La guerra en Afganistán y cómo las mujeres han sido las más afectadas por los talibanes 

Los talibanes se tomaron Afganistán el pasado 15 de agosto, situación que para las mujeres significaría un retroceso total de las pocas libertades que han conseguido durante las últimas dos décadas. 

La guerra ha tenido padeciendo a Afganistán desde hace más de 40 años. Todo inició en 1979 cuando la Unión Soviética (URSS), siendo potencia mundial invadió el país durante la guerra fría para colocar en Kabul, su capital, a un gobierno comunista afín. Ante el ateísmo de los comunistas, hubo grupos islámicos extremos que se revelaron, querían que la Sharía dominara la cotidianidad. 

La ley Sharía es una interpretación del Corán (libro sagrado del islam), que impone diversas restricciones como condenar el adulterio y la homosexualidad a muerte por lapidación y anular todos los derechos de las mujeres y las niñas, para quienes es obligatorio el uso del burka (manta que tapa completamente el cuerpo por encima de la indumentaria, dejando medianamente descubierta la vista).

Desde entonces, empezó una guerra contra el gobierno comunista que duró 13 años. Con el fin de contrarrestar a su rival y derrocar al comunismo, Estados Unidos apoyó y dio armamento a los grupos islamistas extremos. En 1992 cayó la URSS y el país norteamericano se retiró del conflicto. Dos años antes se habían constituido en el país centroasiático los talibanes, una facción política y religiosa ultraconservadora.

Fue así que en Afganistán se instauró un régimen islámico e inestable con frecuentes conflictos por parte de grupos también islamistas que buscaban el poder, entre ellos, los talibanes, quienes en 1996 entraron en la ciudad de Kabul con el objetivo de instaurar un Emirato Islámico que duró más de cinco años y que causó grandes impactos entre la comunidad internacional hasta su caída tras la invasión militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en octubre de 2001. 

Un mes antes, los talibanes permitieron que al-Qaeda (una organización terrorista, paramilitar y yihadista) realizara los atentados del 11 de septiembre en las Torres Gemelas de Nueva York. En febrero del 2020, Estados Unidos y los talibanes firmaron un acuerdo de paz en Doha, Qatar. Los aliados de EE.UU. y la OTAN acordaron retirar todas las tropas en un plazo de 14 meses si los militantes mantienen el acuerdo. En julio de ese mismo año, el presidente en ese entonces, Donald Trump acordó una reducción inicial de sus tropas de 13.000 a 8.600, seguida de una retirada total para el 1 de mayo de 2021. Pero con la llegada del demócrata Joe Biden al mandato de los estadounidenses, se extiende el plazo del retiro hasta el 11 de septiembre de 2021.

Con el retiro del apoyo estadounidense, los talibanes y grupos militantes simpatizantes, incluida al-Qaeda, empezaron una ofensiva militar contra el gobierno de Afganistán y sus aliados el 1 de mayo de 2021, misma fecha en que debían retirarse la mayoría de las tropas de Estados Unidos.

El temor entre las y los ciudadanos afganos no tardó en propagarse tan pronto se supo que los talibanes habían retomado el poder el pasado 15 de agosto de este año, logrando que el presidente, Ashraf Ghani abandonara el país y su gobierno se derrumbara. En medios de comunicación a nivel mundial y redes sociales se difundieron imágenes del aeropuerto de Kabul protagonizando lo que parecía un éxodo. En medio del desespero, las personas se aferraban al ala de un avión rodeado por multitudes y en su despegue, se ve cómo algunos caen al suelo. 

Las mujeres serían las más afectadas con la llegada de los talibanes al poder. Durante su gobierno entre 1996 y 2001, ellos impusieron una visión ultraortodoxa de la ley islámica que, además de obligar a las féminas a llevar el burka, les impide estudiar o trabajar, salir de casa a no ser que estuvieran acompañadas de familiar masculino.

Aunque los talibanes fueron retirados del poder en 2001, la situación para las mujeres, sobre todo en las zonas rurales, no mostró mejoría. Ellos afirmaron en varias ocasiones que respetarían los derechos humanos si regresaban al poder en Afganistán, enfatizando en los de las mujeres, pero de acuerdo a los «valores islámicos». Esta afirmación la repitieron en su más reciente rueda de prensa luego de haberse tomado el mandato en el país. «Vamos a permitir que las mujeres trabajen y estudien dentro de nuestro marco (…) Las mujeres van a ser muy activas dentro de nuestra sociedad», dijo Zabihullah Mujahid, portavoz de los talibanes.

No obstante, las afganas desconfían de esas afirmaciones, sobre todo aquellas que durante dos décadas pudieron asistir a la universidad, alcanzaron altos cargos, sobre todo en política, en el periodismo y hasta en el poder judicial y las fuerzas de seguridad. Por ende, medios de comunicación europeos recopilaron las 29 prohibiciones que sufren las mujeres durante el régimen islamista de los talibanes. La recopilación original la hizo la jurista Elsa Alcalá con base en la Rawa (Revolutionary Association of the Women of Afghanistan) y ABC Internacional.

