Niños y niñas indígenas mueren por el abandono del gobierno

La muerte de niños y niñas indígenas es una problemática que va en aumento. Es preocupante que esto siga ocurriendo en el país; teniendo en cuenta que, el Congreso se preocupa más por declarar el agua de panela como bebida nacional o declarar un día para el Vallenato, con lo que pierden tiempo en sus ‘ocupadísimas’ agendas legislativas, que podrían invertir en lo que realmente importa, como, la salud, el bienestar y la alimentación de los infantes y adolescentes de los resguardos y etnias indígenas colombianas.

Si se habla de la región de los Llanos Orientales, principalmente de Puerto Gaitán-Meta y Cumaribo-Vichada, desde el año pasado cuando empezó a evidenciarse la crisis ya iban más de 11 menores indígenas que fallecían por desnutrición y esto es alarmante porque la Orinoquia podría fácilmente ser considerada como la despensa agrícola y pecuaria del país. Aún así los niños y niñas mueren de inanición.

¿Qué va a pasar ahora? Si cuando sale información de este tipo, no es publicada por los medios nacionales, y en tal caso de ser mostrada, pasa a al olvido en un abrir y cerrar de ojos, porque se crean cortinas de humo con temas menos importantes, temas que no demandan el trabajo duro de los mandatarios, temas que distraen a la población que rápidamente la digiere y sigue creyendo en esas personas que lo único que quieren es llenar sus bolsillos a costa de la extinción de los indígenas que cambian su comida por un ‘desarrollo’ que no existe. En la Guajira quieren que nos alimentemos de Carbón y en los Llanos de petróleo.

*Opinión y responsabilidad del autor de la columna, más no de El Cuarto Mosquetero, medio de comunicación alternativo y popular que se propone servir a las comunidades y movimientos sociales en el Meta y Colombia.

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