En el día de hoy queremos presentarles el medio de comunicación popular El Cuarto Mosquetero y a su vez el colectivo de comunicaciones El Cuarto Mosquetero. Creo es importante comprender el por qué elegimos este nombre para representarnos y para esto tenemos que exaltar la labor del comunicador para el cambio social, Alfonso Gumucio Dagron, quien en Bolivia fue el director fundador del centro de integración de medios de comunicación alternativa.
En el año 2015 que fue cuando nos soñamos este proyecto que hoy es nuestra realidad, llegamos a considerar llamarnos el colectivo de comunicaciones Gumucio Dagron; pero al estudiar algunas de las reflexiones a la que nos invita el autor a nosotros los estudiantes y profesionales en comunicación social, encontramos el texto El Cuarto Mosquetero, que contiene varias reflexiones que fueron las que nos motivaron a trabajar en este proyecto, porque creemos que realmente para lograr una sociedad justa se requiere de la democratización de la palabra.
No es por nada que a los medios de comunicación se les considera el Cuarto poder, y a veces nosotros mismos desestimamos el papel fundamental que tiene la comunicación dentro de la sociedad; la comunicación teje las relaciones dentro de los territorios y a través de ella las comunidades pueden empoderarse y dejar un precedente de lo que realmente necesitan.
Sin embargo, también es generadora de opinión y una gran mayoría de medios tradicionales han utilizado su inmediatez y cobertura, para hacer creer a las personas, los mensajes manipulados de quienes ostentan el poder.
Es por este que se entiende a los medios tradicionales como quienes tienen “el poder de manipular conciencias, gustos, prácticas cotidianas, con fines de lucro”. Frente a esto surge el deseo de conformar un medio de comunicación que realmente mostrara lo que sucede en las comunidades, lo que viven los movimientos sociales, obreros, políticos, sindicales, estudiantiles, artísticos, entre otros.
No obstante, aunque la denuncia es un elemento fundamental a realizar, también queremos exaltar, visibilizar y compartir todas esas iniciativas culturales y en defensa del territorio, que ayudan a construir un país donde las personas puedan vivir dignamente y que deben conocerse pero no solo para que queden archivadas en un día de fama, sino para que se repliquen.
Y ¿Por qué decimos que esto es importante? porque como nos recuerda Gumucio, las voces de la multiculturalidad son negadas o escondidas por los medios masivos; porque si existen organizaciones o voces que denuncian que les están destruyendo por ejemplo su humedal, quieren acallarlas, invisibilizarlas y ¡sí!, muchos medios están involucrados, porque lo más seguro es que quién les paute, tenga sus utilidades en la construcción que impactará un ecosistema y cambiará las dinámicas de relacionamiento de los habitantes con su territorio.
Nosotras(os) quienes tuvimos la oportunidad de ir trabajando mientras nos formamos, hemos recibido algunas recomendaciones, sobre “Aquello de lo que no se puede hablar” y no porque sea peligroso para nuestras vidas, sino porque “alguien” es quien le paga al medio y por ende a los periodistas. Es la dinámica en la que nos hemos sumergido, estamos comercializando con la democratización de la palabra y el problema es que nos acostumbramos a ello, lo naturalizamos y entramos al mundo profesional con el deseo tributario sobre nuestro compromiso con la sociedad.
Es tal la ignorancia sobre el tema, que Gumucio denuncia que en las universidades se ha llegado al extremo que las carreras llamadas de «comunicación social» son en su gran mayoría ajenas a las necesidades del desarrollo, y continúan produciendo anualmente miles de periodistas y publicistas, pero muy pocos comunicadores para el cambio social.
Por esto nace el colectivo de comunicaciones El Cuarto Mosquetero, para formarnos como comunicadores populares, para entender lo que pasa con las comunidades de Villavicencio y ojalá muy pronto hasta del país.
Los medios de comunicaciones alternativos, populares o participativos se pueden contar casi que con las manos, pero este tipo de comunicación comienza ahora a recuperar terreno y “Se convierte en ese cuarto mosquetero, presente junto a los otros tres, aunque no se le cuenta todavía”, aunque no se le dé el suficiente protagonismo. Entra un poco más tarde en escena, pero su contribución es definitiva; porque más que un show mediático, en realidad comprende la necesidad de utilizar a la comunicación con todo y su apellido.
Desde El Cuarto Mosquetero, comprendiendo como la forma más elemental de comunicación al diálogo, nos pusimos en la tarea de formar reporteros populares y motivar a niños, jóvenes y hasta adultos, de utilizar las herramientas de comunicación como su arma para empoderarse.
Desde hace casi tres años hemos estado trabajando en asentamientos humanos como La Nohora y Villa Lorena. En instituciones educativas como Las Palmas, Puente Amarillo y Silvia Aponte, y acompañando procesos de formación de organizaciones como Herederos del Planeta en Restrepo, Mejor Presente en Uribe y a nivel nacional a Redsistiendo.
No me queda más que invitarlos a leernos, a seguirnos en redes sociales, pero más importante es a creer en este medio y este colectivo, para que hagan parte de él y para que siempre tengan presente que desde la comunicación también se pueden lograr grandes cambios.