Según del Observatorio de Memoria y Conflicto, del Centro Nacional de Memoria Histórica, el conflicto armado interno de Colombia vivido entre 1958 y julio de 2018, ha dejado 262.197 muertos, es decir, un aproximado de 14,3 muertes diarias atribuidas a 50 años de guerra; sin contar aquellas no registradas, ni la suerte que han corrido las y los 80.514 desaparecidos, y más aún, las muertes que en el presente siguen siendo naturalizadas en un país que no sigue inmerso en procesos de violencia.
La población civil es la que más muertos ha puesto en esta guerra: 215.005, y la que más afectada se ha visto ante la situación; el control del territorio a mano de los distintos bandos que nutren y ahondan el conflicto (guerrilla, paramilitares, fuerzas militares, bandas delincuenciales, narcotráfico), ha hecho que continúen siendo desplazadas en búsqueda de salvaguardar sus vidas y quizá llegar a un territorio menos hostil y violento, donde puedan convivir en un entorno seguro y se sientan en protección con bases de una vida digna y próspera.
A estos movimientos migratorios que ocurren dentro de un país a causa de la violencia se les llama desplazamiento forzado, considerado una problemática humanitaria de carácter regional. Se estima que en total hay 6.433.115 personas que han tenido que dejar sus hogares para salir en búsqueda de ayuda y protección en otro territorio, esta cifra habla de los desplazamientos al interior del país, convirtiendo a Colombia en el segundo a nivel mundial con mayor cantidad de desplazamientos internos; si a esta cifra le sumamos a quienes han tenido que exiliarse, la cifra supera los ocho millones; ocho millones de personas despojadas de sus sueños e instalados a la fuerza en un territorio ajeno al que soñaron.
Hoy, 20 de junio, en el marco del Día Internacional del Refugiado se hace memoria de estas personas, que por causas externas a ellas, por violencia o persecución, han tenido que desarraigarse de su tierra y han vuelto a levantar su casa, su vida, con lo que tienen a la mano en muchas ocasiones viendo su vida aun más precarizada.