  1. Completa prohibición del trabajo femenino fuera de sus hogares. Solo unas pocas doctoras y enfermeras tienen permitido trabajar en algunos hospitales en Kabul.
  2. Completa prohibición de cualquier tipo de actividad de las mujeres fuera de casa a no ser que sea acompañadas de su mahram (parentesco cercano masculino como padre, hermano o marido).
  3. Prohibición a las mujeres de cerrar tratos con comerciantes masculinos.
  4. Prohibición a las mujeres de ser tratadas por doctores masculinos.
  5. Prohibición a las mujeres de estudiar en escuelas, universidades o cualquier otra institución educativa (los talibanes han convertido las escuelas para chicas en seminarios religiosos).
  6. Requerimiento para las mujeres de llevar un largo velo (burka), que las cubre de la cabeza a los pies.
  7. Azotes, palizas y abusos verbales contra las mujeres que no vistan acorde con las reglas talibán o contra las mujeres que no vayan acompañadas de su mahram (su marido y guardián).
  8. Azotes en público contra aquellas mujeres que no oculten sus tobillos.
  9. Lapidación pública contra las mujeres acusadas de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio (un gran número de amantes son lapidados hasta la muerte bajo esta regla).
  10. Prohibición del uso de cosméticos (a muchas mujeres con las uñas pintadas les han sido amputados los dedos).
  11. Prohibición de hablar o estrechar las manos a varones que no sean mahram.
  12. Prohibición de reír en voz alta (ningún extraño debe oír la voz de una mujer).
  13. Se prohíbe a las mujeres llevar zapatos con tacones, que pueden producir sonido al caminar (un varón no puede oír los pasos de una mujer).
  14. Prohibición de montar en taxi sin su mahram.
  15. Prohibición a las mujeres de tener presencia en la radio, la televisión o reuniones públicas de cualquier tipo.
  16. Prohibición de practicar deportes o entrar en cualquier centro o club deportivo.
  17. Prohibición a las mujeres de montar en bicicleta o motocicletas.
  18. Prohibición a las mujeres de llevar indumentarias de colores vistosos. En términos de los talibanes, se trata de «colores sexualmente atractivos».
  19. Prohibición a las mujeres de reunirse con motivo de festividades como el «Eids», con propósitos recreativos.
  20. Prohibición a las mujeres de lavar ropa en los ríos o plazas públicas.
  21. Modificación de toda la nomenclatura de calles y plazas que incluyan la palabra «mujer». Por ejemplo, el «Jardín de las Mujeres» se llama ahora «Jardín de la Primavera».
  22. Prohibición de asomarse a los balcones de sus pisos o casas.
  23. Opacidad obligatoria de todas las ventanas, para que las mujeres no puedan ser vistas desde fuera de sus hogares.
  24. Prohibición a los sastres de tomar medidas a las mujeres y coser ropa femenina.
  25. Se les prohíbe a las mujeres el acceso a los baños públicos.
  26. Prohibición a las mujeres de viajar en el mismo autobús que los hombres. Los autobuses se dividen son «solo para hombres» o «solo para mujeres».
  27. Prohibición de usar pantalones acampanados, aunque se lleven bajo el burka.
  28. Prohibición de fotografiar o filmar a mujeres. No pueden aparecer en fotografías y vídeos. No existen.
  29. Prohibición de publicar imágenes de mujeres impresas en revistas y libros, o colgadas en los muros de casas y tiendas.

Como si fuera poco, según Elsa Alcalá, hay más restricciones como por ejemplo la prohibición de escuchar música, ver películas, celebrar el año nuevo o tener un nombre no islámico.

Pero las afganas han decidido armarse de resistencia y resiliencia. Hoy se confirmó que cuatro mujeres protestaron en Kabul. Las manifestantes levantaron carteles, mientras que al frente de ellas se encontraba un talibán sosteniendo un fusil. A un lado, había otros hombres armados, sobre una camioneta. Las imágenes fueron grabadas por un corresponsal de Al Jazeera y difundidas por la agencia de noticias Pajhwok.

Además, el fin de semana pasado, en la provincia central de Ghor, cientos de mujeres marcharon a modo de protesta contra el régimen talibán, muchas de ellas blandiendo armas y coreando consignas contra los talibanes, según The Guardian.

La jefa de la dirección de mujeres en Ghor, Halima Parastish, quien también participó en la marcha, afirmó que había algunas mujeres que “solo querían inspirar a las fuerzas de seguridad, solo simbólicamente, pero muchas más estaban listas para ir a los campos de batalla”.

La situación que enfrentan y enfrentarían las mujeres a mayor escala ya ha sido alertada por grupos de derechos humanos como Human Rights Watch (HRW), la cual advirtió en abril que las mujeres que aparecen en la televisión y la radio se han enfrentado a amenazas particulares.

“Las reporteras pueden ser el blanco no solo por los temas que cubren, sino también por desafiar las normas sociales percibidas que prohíben a las mujeres desempeñar un papel público y trabajar fuera del hogar”, había advertido HRW. Incluso, feministas internacionales han protestado contra las normas extremistas de los talibanes en solidaridad con las afganas. 

Pero actualmente, hay numerosos ejemplos de mujeres que toman las armas y, durante los últimos 20 años, ellas también se han unido a las fuerzas de seguridad de Afganistán a pesar de que continúan siendo blanco de discriminación por parte de sus colegas masculinos.

Sin embargo, los talibanes han desestimado las manifestaciones, y el portavoz Mujahid aseguró que: “Las mujeres nunca tomarán armas contra nosotros. Están indefensos y obligados por el enemigo derrotado. No pueden pelear».

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