Las mujeres del sur del Meta y, en este caso, de Mesetas, Vista Hermosa, La Macarena y San José del Guaviare, han tenido que ejercer su liderazgo, inclusive en condiciones adversas, pero también hacer de sus realidades una herramienta para transformar sus territorios.

La pérdida, el miedo, la persecución y la incertidumbre han atravesado sus historias. Sin embargo, no han detenido su trabajo incansable pese a habitar en territorios como el Meta y el Guaviare dónde todavía sufren impactos del conflicto armado, y en los cuales, 168.441 mujeres han padecido algún hecho de violencia, hasta abril de 2025, según en el Registro Único de Víctimas-RUV.

En sus vidas, también están las labores del cuidado de sus hijos e hijas, con las cuales han caminado entre la esperanza de un reencuentro, la vida concebida en medio de la guerra y la ilusión de poder transmitir sus procesos, a quienes han representado un respiro que aviva el aliento de sus luchas pese a los retos que aún persisten.
 
Las violencias machistas también han representado una carga para ellas. Pese a las dificultades, han sido sus mismos procesos organizativos, el trabajar con la comunidad y tener un rol de liderazgo, lo que les ha ayudado a seguir adelante, reafirmando sus convicciones.
 
Mujeres como Diana Carol, Azeneth, Paola, Sandra y Las Caprichosas sueñan y resisten, resisten y construyen, construyen paz, y estas, son sus historias…