso, hicieron algo para ayudarla.

Ante lo sucedido, Ana Gabriela reunió el valor suficiente para buscar ayuda de la Corporación Choapo y empezar el debido proceso con el fin de instaurar la denuncia ante la Alcaldía, la Personería y la Defensoría del Pueblo.

Por su parte, el director de Convivencia y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobierno y Posconflicto de Villavicencio, Felipe Caballero, ha solicitado mediante una petición escrita ante el coronel Jairo Sanabria, comandante de la Estación de Policía de Villavicencio; la intendente Mónica Verbena, encargada de Derechos Humanos de esa institución y Omaira Macías, personera delegada, que se esclarezcan los hechos.

En el documento, Caballero solicitó proteger y garantizar los derechos de la víctima, así como también realizar una investigación y seguimiento a la denuncia para esclarecer lo ocurrido y de ser necesario, tomar las medidas pertinentes, pues los comportamientos manifestados por parte de la denunciante, van en contra de los artículos 416: abuso de autoridad por acto arbitrario y 347: amenazas de la Ley 599 del 2000 Código Penal Colombia y según lo establecido en la Ley 1801 del 2016, que tiene como fin «establecer condiciones para la convivencia en todo el territorio nacional al propiciar el cumplimiento de los deberes y obligaciones tanto de las personas naturales como jurídicas».

Asimismo, Alejandra Mayorga, representante del Observatorio Popular de Género y quien también ha estado acompañado a Gabriela en el proceso de denuncia, se pronunció ante este hecho, y aseguró ya se tienen datos de uno de los policías. Además afirmó que con lo sucedido no solo a la menor, sino a sus amigos, hay una predisposición de la Policía de abordar e incluso agredir a todo grupo de jóvenes que se están organizando. Por ende, pidió a las autoridades competentes que se garantice el bienestar de la ciudadanía.

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